Cuando hablamos aquí de espiritualidad pensamos en una
experiencia de base englobante con la cual se capta la totalidad de las cosas
exactamente como una totalidad orgánica, cargada de significado y de
valor. En su sentido originario espíritu, de donde viene la palabra
espiritualidad, es la cualidad de todo ser que respira. Por lo tanto es todo
ser que vive, como el ser humano, el animal y la planta. Pero no solo eso, la
Tierra entera y todo el universo son vivenciados como portadores de espíritu,
porque de ellos viene la vida, proporcionan todos los elementos para la vida y
mantienen el movimiento creador y organizador. Espiritualidad es la
actitud que pone la vida en el centro, que defiende y promueve la vida contra
todos los mecanismos de disminución, estancamiento y muerte.
En
este sentido lo opuesto al espíritu no es cuerpo, sino muerte, tomada en su
sentido amplio de muerte biológica, social y existencial (fracaso, humillación,
opresión). Alimentar la espiritualidad significa estar abierto a todo lo
que es portador de vida, cultivar el espacio de experiencia interior a partir
del cual todas las cosas se ligan y se re-ligan.
El
hombre/mujer espiritual es aquel que siempre percibe el otro Lado de la
realidad, capaz de captar la profundidad que se revela y vela en todas las cosas,
y que consigue entrever la relación de todo con la Ultima Realidad.
La
crisis ecológica revela la crisis de sentido fundamental de nuestro sistema de
vida, de nuestro modo de sociedad y de desarrollo. No podemos seguir
apoyándonos en el poder como dominio y en la voracidad irresponsable de la
naturaleza y de las personas. No podemos seguir pretendiendo estar por encima
de las cosas del universo, sino al lado de ellas y a favor de ellas. EI
desarrollo debe ser con la naturaleza y no contra la naturaleza.
Lo
que actualmente debe ser mundializado no es tanto el capital, el mercado, la
ciencia y la técnica; Lo que fundamentalmente debe ser más mundializado
es la solidaridad con todos los seres empezando por los más afectados, La valorización
ardiente de la vida en todas sus formas, la participación como respuesta a la llamada
de cada ser humano y a la propia dinámica del universo, La veneración de La
naturaleza de la que somos parte, y parte responsable. A partir de esta
densidad de ser, podemos y debemos asimilar la ciencia y la técnica como formas
de garantizar el tener, de mantener o rehacer los equilibrios ecológicos, y de
satisfacer equitativamente nuestras necesidades de forma suficiente.
ECOLOGÍA
PROFUNDA
Los
maestros del estos moderno de la relación persona-naturaleza nos han desviado
del camino recto. Necesitamos acercarnos a otros maestros fundadores de otra
tradición espiritual más integradora, que iniciaron una nueva delicadeza con la
naturaleza, como Francisco de Asís, Teilhard de Chardin, Mahatma Gandhi, y toda
la gran tradición. Para ellos conocer no era nunca un acto de apropiación y de
dominio sobre las cosas; era una forma de amor y comunión con las cosas. Todos
ellos valorizan la emoción como camino hacia el mundo y como forma de hacer la
experiencia de la divinidad.
Un
tipo de espiritualidad es la ecología profunda. Como ya hemos visto Ernest
Haeckel, biólogo alemán (1834-1919) creó en 1866 la palabra ecología y la
definió como el estudio de la inter-relación de todos los sistemas vivos y
no-vivos entre sí y con su medio ambiente, entendido éste como una casa de
donde deriva la palabra ecología (oikos en griego =casa). De un discurso
regional, como capítulo de la biología, ha pasado a ser actualmente un discurso
universal, tal vez el de mayor fuerza movilizadora del tercer milenio.
El
actual estado del mundo (polución del aire, contaminación de la tierra, pobreza
de dos terceras partes de la humanidad, etc.) revela el estado de la psique
humana. Estamos enfermos por dentro.
Así
como existe una ecología exterior, también existe una ecología interior. El
universo no está únicamente fuera de nosotros, con su autonomía, esta también
dentro de nosotros. Las violencias y las agresiones al medio ambiente Ianzan
raíces profundas en estructuras mentales que poseen su ancestralidad y genealogía
en nuestro interior. Todas las cosas están dentro de nosotros como imágenes,
símbolos y valores; el sol, el agua, el camino, las plantas, los minerales
viven en nosotros como figuras cargadas de emoción, como arquetipos.
Las experiencias benéficas que la psique humana ha vivido en su Larga historia,
en contacto con la naturaleza y también con el propio cuerpo, con las más
diversas pasiones, con los otros como masculino y femenino, padre y madre,
abuelos, nos, hermanos y hermanas, dejan marcas en el inconsciente colectivo y
en la percepción de cada persona.
A
veces el proceso de personalización individual deja vestigios en
comportamientos actuales. Por ejemplo, en la experiencia de cada uno existe “su
mundo», el cuerpo, la familia, la casa, el espacio de la subjetividad. Este ámbito
se mantiene cuidado y limpio. Fuera de él existe el vacío, la realidad amorfa y
lo indeterminado. Ahí puedo tirar objetos y descuidar su cuidado, pues se tiene
la impresión de que tales espacios no existen o que nadie los ve. De aquí se
entienden los hábitos culturales de tirar basura en lugares solitarios, en los
Iagos y en los mares, aparentemente sin dueño. Para la psicología infantil, lo
que no se ve no existe. Como residuo de esta visión puede permanecer en el
adulto la idea de que un objeto que no es visible no existe. Por eso lanza al
fondo del mar o esconde bajo tierra desechos nucleares o tóxicos con la
ilusoria sensación de haberlos realmente eliminado.
LA
DEFORMACIÓN CAPITALISTA DEL SER HUMANO
La
cultura del capital imperante hoy en el mundo ha elaborado métodos propios de
construcción colectiva de la subjetividad humana. En realidad los sistemas,
también los religiosos e ideológicos, solamente se mantienen porque consiguen penetrar
la mente de las personas y construirlas por dentro. EI sistema del capital y
del mercado ha conseguido penetrar todos los poros de la subjetividad personal
y colectiva, determinando el modo de vivir y de elaborar las emociones, la
forma de relacionarse con los otros, con el amor y la amistad, con la vida y
con la muerte. Así es que divulga subjetivamente que la vida no
tiene sentido si no está dotada de símbolos de posesión y de status, como un
cierto nivel de consumo, de bienes, de aparatos electrónicos, de coches, de
algunos objetos de arte, de vivienda en sitios de prestigio.
Los
distintos sistemas fabrican socialmente al individuo que se les adecua, con las
virtudes que lo refuerzan, refrenando las fuerzas que podrían ponerlo en crisis
o que le permitirían elaborar una alternativa. Por eso Herbert Marcuse hablaba
justamente de la fabricación moderna del hombre unidimensional. En lugar de
enseñar a controlar los impulsos naturales del ser humano, el sistema incentiva
algunos, reforzándolos intencionalmente de manera empobrecida, y otros
simplemente los elimina. En la era tecnológica se verifica en la psique la invasión
de objetos inanimados sin ninguna referencia humana. Los artefactos crean
soledad, los datos de la informática y del ordenador llegan destituidos de
tonalidad afectiva. Se genera el individualismo con personalidades emotivamente
fragmentadas, hostiles y antisociales. Los otros son vividos como extraños e
impedimentos para la satisfacción de los deseos individuales.
Se
oculta la otra necesidad fundamental del ser humano que es la necesidad de ser,
de elaborar su identidad única. Aquí no cabe la manipulación y la fabricación
colectiva de la subjetividad, sino la Libertad, la creatividad, la osadía de
seguir caminos difíciles pero personales. Tal dimensión es subversiva para los
sistemas de regulación social, moral y religiosa. Pero es a partir de tales
caminos como el ser humano puede enfrentarse al mundo del tener sin caer en su obsesión
y ser víctima de su fetichismo. Ya lo decía el cacique piel roja, Seattle:
“Cuando el ultimo árbol sea derribado, cuando el ultimo rio sea envenenado,
cuando el ultimo pez sea capturado, solamente entonces nos daremos cuenta de
que no se puede comer dinero.”
ECOLOGÍA
INTEGRAL
La ecología
de la mente trata de recuperar el núcleo valorativo-emocional del ser humano
ante la naturaleza. Procura desarrollar la capacidad de convivencia y de
escucha del mensaje que todos los seres Ianzan con su presencia y de reforzar la
potencialidad de encantarse con el universo, con su complejidad, majestad,
grandeza. Busca animar las energías positivas del ser humano para enfrentar con
éxito el peso de la existencia y las contradicciones de nuestra cultura
dualista, materialista, machista y consumista.
La ecología
integral parte de una nueva visión de la Tierra, inaugurada por los
astronautas a partir de los años sesenta del siglo XX, cuando se lanzaron las
primeras naves espaciales tripuladas. Ellos vieron la Tierra desde afuera.
Desde la nave espacial o desde la Luna, la Tierra —según el testimonio de
algunos de ellos— aparece como un resplandeciente punto azul-blanco que cabe en
la palma de la mano y puede esconderse detrás del dedo pulgar. Desde esa
distancia se borran las diferencias entre ricos y pobres, occidentales y
orientales, neoliberales y socialistas. Todos son igualmente humanos. Es más,
desde esa perspectiva Tierra y seres humanos aparecen como una misma entidad.
EI ser humano es la propia tierra que siente, piensa, ama, llora y venera.
Los
cosmólogos, gracias a la astrofísica, a la física cuántica, a la nueva biología,
en una palabra a las ciencias de la Tierra, nos hacen ver que todo el universo
se encuentra en cosmogénesis. Es decir, esta todavía en génesis,
constituyéndose y naciendo, formando un sistema abierto, capaz siempre de
nuevas adquisiciones y expresiones. Por lo tanto nada está acabado y nadie ha
terminado de nacer. Por esto tenemos que tener paciencia con el proceso global,
los unos con otros, y con nosotros mismos, pues nosotros humanos también estamos
en proceso de antropogénesis, de formación y de nacimiento. Conclusión: una visión
holística y liberadora de la ecología
La ecología
integral procura habituar al ser humano a esta visión integral y holística. El
holismo no es la suma de las partes sino captar la totalidad orgánica, una y
diversa en sus partes. Esta cosmovisión despierta en el ser humano la
conciencia de su misión dentro de esa inmensa totalidad. EI es un ser que puede
captar todas esas dimensiones, alegrarse con ellas, alabar y agradecer a la
Inteligencia que ordena todo y al Amor que mueve todo, sentirse un ser ético,
responsable por la parte del universo que le cabe habitar, la Tierra.
Esta
visión exige una nueva civilización y un nuevo tipo de religión, capaz de re-Ligar
Dios y mundo, mundo y ser humano, ser humano y espiritualidad del cosmos. El
cristianismo está llamado a profundizar la dimensión cósmica siempre presente
en su fe. Dios está en todo y todo está en Dios. La encarnación del Hijo
implica asumir la materia e insertarse en el proceso cósmico (el Cristo Cósmico
de san Pablo, Duns Scoto y Teilhard de Chardin).
ECOLOGIA
SOCIAL FRENTE A LA POBREZA Y LA EXCLUSION
Hablamos
hoy de las muchas crisis que estamos sufriendo: crisis económica, energética,
social, educativa, moral, ecológica y espiritual. Si observamos bien veremos
que en todas ellas se encuentra la crisis fundamental: la crisis del tipo de civilización
que hemos creado en los últimos 400 años. Esta crisis es global porque este
tipo de civilización ha sido prácticamente difundida e impuesta a todo el
globo.
¿Cuál
es la señal visible que caracteriza este tipo de civilización? Que produce
pobreza y miseria por un lado y, por el otro, riqueza y acumulación. Este fenómeno
se nota a nivel mundial y hay pocos países ricos y muchos países pobres. Se
nota principalmente en el ámbito de las naciones: pocos estratos beneficiados
con gran abundancia de bienes de vida (comida, medios de salud, de vivienda, de
formación, de diversión), y grandes mayorías carentes de lo esencial para
vivir. Incluso en los llamados países industrializados del hemisferio norte hay
bolsas de pobreza (Tercer Mundo en el Primer Mundo) así como hay sectores
opulentos en el Tercer Mundo (Primer Mundo en el Tercer Mundo), en medio de la
miseria generalizada. Las críticas que siguen pretenden denunciar las causas de
esta situación.
Hay
tres líneas de crítica al actual modelo de civilización y de
sociedad:
*La
primera, hecha por los movimientos de liberación de los oprimidos, dice: el
núcleo de esta sociedad no está construido sobre la vida, el bien común, la participación
y la solidaridad entre los humanos. Su eje estructurador está en la economía de
corte capitalista, conjunto de poderes e instrumentos de creación de riqueza
mediante la depredación de la naturaleza y la explotación de los seres humanos.
La economía es la economía del crecimiento ilimitado, en el menor tiempo
posible, con la mínima inversión y máxima rentabilidad. Quien consiga obedecer
esta lógica y mantenerse dentro de esta dinámica acumulará y será rico a costa
de un permanente proceso de explotación.
¿Cuáles
son las criticas principales a este modelo social?-Que no consigue crear
riqueza sin generar al mismo tiempo pobreza, que es incapaz de conseguir
desarrollo económico sin producir simultáneamente explotación social nacional e
internacional. Y tampoco es democrático porque monta un sistema político de
control y de dominio del proceso productivo por parte de los detentores del
poder económico.. De esta crítica han nacido los movimientos de los oprimidos
por su liberación. En ella echa sus raíces la teología de la Liberación, la
primera síntesis teológica nacida en el Tercer Mundo (América Latina).
*La
segunda línea crítica procede de los grupos
pacifistas y de la no-violencia activa. Estos grupos se dan cuenta de que el
tipo de sociedad de desarrollo desigual produce mucha violencia. Violencia
social e injusticia societaria por causa de la desigualdad; violencia a nivel
nacional e internacional. Esta violencia es consecuencia directa de la dominación
de ciertos países que detentan el poder científico y técnico sobre otros más
atrasados. El conflicto generalizado tiene mil rostros, los más conocidos de
los cuales son los conflictos de clase, de etnia, de género, de religión. EI
modelo vigente de sociedad no favorece la solidaridad, y sí la competencia; no
el dialogo y el consenso, y sí la disputa y la lucha de todos contra todos.
Mantener
la cohesión mínima de una sociedad desestabilizada internamente requiere
cuerpos militares para el control y la represión. Datos recientes señalaban que
dos terceras partes de la inteligencia mundial trabajan en proyectos militares.
Incluso después del fin de la guerra fría se aplican en la industria de muerte
cerca de 1 a 3 billones de dólares por año mientras que a la conservación del
planeta y de sus ecosistemas se destinan solamente 130.000 millones. Contra
esta tendencia han surgido en todo el mundo movimientos por la paz y por la
no-violencia activa
*El
tercer grupo de críticas que nos interesa
directamente es el de los movimientos ecológicos. Constatan que los tipos de
sociedad y de desarrollo existentes no consiguen producir riqueza sin producir simultáneamente
degradación ambiental. Lo que el sistema industrial produce en demasía es
basura, residuos tóxicos, escoria radioactiva, contaminación atmosférica,
lluvias acidas, disminución de la capa de ozono, envenenamiento de la tierra,
de las aguas y del aire; en una palabra, deterioro de la calidad general de
vida. Estas preocupaciones están creando una cultura ecológica, es decir, una
conciencia colectiva de responsabilidad por la supervivencia del planeta con su
inmensa biodiversidad y por el futuro de la especie Homo.
Es
importante articular hoy todos estos frentes críticos al sistema imperante,
mirando hacia un nuevo paradigma de civilización y de sociedad, en la que podamos
caber todos y donde imperen relaciones más benevolentes con el medio ambiente.
Somos parte de un inmenso equilibrio/desequilibrio ecosocial.
LA
CORRIENTE ECOLÓGICA EN SU DIMENSIÓN SOCIAL
Queremos
ahora profundizar la tercera corriente, la ecológica, en su dimensión social.
EI gran reto viene de la pobreza y de la miseria. Estos son los principales
problemas ecológicos de la humanidad. Comencemos diciendo que pobreza y miseria
son problemas sociales y no naturales ni fatales. Son causadas por la manera
como se organiza la sociedad. Hoy tenemos conciencia de que lo social es parte
de lo ecológico, en su sentido amplio y verdadero. Ecología tiene que ver con
las relaciones de todo con todo, en todas las dimensiones. Todo está
interconectado. No hay compartimentos estancos, lo ambiental por un lado y lo
social por el otro. La ecología social se propone estudiar las conexiones que
las sociedades establecen entre sus miembros y las instituciones, y las de
todos ellos con la naturaleza que los contiene. Ante todo conviene señalar:
—En
ecología no basta el conservacionismo (conservar las especies en extinción),
como si la ecología se restringiese únicamente a un sector de la naturaleza, el
biótico amenazado. Hoy en día todo el planeta debe ser conservado porque todo
él está amenazado.
—No
basta el preservacionismo (preservar mediante reservas o parque naturales
regiones donde se conserva el equilibrio ambiental). Esto favorece
principalmente el turismo ecologico e induce un comportamiento reduccionista:
el ser humano se comporta con respeto y veneración solamente en esas unidades
de conservación, en los demás sitios sigue la lógica de la devastación.
—No
basta el ambientalismo, como si la ecología no tuviese que ver más que con el
ambiente natural, el verde, las especies y el aire. Esta perspectiva podría ser
reduccionista y anti humanista, presuponiendo que el ambiente siempre es mejor
sin la presencia del ser humano. Esta visión ambientalista se encuentra fácilmente
en muchos ecologistas del hemisferio norte. Después de haber dominado política
y económicamente el mundo, lo quieren purificado solamente para ellos. Tenemos
que estar atentos a cierto ambientalismo político que esconde tras sus
proyectos una actitud de violación ecológica permanente. Perdura en el la visión
antropocéntrica, según la cual el ser humano puede y debe dominar la
naturaleza. Más que la armonía permanente lo que quiere en realidad es una
simple tregua, necesaria para que la naturaleza se rehaga de sus heridas y
vuelva a ser devastada.
Por
eso necesitamos de una adecuada ecología social que sepa articular la justicia
social con la justicia ecológica. Los problemas de la pobreza y la miseria
deben ser discutidos dentro de la justicia social. Pobreza y miseria son
cuestiones eco-sociales que deben encontrar una solución ecosocial.
En
ecología la pregunta básica es siempre: ¿en qué medida esta o aquella ciencia,
actividad social, practica institucional o personal ayudan a mantener o a
romper el equilibrio de todas las cosas entre sí, a preservar o a destruir las
condiciones de evolución/desarrollo de los seres?
Nosotros,
con todo lo que somos por naturaleza y hacemos por cultura, somos parte de un
inmenso equilibrio del ecosistema. En este sentido tomar conciencia de la problemática
ecológica global implica adquirir conciencia de la situación socioeconómica,
política y cultural de nuestras sociedades, lo cual significa conocer la explotación
de los países del Sur por los industrializados del Norte.
Desde
el punto de vista económico los bancos se han asegurado y están protegidos
contra el impago de la deuda. A través de la deuda el sistema continua imponiéndose
a todos, elaborando políticas globales que favorecen sus intereses
estratégicos. Estimula un desarrollo que privilegia los megaproyectos y las
monoculturas (soja en Brasil, ganado en América Central, frutas en Chile,
etc.); proporciona créditos para imple-mentar tales proyectos, como la financiación
del Banco Mundial, del BID y del FMI. Así se crea el endeudamiento. A causa de la
insolvencia de los países deudores se les hacen nuevos préstamos para pagar los
intereses que adeudan, con los intereses nuevos aumentados como condición para la
financiación de nuevos proyectos. Y así se renueva el círculo de la
dependencia, del neocolonialismo y de la dominación.
