Esta es la respuesta de Mercedes López a la lectura de "Preguntas sobre tiempos verbales" de nuestro amigo Jesús Mora en su blog "Mensajes en una botella. Son expresiones de gran altura humana.
Querido Jesús, has hecho de ti, de tu
vida, una referencia única de resiliencia, de resistencia, y aunque no seas el
único que entró en ese túnel o "paréntesis", si eres único para mucha
gente (que te quiere y te sigue en tu aliento trascendente) en compartir cada
paso, cada pensamiento en medio de tanta "aparente inmovilidad", de tanta
renuncia, a las que yo llamo (desde mi experiencia) pequeñas muertes en el
largo o corto camino del morir o del tránsito de expectativas de la vida que
suena diferente, al menos para quienes intuimos la esperanza de algo mucho más
grande a pesar de la pequeñez.
¡¡ Estás tan lleno de vida, y de vida amorosa, que es imposible imaginar como se mueven tus pensamientos, en que categoría humana colocarlos y yo la he denominado "la de Jesús Mora", porque tu has iniciado el relato humano más profundo pero compartiéndolo ¡¡ Gracias Maestro !! porque vas iluminando con luz propia.
¡¡ Estás tan lleno de vida, y de vida amorosa, que es imposible imaginar como se mueven tus pensamientos, en que categoría humana colocarlos y yo la he denominado "la de Jesús Mora", porque tu has iniciado el relato humano más profundo pero compartiéndolo ¡¡ Gracias Maestro !! porque vas iluminando con luz propia.
Futuro imperfecto
Cuando te sobreviene de golpe una
circunstancia rotunda que amenaza con cambiar tu vida
o lo que tú imaginas que
puede ser tu vida en el futuro, una circunstancia como puede ser el diagnóstico
de una enfermedad degenerativa, resulta inevitable preguntarse qué va a ser de
ti en ese futuro, un futuro que uno viene a suponer inevitablemente como un futuro
imperfecto lejos de esos sueños que se te desvanecen, sueños que difícilmente
se corresponderán con la realidad con la que te vas a encontrar pero que la
perspectiva de un tiempo por delante te permite mantenerlos ahí, un prometedor
futuro que te pertenece y que sólo un revés de la vida te podrá arrebatar. Aquí
está ese revés. ¿Cómo construyes ese futuro? Un tiempo que defines alrededor de
unas palabras: limitado, dependiente, incapacitado, negro. Un cuerpo que te
vuelve la espalda, una silla de ruedas que se convierte en tu compañera, una
distancia que se aleja, un tiempo que empequeñece, un relato que te arrebata el
protagonismo. Aceptas que en tu presente ese protagonismo has de disputarlo con
múltiples circunstancias que de alguna manera te lo arrebatan, pero tu futuro
es limpio, claro, es tuyo y tú lo diseñas como te sea más gratificante, no hay
nada que lo entorpezca, salvo esa maldita realidad que hoy ha venido a
complicártelo, arrebatándote los sueños y ese futuro que a partir de ahora solo
lo puedes conjugar en imperfecto.
Presente
El tiempo pasa y los miedos se
pueden confirmar o no. En el qué es de mí abrimos un abanico de respuestas
múltiples en donde los miedos podemos haberlos ido olvidando en el transcurso
de los años, qué necesidad estúpida de haber vivido asustado y haber renunciado
a tantas cosas por puro y simple miedo, o se han podido confirmar los peores
augurios. Un hoy en el que las piernas no te responden, las manos no te
responden, el sexo no te responde, el habla no te responde, te has convertido
en un objeto inanimado siempre en manos de otra persona. Estás,
eres, pero sin lugar en el mundo. No sólo no eres protagonista de tu propio
relato, sino que te encuentras dentro de él encerrado entre paréntesis. El
presente ya no es la amenaza de una realidad sino que puede ser la realidad en
sí, una realidad que ha despejado nubarrones o que nos ha introducido en la
tormenta. Presente abierto al futuro o cargado de largos mañanas.
Pretérito perfecto
Parecemos haber llegado al hoy
arrastrados por las circunstancias, unas preguntas que nos superan, de las que
somos meros espectadores, pero ese sujeto sin capacidad de respuesta no existe;
la ausencia de respuesta es nuestra respuesta. La cobardía es esa respuesta, el
rencor, la nulidad. Sea cual sea la realidad que se nos venga encima nuestra
respuesta ante esa realidad importa y mucho. Siempre tenemos margen para la
misma. Puede que no consiga modificar esa circunstancia pero sí tejera el yo
que saldrá de la misma. Nosotros también formamos parte de la circunstancia,
nuestra respuesta nos construye y también construye nuestro entorno. Este
también se ve afectado por esa nueva realidad y tiene los ojos fijos en
nosotros. No somos meros sujetos pacientes sino que sea cual sea nuestra
actuación esta nos convierte en sujetos agente. Los demás dependen de nosotros
y no tenemos derecho a arrastrarlos con nosotros por el sumidero. A veces la
mejor solución es dejarse llevar y no encabezonarse en la resistencia, coger
para uno lo bueno que esta nueva realidad pueda traer y abandonar lo malo con
lo que venimos cargando desde antaño. La quietud puede ser nuestro mejor
movimiento y el silencio nuestra mas significativa palabra, no poder hacer
supone también que el tiempo se rinde ante nosotros, hemos dado un paso al lado
y nos hemos salido del tiovivo en el que girábamos sin parar y esto nos permite
observar el mundo desde una cierta distancia. Estamos en él y no estamos,
formamos parte de él pero hemos sido colocados en el gallinero, pero también
allí podemos elaborar nuestra respuesta. En el pasado nunca me sentí capaz de
disfrutar plenamente del presente pues mi cabeza siempre estaba puesta en el
después, hoy sólo hay presente y cada minúsculo detalle del mismo puede ser
percibido y gozado si esto es posible. Tantas cosas pasaron por delante de mí
sin que yo fijara la mirada en ellas, tantas personas me rodearon sin que yo
valorará la categoría que tenían, hoy debería pedir perdón por esa ceguera y
agradecer que aún en el gallinero me hayan descubierto, que aún con la
inversión de tallas, ellos se agigantan y yo empequeñezco, me den la
oportunidad de percibir mi error. Antes o después debería llegar el momento de
preguntarme ¿qué he hecho de mi? ¿qué he hecho de mi entorno? Si las preguntas
no surgen la responsabilidad sólo es nuestra. En algún momento de nuestra vida
puede haber parecido que se nos arrebataba el protagonismo pero, de alguna
manera, este siempre ha estado en nuestras manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario