Nota: el verano necesita comunicar los artículos que nos estimulan y comparto este. Jesús
La
Resurrección como una revolución en la evolución
Leonardo Boff
Equipo Atrio, 05-abril-2018
En la siguiente entrevista del 27 de marzo de 2018 Boff explica que “la Resurrección
es la concreción de la utopía predicada por Jesús, el Reino de Dios que implica
la superación de morir y de la muerte”. Pero ¿cómo comprenderlo dejando de lado
pruebas (científicas) concretas? Es ahí donde, según el teólogo, se inscribe
como alternativa la narrativa mítica. “El mejor camino es elaborar narrativas y
proyectar mitos que, en el sentido moderno del término, son un medio de
expresar lo indecible. El mito no inventa el hecho, le da una forma para que
podamos comprenderlo”, explica.
Lea la entrevista completa.
IHU On-Line – ¿En qué medida la Modernidad
perturba el entendimiento pleno del concepto de Resurrección?
Leonardo Boff – No veo que la Modernidad
tenga interés en el tema de la Resurrección, no los autores que conozco. Sí se
preocupan por el tema de la muerte. Por otro lado, si tenemos un concepto más
profundo del ser humano, ahí sí apunta el tema de la Resurrección. Si aceptamos
que el ser humano es un proyecto infinito y está devorado por un deseo que no
conoce límites, como Aristóteles y Freud reconocieron, ahí se plantea la
pregunta: ¿cuál es el objeto adecuado a su impulso infinito y al oscuro objeto
de su deseo infinito?
Sólo un infinito sacia nuestra sed de
infinito, sólo una vida que es eterna hace descansar el deseo. Es la famosa
experiencia agustiniana del “cor inquietum” que sólo descansa cuando encuentra
a Dios. El sentido de la vida es más vida, es la plenitud de la vida. Es lo que
los cristianos llamamos Resurrección.
IHU On-Line – ¿En qué consiste el “resucitar”
según la Teología y la Antropología?
Leonardo Boff – La Resurrección no puede ser
identificada con la reanimación de un cadáver como el de Lázaro que,
finalmente, acabó muriendo. Es decir, es la completa realización de todas las
incontables virtualidades presentes en el ser humano. Si es un proyecto
infinito, la Resurrección representa el momento en que estas virtualidades
llegan a su plena floración.
IHU On-Line – ¿Cuáles son los límites de
buscar la Resurrección como un dato histórico? ¿Y de qué forma la lectura
mítica puede ampliar el entendimiento acerca de la Resurrección?
Leonardo Boff – Nadie vio la resurrección de
Jesús. Tenemos sólo testimonios de personas a las que se dejó ver y algunas
señales como el sepulcro vacío y sus vestiduras. Por lo tanto, no es un hecho
histórico susceptible de ser detectado por una cámara o por la televisión. Es
un hecho que sucedió en Jesús, accesible por la fe en los testimonios.
Este evento no pertenece al mundo del bios,
de la vida biológica que siempre termina en la muerte Podríamos decir que la
Resurrección es la concreción de la utopía predicada por Jesús, el Reino de
Dios, que implica la superación de la muerte y el morir. No sin razón Orígenes,
uno de los más geniales teólogos cristianos del norte de Egipto en el siglo
III, denomina la resurrección como la autorrealización del Reino en Cristo.
Cuando las realidades son demasiado grandes, nos faltan conceptos y
palabras. El mejor camino es elaborar narrativas y proyectar mitos que en el
sentido moderno del término (en C.G. Jung y en los antropólogos) son un medio
de expresar lo indecible. El mito no inventa el hecho, le da una forma que
podamos comprender. En esa línea se debería pensar la resurrección de Jesús.
Antropológicamente es fecunda, pues se encuentra con lo que de utópico e
infinito discernimos en el ser humano.
IHU On-Line – Muchos estudiosos sostienen que
la Resurrección de Cristo es la victoria de la vida sobre la muerte. ¿Cómo
podemos comprender tal perspectiva?
Leonardo Boff – La vida está llamada a la
vida y no a la muerte, aun cuando sabemos que un día vamos a morir. Este es el
anhelo fundamental del ser humano, no sólo vivir mucho, sino, como señalaba
Nietzsche, vivir eternamente. En ese sentido, la Resurrección representa un
tipo de vida tan plena que en ella no penetra la muerte. Pero para eso, ella
necesita transfigurarse, es decir, realizar totalmente al ser humano en sus
infinitas posibilidades. No vivimos para morir, como dirían los
existencialistas. Morimos para resucitar. Don Pedro Casaldáliga lo formuló
bien: la alternativa cristiana es o vida o resurrección.
IHU On-Line – ¿En qué consiste la idea de
“resurrección de la carne” y de qué forma se articula con la perspectiva del
sepulcro vacío, tan detalladamente descrito en la narrativa de Marcos?
Leonardo Boff – “Carne”, bíblicamente,
significa la situación humana frágil, enfermiza, mortal. Esta situación fue
totalmente transmutada por la Resurrección. Pablo lo dice claramente: “se
siembra un cuerpo vital y se resucita un cuerpo espiritual” (1Cor 15,44). Yo
sostengo la tesis, aceptada por muchos, de que las apariciones al final del
evangelio de Marcos serían un añadido posterior, un pequeño resumen de las
apariciones. El Marcos original no tendría nada de eso. Jesús termina diciendo
“a los discípulos y a Pedro que Él (Jesús) los precederá en Galilea. Allí me
veréis como os dije” (Mc 16,7).
