LEER
EN LOS MOVIMIENTOS DEMOCRÁTICOS
Hoy, como tantas
personas, me asomo a la ventana de mi mundo en los medios de comunicación. Dos
o tres titulares acaparan la prioridad de seguirlos leyendo. Hoy, además de la
derrota del Real Madrid, como triste titular de ocio, me interesa el resultado
de las elecciones en Brasil, ese gigantesco país de América de cuyas inseguras
elecciones estamos preocupados. Pues sí, las elecciones las ha ganado Bolsonaro,
representante de cierta derecha extrema.
Es interesante escuchar la opinión y
análisis del periodista Iñaki Gabilondo al respecto.
Esta noticia, junto a
otras sobre conductas violentas y de guerras, fraudes, sesgo partidista a las
verdades y tantas otras de cariz negativo que nos llegan, me conduce hacia un estado
negativo de opinión sobre esta sociedad. Y le echo muchos momentos de reflexión
buscando para mí una explicación, tanto de causas como de pistas de solución.
Lo necesito porque, ante la tempestad de acontecimientos y de interesadas
interpretaciones de las que somos víctimas, es muy necesario darles más de una
vuelta para clarificarse ante la sensación de caos y de ese tradicional “hasta
donde vamos a llegar” de nuestros mayores. Me hace daño, no puedo aceptar la
sensación de estar ante el caos. Hay que huir de esa sensación buscando
esperanza y visión positivista sí o sí, por ser el estado natural de una
humanidad sana.
Por ello, analizando el
ambiente sociopolítico que nos invade y a propósito de los resultados en
Brasil, observo algunas constantes que me ocupan el pensamiento: abunda la
injusticia y desigualdad en el pueblo hasta el hambre, los movimientos
migratorios están llenos de muertes, la honestidad ante la verdad está ausente
en política y economía y la falta de educación en nuestros ambiente se está
deteriorando por frustración. Esto siempre ha existido pero hoy nos está
cegando los ojos de tanto hacérnoslo verlo.
El desfile de programas
políticos que nos presentan vienen ya viciados por las formas de
comportamientos de puro ego. Hay un desfile en donde el ciudadano le gustaría
hacer su elección tomando algunas cosas de acá y otras de allá, pero hay que
cargar con el paquete según opción. Siempre he pensado que el mal menor o el
bien mayor sobre lo inventado en esta historia humana es la socialdemocracia y
sobre ello voto, a veces cerrando los ojos al riesgo. Porque si miras a la
derecha ves los males del neocapitalismo, y conforme giras la escala hacia la
izquierda, te gustan los planes de reparto e igualdad, pero, conforme apuras en
esa dirección, encuentras tanta insensatez y torpeza tirando alegremente por la
borda valores nobles conservados por la gente que no puedes votarle, desde una antropología más integral. ¡Qué
desperdicio de votos trae la falta de equilibrio y de madurez en gente bastante
maja! Y sobre todo, nunca la sociedad ha estado tan escasa de pedagogía. Pero,
como en Brasil, tendremos el alcalde que nos merecemos!
Jesús Sánchez
Valiente, psicólogo
29/10/2018 Sevilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario