jueves, 5 de mayo de 2016

Rescatar lo femenino para re-animar la tierra

     
    Texto  01  preparatorio para el Finde 11-12 junio 2016
     Tema: "Ser y crecer como Persona mujer/hombre"

* Por cada mujer fuerte cansada de aparentar debilidad, hay un hombre débil cansado de parecer fuerte.
* Por cada mujer cansada de tener que actuar como una tonta, hay un hombre agobiado por tener que aparentar saberlo todo.
* Por cada mujer cansada de ser calificada como “hembra emocional”, hay un hombre a quien se le ha negado el derecho a llorar y a ser delicado.
* Por cada mujer catalogada como poco femenina cuando compite, hay un hombre obligado a competir para que no se dude de su masculinidad.
* Por cada mujer cansada de ser un objeto sexual, hay un hombre preocupado por su potencia sexual.
* Por cada mujer que se siente atada por sus hijos, hay un hombre a quien le ha sido negado el placer de la paternidad.
* Por cada mujer que no ha tenido acceso a un trabajo o a un salario satisfactorio, hay un hombre que debe asumir la responsabilidad económica de otro ser humano.
* Por cada mujer que desconoce los mecanismos del automóvil, hay un hombre que no ha aprendido los secretos del arte de cocinar.
* Por cada mujer que da un paso hacia su propia liberación, hay un hombre que redescubre el camino hacia la libertad.
 Autoría: anónimo

Análisis:
 “Hoy más que nunca, la causa de la mujer es la causa de toda la Humanidad”  (B. Boutros Ghali).
En nuestro caso y utilizando terminología del psicólogo Jung, re-animar tiene que ver con ánima, con lo femenino, con aquello que está presente en todo ser humano, sea hombre o mujer, aunque evidentemente en diferentes proporciones. De la misma manera que ánimus está relacionado con lo viril, pero está también presente en todos los seres humanos.  Ánimus y ánima configuran al ser humano y en definitiva a la Humanidad.
Pero lo femenino ha sido enormemente infravalorado y oprimido tanto en los hombres como en las mujeres, aunque de forma muy distinta; y esto perjudica a todo el conjunto humano: “Tenemos una ciencia machista, una sociedad fundamentalmente masculina e iglesias misóginas.
Por eso vivimos en un estilo de sociedad pobre, sin la irradiación del ánima .Y las mujeres han sido las mayores víctimas de este estilo de vida”. Por supuesto que esto es verdad, pero, además, es cierto que el ánimus también ha sido manipulado y desproporcionado en los varones, a la vez que oprimido y `suprimido' en las mujeres. También el ánimus necesita ser rescatado y equilibrado.
Este desajuste ha conducido a un empobrecimiento que toca a la humanidad entera, a la forma de ser, a la identidad de los hombres y de las mujeres, y, por supuesto, afecta a las relaciones y en definitiva al equilibrio humano. A nuestro mundo, a las estructuras personales, políticas, sociales... e incluso eclesiásticas les falta “alma”.
Re-animar la Tierra viene a sugerir algo así como una tarea de rescate que a la vez propicie una revitalización, un desarrollo distinto para que la Humanidad cambie y crezca espiritual y personalmente de manera nueva, cultive la interioridad y vigorice el amor, para que, en definitiva, así se plenifique. E incluso para que nuestra relación con el Mundo y la vida se modifique y sea diferente.
A nuestro mundo, culturas, estructuras... –dicho de forma simple y plástica– les falta ánima y le sobran formas concretas de ánimus y, así, la totalidad está desequilibrada. Además, este desequilibrio fundamenta unas relaciones injustas y jerarquizadas, excesivamente basadas en el poder, que relegan la dimensión femenina y absolutizan la viril. El caer en la cuenta de todo ello lleva al deseo de una transformación profunda.
Las mujeres comenzaron a intuirlo y crearon los movimientos feministas de liberación, no sólo porque se sentían –y se sienten– asfixiadas bajo el peso de la estrechez y de la injusticia; eso también, y desde luego esa experiencia de opresión generalizada es decisiva, prioriza la lucha y despierta a las mujeres.
Pero además estaban convencidas de que: “El mundo de la humanidad posee dos alas: una es la mujer y la otra el hombre. Hasta que las dos alas no estén igualmente desarrolladas no podrá volar. Si una de las alas permanece débil, el vuelo será imposible”. Realmente necesitamos una Humanidad nueva; queremos volar.
María José Arana, teóloga

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