Con eso quiero decir que Jesús no se ha manifestado aún de forma plena.
Todos estamos en camino a Galilea (el término de la historia) para verlo
entonces cara a cara. Me parece que así
se entiende mejor la historia humana, porque a pesar de la Resurrección de
Cristo en verdad nada ha cambiado, pues
campa la muerte y la violencia en el mundo. En la esperanza caminamos hacia la
Galilea de la resurrección. El mismo Jesús está en proceso de resurrección,
pues sus hermanos y hermanas, que somos nosotros, aún no han resucitado ni el
universo que le pertenece ha alcanzado su plenitud. Está todavía en fase de
cosmogénesis. Cuando todo se complete, entonces, Jesús y su comunidad habrán
finalmente resucitado. Aquí caben las palabras de Ernst Bloch: “el génesis está
al final y no al principio”.
IHU Online – Usted dice que la Resurrección representa
“una revolución en la evolución”. Me gustaría que detallara esa perspectiva.
Leonardo Boff – La moderna cosmología afirma
unánimemente que el estado del universo no es la estabilidad, sino la
movilidad. Todo se está expandiendo, completándose y autocreando. La evolución
permite que las virtualidades latentes dentro del universo conozcan
emergencias, puedan irrumpir bajo las formas más diferentes. En este sentido,
el universo no está todavía listo. En vez de hablar de cosmología, deberíamos
hablar de cosmogénesis, la lenta y progresiva génesis de todas las cosas.
Cuando digo, siguiendo a Jürgen Moltmann, que la Resurrección es una
revolución en la evolución, quiero decir que la Resurrección es una pequeña
anticipación del fin bueno de la creación, como si el término de la evolución
se anticipase y nos mostrara en pequeño lo que nos está preparado. Eso es una
revolución dentro de la evolución que aún continúa y sigue su curso.
IHU On-Line – ¿De qué forma el panenteísmo
puede contribuir al entendimiento de la Resurrección en nuestro tiempo?
Leonardo Boff – La expresión panenteísmo fue
creada en el siglo XIX por un teólogo protestante de nombre Krause. Y no tiene
nada que ver con el panteísmo. Panenteísmo significa, entonces, que
Dios está en todo y todo está en Dios, guardadas las diferencias entre criatura
y Creador. No se trata de panteísmo según el cual todo es indistintamente Dios.
El propio Voltaire mostró el absurdo filosófico que tal afirmación comporta. El
panenteísmo guarda las diferencias, pero revela cómo ambos están presentes el
uno en el otro y no pueden ser pensados separadamente. Esta comprensión puede
generar una mística como la de Pierre Teilhard de Chardin o la de San Francisco
de Asís, que conseguían ver a Dios en todas y en cualquiera de las realidades.
El Cristo cósmico de las epístolas de San Pablo y de la introducción del
evangelio de San Juan nos da la perspectiva del “pléroma”, es decir, de la
universalidad de la presencia del Resucitado en todas las cosas. Es célebre el
dicho 33 del evangelio apócrifo de Santo Tomás, al que grandes nombres de la
exégesis como Joaquim Jeremías y otros confieren gran autoridad, pues parece
haber salido de la boca del Resucitado: “Yo soy la Luz del mundo. Todo salió de
mí y todo vuelve a mí. Raja la leña y estoy dentro de ella, levanta la piedra y
estoy debajo de ella, porque estaré con vosotros todos los días hasta el final
de los tiempos. Levantar una piedra cuesta y rajar la leña es duro. Incluso
estos quehaceres comunes contienen la presencia del Resucitado.
IHU On-Line – ¿Cómo puede la vuelta a la
experiencia de la Resurrección de Cristo inspirar a la humanidad de nuestro
tiempo a superar sus dilemas?
Leonardo Boff – Tal vez este pequeño cuento del
área de la ecología que se encuentra en mi libro Ecología: grito de la Tierra –
grito de los pobres (307) pueda responder a esta pregunta: «En cierta ocasión
un anciano y santo monje fue visitado en sueños por el Resucitado. Este, el
Resucitado, lo invitó a pasear por el jardín. El monje accedió con entusiasmo y
lleno de curiosidad. Después de caminar largo tiempo dando vueltas por el
sendero del jardín como hacen aún hoy los monjes después del almuerzo, el santo
y anciano religioso se atrevió a preguntar: “Señor, cuando andabas por los
caminos de Palestina, una vez dijiste que un día volverías con toda tu pompa y
gloria, ¡pero esa vuelta se está demorando mucho!”. Tras unos momentos de
silencio que parecían una eternidad, el Resucitado respondió: “mi querido
hermanito: cuando mi presencia en el universo y en la naturaleza sea evidente;
cuando mi presencia en tu piel y en tu corazón sea tan real como mi presencia
aquí y ahora; cuando esta conciencia se vuelva cuerpo y sangre en ti hasta el
punto de no pensar más en ello; cuando estés tan lleno de esta verdad que ya no
necesites preguntar con curiosidad, entonces mi querido hermano habré regresado
con toda mi pompa y gloria”».
Más no se necesita decir: el Resucitado está entre nosotros sólo en el
misterio; quien crea y sea sensible percibirá su presencia.
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