jueves, 10 de diciembre de 2020

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INVITAMOS AL COLECTIVO FINDES Y A QUIEN QUIERA  A REGALARNOS POR ESTAS FECHAS NAVIDEÑAS UN TEXTO DE ESPIRITUALIDAD.

Nota.-  Así, con esta actividad, nos enriquecemos y sabemos, de paso, quiénes son nuestros referentes. Empezamos. Quien se atreva puede hacerlo llegar al blog por nuestro whatsapp o por correo.

Texto: (Teilhard de Chardin 1944 en Como yo creo)

“Desde el momento que el ser humano es persona, Dios personal tiene que influenciarle en un grado y en una forma, que habrá que definir como personales, intelectual y sentimentalmente; dicho de otro modo, tiene que “hablarle”. Entre inteligencias, no puede haber una Presencia muda.

Para Dios, encarnarse en un mundo en evolución, significa nacer en él.  ¿Y cómo nacer en él si no es a partir de un individuo?

Suprimir la historicidad de Cristo o sea la divinidad del Cristo histórico, equivaldría a hacer que se desvaneciera instantáneamente en lo irreal toda la energía mística, acumulada desde hace dos mil años en el phylum cristiano. Cristo nacido de Maria y Cristo resucitado, no forman ambos nada más que un bloque inseparable.” 

Jesús 2020

 Texto:  (Maestro Eckart: Sermón sobre el nacimiento)

 Entramos en el tiempo del nacimiento eterno por el cual, Dios Padre ha engendrado en la eternidad y no cesa de engendrar a fin de que ese mismo nacimiento se produzca hoy en el tiempo, en la naturaleza humana. Pero el que se produzca siempre ese nacimiento ¿de qué me sirve si no acontece en mí? Que acontezca en mí, eso es lo que importa (…) El propósito principal de Dios es dar vida y no está satisfecho hasta que no engendre a su Hijo en nosotros. Y tampoco el alma estará nunca satisfecha hasta que el Hijo nazca en ella”.

Pilar 2020

PEDRO S EVILLA
EL AMOR ES AHORA
LIBRO S CANTO Y CUENTO
[ 9 ]
CAPÍTULO I
MI MADRE, niña otra vez, mi anciana madre otra vez niña, devuelta a la infancia por
el Alzheimer, lee con mucho tropiezo unos versitos a San Antonio de Padua que le han facilitado
en el centro asistencial donde acude martes, jueves y viernes. El Alzheimer nos roba nuestro
pasado, nos saquea la biografía, y según las monitoras del centro son buenos estos ejercicios de
lectura en los que nos empeñamos algunas tardes, cuando el sol de junio derrama sobre las calles,
sobre la azotea de la casa, sobre el campo, su alquitrán amarillo.
“Divino Antonio precioso/ suplícale a Dios inmenso/ que por Su gracia divina/alumbre mi
entendimiento”. Mi madre lee despacio el poema de los pajaritos y San Antonio, exagerando el
seseo falso que utilizamos los del pueblo cuando leemos en voz alta. Lee despacio, tropezando
en el pedregal de las letras, pero aun así, cuando termina una estrofa me dice que está muy bien  

enversado, su manera de explicar que le suena el ancestral tam tam de la rima.
–Está muy bien enversado, qué dolor. Mi abuela se llamaba Antonia y quería mucho a San Antonio.
–Tu abuela no, omá. Tu madre.
–Mi madre– repite ella con un gesto de fastidio, enfadándose consigo misma.
En el centro nos tienen dicho que es conveniente no dejar a los enfermos persistir en sus
desajustes temporales y familiares, sino corregirlos cuando confunden a los padres con los hermanos,
o cuando te preguntan si conociste a su abuela Ángela, que murió antes de la Guerra Civil.
La lectura avanza tortuosa, aliviada sólo por la rima, y mientras la santidad del niño del cuento
consigue amaestrar el vuelo de los pájaros en la monótona y seseante cantinela de mi madre,
pienso que en otro siglo, en otra casa, bajo este mismo sol de junio, mi madre me hacía leer la
cartas al lejano padre, o los primeros libros de texto. La historia, dicen, vuelve a veces  

Manolo

Entramos en el tiempo del nacimiento eterno por el cual, Dios Padre ha engendrado en la eternidad y no cesa de engendrar a fin de que ese mismo nacimiento se produzca hoy en el tiempo, en la naturaleza humana. Pero el que se produzca siempre ese nacimiento ¿de qué me sirve si no acontece en mí? Que acontezca en mí, eso es lo que importa (…) El propósito principal de Dios es dar vida y no está satisfecho hasta que no engendre a su Hijo en nosotros. Y tampoco el alma estará nunca satisfecha hasta que el Hijo nazca en ella”. (Maestro Eckart: Sermón sobre el nacimiento)

 Pilar

 Madrid 24 de Diciembre de 2020

Querid@s amig@s de los findes de silencio:
No sabíamos la que se nos venía encima, cuando el año pasado, por estas
fechas, nos felicitábamos alegremente la Navidad, deseándonos un próspero y
feliz 2020. ¡¡¡Sorpresas nos da la vida!!!
En esta ocasión tendremos que ser más sobrios.
Demasiados amig@s y conocid@s han quedado atrás, o ya caminan delante,
según se mire.
Pero desear lo bueno a los que nos siguen acompañando en nuestro paso
por la vida, nunca puede ser ingenuo, ni superfluo. Casualmente, y a falta de
contacto con los niet@s, que siguen siendo mis mejores maestros, recibo hoy la
poesía de un gran amigo, que me escribe, recordando con amor a los ausentes:
“... no quiero pasear tu recuerdo por los caminos del duelo, fríos y resecos,
como el amargo silencio. Hoy quiero asomarme al balcón de la memoria con la
mirada limpia de llantos.....”
Así que siguiendo esos buenos consejos, os deseo lo mejor para el 2021, no
con la nostalgia de un cándido optimismo, sino porque sigo creyendo en la
esperanza. Y confío y espero, que de ésta salgamos más sabios, dejando atrás el
“yo primero”, “los míos los mejores”. Entonces también empezaremos a salir
del Neolítico y todo habrá merecido la pena.
Un fuerte abrazo

Alvaro

 

 

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