Mientras
permanezca el modelo de desarrollo imperante, dirigido hacia fuera, produciendo
lo que los ricos quieren que produzcamos para ellos, y no atendiendo a nuestro
mercado interno, volveremos a este círculo vicioso con sus mismas consecuencias
perversas. EI economista estadounidense Kennet E. Baoulding llama a la economía
capitalista economía de cowboy: se basa en la abundancia, aparentemente
ilimitada, de recursos y de espacios libres para invadir y establecerse. Es el
antropocentrismo incontrolado. La otra economía, hacia la cual debemos caminar,
se llama economía de la nave espacial 77. En esta nave, como en cualquier otro
transporte aéreo, la supervivencia de los pasajeros depende del equilibrio
entre la capacidad de carga del aparato y las necesidades de los pasajeros.
ETICA
SOCIOAMBIENTAL
En
este contexto emerge la exigencia de una ética que no se restrinja al
comportamiento de los seres humanos entre sí, sino que se amplíe a su relación
con el medio ambiente (aire, tierra, aguas, animales, bosques, procesos
productivos, etc.).
Esta
nueva ética socioambiental debe mantenerse equidistante de las dos crispaciones
que quiebran siempre el equilibrio ecologico: el naturismo y el
antropocentrismo. El naturismo concibe la naturaleza como un sujeto
ensimismado, con sus leyes inmutables, intocables y sagradas; los seres humanos
deben someterse a ellas. EI antropocentrismo dice lo contrario: el ser humano
es rey y señor de la creación, puede intervenir a su gusto y no debe sentirse ligado
ni limitado por la naturaleza. Ambas visiones están equivocadas porque separan
lo que debe estar unido. Todo esto lo convierte en un ser responsable. Y la
responsabilidad lo convierte en un ser ético. Puede sentirse el ángel bueno de la
naturaleza, su custodio, el heredero responsable ante su Creador, igual que
puede comportarse como el demonio de la Tierra, destruyendo, rompiendo
equilibrios, y devastando especies de seres vivos e incluso a sus semejantes.
Se
impone urgentemente una justicia ecológica. La justicia ecológica significa lo
siguiente: el ser humano tiene una deuda de justicia con la Tierra. La Tierra
posee su subjetividad, su dignidad, su alteridad, sus derechos. Existía muchos
millones de años antes de que existiese el ser humano y tiene derecho a seguir
existiendo con su complejidad, con su patrimonio genético, con su bien común,
con su equilibrio, y con sus, posibilidades de continuar y de evolucionar. Uno
de sus hijos, el ser humano, se volvió contra ella. La justicia ecológica
propone una nueva actitud con la Tierra, de benevolencia y de mutua
pertenencia, y al mismo tiempo una actitud de reparación de las injusticias
practicadas. Si el proyecto científico-técnico desestructuró, hoy puede
redimirse.
La
nueva ética socioambiental solo se implementará si surge y crece cada vez más
una nueva conciencia planetaria, la conciencia de ser responsables del destino común
de todos los seres Un importante filosofo de la ética de la responsabilidad,
Hans Jonas, formulo, en la línea de Kant, un nuevo imperativo ético para
nuestros días: “Compórtate de tal manera que los efectos de tus acciones sean
compatibles con la permanencia de la naturaleza y de la vida humana sobre la
Tierra”.
Desde
el punto de vista teológico podemos hablar de pecado ecologico. EI precepto bíblico
de “no mataras”(Ex 20,13) abarca también al biocidio y ecocidio futuros. No nos
es permitido crear condiciones ambientales y sociales que en el futuro
produzcan enfermedades y muerte a los seres vivos, humanos y no humanos. EI
pecado ecologico es un pecado social e histórico. En razón de estos posibles
efectos se entiende la solidaridad generacional. Debemos sentirnos solidarios
de aquellos que todavía no han venido al mundo. Para llegar a la raíz de
nuestros males, y también a su remedio, necesitamos una nueva cosmología
espiritual, es decir, una reflexión que vea el planeta como un gran espejo de
Dios, el espacio de la creatividad responsable del ser humano.
Cuando hablamos aquí de espiritualidad pensamos en una
experiencia de base englobante con la cual se capta la totalidad de las cosas
exactamente como una totalidad orgánica, cargada de significado y de
valor. En su sentido originario espíritu, de donde viene la palabra
espiritualidad, es la cualidad de todo ser que respira. Por lo tanto es todo
ser que vive, como el ser humano, el animal y la planta. Pero no solo eso, la
Tierra entera y todo el universo son vivenciados como portadores de espíritu,
porque de ellos viene la vida, proporcionan todos los elementos para la vida y
mantienen el movimiento creador y organizador. Espiritualidad es la
actitud que pone la vida en el centro, que defiende y promueve la vida contra
todos los mecanismos de disminución, estancamiento y muerte.
En
este sentido lo opuesto al espíritu no es cuerpo, sino muerte, tomada en su
sentido amplio de muerte biológica, social y existencial (fracaso, humillación,
opresión). Alimentar la espiritualidad significa estar abierto a todo lo
que es portador de vida, cultivar el espacio de experiencia interior a partir
del cual todas las cosas se ligan y se re-ligan.
El
hombre/mujer espiritual es aquel que siempre percibe el otro Lado de la
realidad, capaz de captar la profundidad que se revela y vela en todas las cosas,
y que consigue entrever la relación de todo con la Ultima Realidad.
La
crisis ecológica revela la crisis de sentido fundamental de nuestro sistema de
vida, de nuestro modo de sociedad y de desarrollo. No podemos seguir
apoyándonos en el poder como dominio y en la voracidad irresponsable de la
naturaleza y de las personas. No podemos seguir pretendiendo estar por encima
de las cosas del universo, sino al lado de ellas y a favor de ellas. EI
desarrollo debe ser con la naturaleza y no contra la naturaleza.
Lo
que actualmente debe ser mundializado no es tanto el capital, el mercado, la
ciencia y la técnica; Lo que fundamentalmente debe ser más mundializado
es la solidaridad con todos los seres empezando por los más afectados, La valorización
ardiente de la vida en todas sus formas, la participación como respuesta a la llamada
de cada ser humano y a la propia dinámica del universo, La veneración de La
naturaleza de la que somos parte, y parte responsable. A partir de esta
densidad de ser, podemos y debemos asimilar la ciencia y la técnica como formas
de garantizar el tener, de mantener o rehacer los equilibrios ecológicos, y de
satisfacer equitativamente nuestras necesidades de forma suficiente.
ECOLOGÍA
PROFUNDA
Los
maestros del estos moderno de la relación persona-naturaleza nos han desviado
del camino recto. Necesitamos acercarnos a otros maestros fundadores de otra
tradición espiritual más integradora, que iniciaron una nueva delicadeza con la
naturaleza, como Francisco de Asís, Teilhard de Chardin, Mahatma Gandhi, y toda
la gran tradición. Para ellos conocer no era nunca un acto de apropiación y de
dominio sobre las cosas; era una forma de amor y comunión con las cosas. Todos
ellos valorizan la emoción como camino hacia el mundo y como forma de hacer la
experiencia de la divinidad.
Un
tipo de espiritualidad es la ecología profunda. Como ya hemos visto Ernest
Haeckel, biólogo alemán (1834-1919) creó en 1866 la palabra ecología y la
definió como el estudio de la inter-relación de todos los sistemas vivos y
no-vivos entre sí y con su medio ambiente, entendido éste como una casa de
donde deriva la palabra ecología (oikos en griego =casa). De un discurso
regional, como capítulo de la biología, ha pasado a ser actualmente un discurso
universal, tal vez el de mayor fuerza movilizadora del tercer milenio.
El
actual estado del mundo (polución del aire, contaminación de la tierra, pobreza
de dos terceras partes de la humanidad, etc.) revela el estado de la psique
humana. Estamos enfermos por dentro.
Así
como existe una ecología exterior, también existe una ecología interior. El
universo no está únicamente fuera de nosotros, con su autonomía, esta también
dentro de nosotros. Las violencias y las agresiones al medio ambiente Ianzan
raíces profundas en estructuras mentales que poseen su ancestralidad y genealogía
en nuestro interior. Todas las cosas están dentro de nosotros como imágenes,
símbolos y valores; el sol, el agua, el camino, las plantas, los minerales
viven en nosotros como figuras cargadas de emoción, como arquetipos.
Las experiencias benéficas que la psique humana ha vivido en su Larga historia,
en contacto con la naturaleza y también con el propio cuerpo, con las más
diversas pasiones, con los otros como masculino y femenino, padre y madre,
abuelos, nos, hermanos y hermanas, dejan marcas en el inconsciente colectivo y
en la percepción de cada persona.
A
veces el proceso de personalización individual deja vestigios en
comportamientos actuales. Por ejemplo, en la experiencia de cada uno existe “su
mundo», el cuerpo, la familia, la casa, el espacio de la subjetividad. Este ámbito
se mantiene cuidado y limpio. Fuera de él existe el vacío, la realidad amorfa y
lo indeterminado. Ahí puedo tirar objetos y descuidar su cuidado, pues se tiene
la impresión de que tales espacios no existen o que nadie los ve. De aquí se
entienden los hábitos culturales de tirar basura en lugares solitarios, en los
Iagos y en los mares, aparentemente sin dueño. Para la psicología infantil, lo
que no se ve no existe. Como residuo de esta visión puede permanecer en el
adulto la idea de que un objeto que no es visible no existe. Por eso lanza al
fondo del mar o esconde bajo tierra desechos nucleares o tóxicos con la
ilusoria sensación de haberlos realmente eliminado.
LA
DEFORMACIÓN CAPITALISTA DEL SER HUMANO
La
cultura del capital imperante hoy en el mundo ha elaborado métodos propios de
construcción colectiva de la subjetividad humana. En realidad los sistemas,
también los religiosos e ideológicos, solamente se mantienen porque consiguen penetrar
la mente de las personas y construirlas por dentro. EI sistema del capital y
del mercado ha conseguido penetrar todos los poros de la subjetividad personal
y colectiva, determinando el modo de vivir y de elaborar las emociones, la
forma de relacionarse con los otros, con el amor y la amistad, con la vida y
con la muerte. Así es que divulga subjetivamente que la vida no
tiene sentido si no está dotada de símbolos de posesión y de status, como un
cierto nivel de consumo, de bienes, de aparatos electrónicos, de coches, de
algunos objetos de arte, de vivienda en sitios de prestigio.
Los
distintos sistemas fabrican socialmente al individuo que se les adecua, con las
virtudes que lo refuerzan, refrenando las fuerzas que podrían ponerlo en crisis
o que le permitirían elaborar una alternativa. Por eso Herbert Marcuse hablaba
justamente de la fabricación moderna del hombre unidimensional. En lugar de
enseñar a controlar los impulsos naturales del ser humano, el sistema incentiva
algunos, reforzándolos intencionalmente de manera empobrecida, y otros
simplemente los elimina. En la era tecnológica se verifica en la psique la invasión
de objetos inanimados sin ninguna referencia humana. Los artefactos crean
soledad, los datos de la informática y del ordenador llegan destituidos de
tonalidad afectiva. Se genera el individualismo con personalidades emotivamente
fragmentadas, hostiles y antisociales. Los otros son vividos como extraños e
impedimentos para la satisfacción de los deseos individuales.
Se
oculta la otra necesidad fundamental del ser humano que es la necesidad de ser,
de elaborar su identidad única. Aquí no cabe la manipulación y la fabricación
colectiva de la subjetividad, sino la Libertad, la creatividad, la osadía de
seguir caminos difíciles pero personales. Tal dimensión es subversiva para los
sistemas de regulación social, moral y religiosa. Pero es a partir de tales
caminos como el ser humano puede enfrentarse al mundo del tener sin caer en su obsesión
y ser víctima de su fetichismo. Ya lo decía el cacique piel roja, Seattle:
“Cuando el ultimo árbol sea derribado, cuando el ultimo rio sea envenenado,
cuando el ultimo pez sea capturado, solamente entonces nos daremos cuenta de
que no se puede comer dinero.”
ECOLOGÍA
INTEGRAL
La ecología
de la mente trata de recuperar el núcleo valorativo-emocional del ser humano
ante la naturaleza. Procura desarrollar la capacidad de convivencia y de
escucha del mensaje que todos los seres Ianzan con su presencia y de reforzar la
potencialidad de encantarse con el universo, con su complejidad, majestad,
grandeza. Busca animar las energías positivas del ser humano para enfrentar con
éxito el peso de la existencia y las contradicciones de nuestra cultura
dualista, materialista, machista y consumista.
La ecología
integral parte de una nueva visión de la Tierra, inaugurada por los
astronautas a partir de los años sesenta del siglo XX, cuando se lanzaron las
primeras naves espaciales tripuladas. Ellos vieron la Tierra desde afuera.
Desde la nave espacial o desde la Luna, la Tierra —según el testimonio de
algunos de ellos— aparece como un resplandeciente punto azul-blanco que cabe en
la palma de la mano y puede esconderse detrás del dedo pulgar. Desde esa
distancia se borran las diferencias entre ricos y pobres, occidentales y
orientales, neoliberales y socialistas. Todos son igualmente humanos. Es más,
desde esa perspectiva Tierra y seres humanos aparecen como una misma entidad.
EI ser humano es la propia tierra que siente, piensa, ama, llora y venera.
Los
cosmólogos, gracias a la astrofísica, a la física cuántica, a la nueva biología,
en una palabra a las ciencias de la Tierra, nos hacen ver que todo el universo
se encuentra en cosmogénesis. Es decir, esta todavía en génesis,
constituyéndose y naciendo, formando un sistema abierto, capaz siempre de
nuevas adquisiciones y expresiones. Por lo tanto nada está acabado y nadie ha
terminado de nacer. Por esto tenemos que tener paciencia con el proceso global,
los unos con otros, y con nosotros mismos, pues nosotros humanos también estamos
en proceso de antropogénesis, de formación y de nacimiento. Conclusión: una visión
holística y liberadora de la ecología
La ecología
integral procura habituar al ser humano a esta visión integral y holística. El
holismo no es la suma de las partes sino captar la totalidad orgánica, una y
diversa en sus partes. Esta cosmovisión despierta en el ser humano la
conciencia de su misión dentro de esa inmensa totalidad. EI es un ser que puede
captar todas esas dimensiones, alegrarse con ellas, alabar y agradecer a la
Inteligencia que ordena todo y al Amor que mueve todo, sentirse un ser ético,
responsable por la parte del universo que le cabe habitar, la Tierra.
Esta
visión exige una nueva civilización y un nuevo tipo de religión, capaz de re-Ligar
Dios y mundo, mundo y ser humano, ser humano y espiritualidad del cosmos. El
cristianismo está llamado a profundizar la dimensión cósmica siempre presente
en su fe. Dios está en todo y todo está en Dios. La encarnación del Hijo
implica asumir la materia e insertarse en el proceso cósmico (el Cristo Cósmico
de san Pablo, Duns Scoto y Teilhard de Chardin).
ECOLOGIA
SOCIAL FRENTE A LA POBREZA Y LA EXCLUSION
Hablamos
hoy de las muchas crisis que estamos sufriendo: crisis económica, energética,
social, educativa, moral, ecológica y espiritual. Si observamos bien veremos
que en todas ellas se encuentra la crisis fundamental: la crisis del tipo de civilización
que hemos creado en los últimos 400 años. Esta crisis es global porque este
tipo de civilización ha sido prácticamente difundida e impuesta a todo el
globo.
¿Cuál
es la señal visible que caracteriza este tipo de civilización? Que produce
pobreza y miseria por un lado y, por el otro, riqueza y acumulación. Este fenómeno
se nota a nivel mundial y hay pocos países ricos y muchos países pobres. Se
nota principalmente en el ámbito de las naciones: pocos estratos beneficiados
con gran abundancia de bienes de vida (comida, medios de salud, de vivienda, de
formación, de diversión), y grandes mayorías carentes de lo esencial para
vivir. Incluso en los llamados países industrializados del hemisferio norte hay
bolsas de pobreza (Tercer Mundo en el Primer Mundo) así como hay sectores
opulentos en el Tercer Mundo (Primer Mundo en el Tercer Mundo), en medio de la
miseria generalizada. Las críticas que siguen pretenden denunciar las causas de
esta situación.
Hay
tres líneas de crítica al actual modelo de civilización y de
sociedad:
*La
primera, hecha por los movimientos de liberación de los oprimidos, dice: el
núcleo de esta sociedad no está construido sobre la vida, el bien común, la participación
y la solidaridad entre los humanos. Su eje estructurador está en la economía de
corte capitalista, conjunto de poderes e instrumentos de creación de riqueza
mediante la depredación de la naturaleza y la explotación de los seres humanos.
La economía es la economía del crecimiento ilimitado, en el menor tiempo
posible, con la mínima inversión y máxima rentabilidad. Quien consiga obedecer
esta lógica y mantenerse dentro de esta dinámica acumulará y será rico a costa
de un permanente proceso de explotación.
¿Cuáles
son las criticas principales a este modelo social?-Que no consigue crear
riqueza sin generar al mismo tiempo pobreza, que es incapaz de conseguir
desarrollo económico sin producir simultáneamente explotación social nacional e
internacional. Y tampoco es democrático porque monta un sistema político de
control y de dominio del proceso productivo por parte de los detentores del
poder económico.. De esta crítica han nacido los movimientos de los oprimidos
por su liberación. En ella echa sus raíces la teología de la Liberación, la
primera síntesis teológica nacida en el Tercer Mundo (América Latina).
*La
segunda línea crítica procede de los grupos
pacifistas y de la no-violencia activa. Estos grupos se dan cuenta de que el
tipo de sociedad de desarrollo desigual produce mucha violencia. Violencia
social e injusticia societaria por causa de la desigualdad; violencia a nivel
nacional e internacional. Esta violencia es consecuencia directa de la dominación
de ciertos países que detentan el poder científico y técnico sobre otros más
atrasados. El conflicto generalizado tiene mil rostros, los más conocidos de
los cuales son los conflictos de clase, de etnia, de género, de religión. EI
modelo vigente de sociedad no favorece la solidaridad, y sí la competencia; no
el dialogo y el consenso, y sí la disputa y la lucha de todos contra todos.
Mantener
la cohesión mínima de una sociedad desestabilizada internamente requiere
cuerpos militares para el control y la represión. Datos recientes señalaban que
dos terceras partes de la inteligencia mundial trabajan en proyectos militares.
Incluso después del fin de la guerra fría se aplican en la industria de muerte
cerca de 1 a 3 billones de dólares por año mientras que a la conservación del
planeta y de sus ecosistemas se destinan solamente 130.000 millones. Contra
esta tendencia han surgido en todo el mundo movimientos por la paz y por la
no-violencia activa
*El
tercer grupo de críticas que nos interesa
directamente es el de los movimientos ecológicos. Constatan que los tipos de
sociedad y de desarrollo existentes no consiguen producir riqueza sin producir simultáneamente
degradación ambiental. Lo que el sistema industrial produce en demasía es
basura, residuos tóxicos, escoria radioactiva, contaminación atmosférica,
lluvias acidas, disminución de la capa de ozono, envenenamiento de la tierra,
de las aguas y del aire; en una palabra, deterioro de la calidad general de
vida. Estas preocupaciones están creando una cultura ecológica, es decir, una
conciencia colectiva de responsabilidad por la supervivencia del planeta con su
inmensa biodiversidad y por el futuro de la especie Homo.
Es
importante articular hoy todos estos frentes críticos al sistema imperante,
mirando hacia un nuevo paradigma de civilización y de sociedad, en la que podamos
caber todos y donde imperen relaciones más benevolentes con el medio ambiente.
Somos parte de un inmenso equilibrio/desequilibrio ecosocial.
LA
CORRIENTE ECOLÓGICA EN SU DIMENSIÓN SOCIAL
Queremos
ahora profundizar la tercera corriente, la ecológica, en su dimensión social.
EI gran reto viene de la pobreza y de la miseria. Estos son los principales
problemas ecológicos de la humanidad. Comencemos diciendo que pobreza y miseria
son problemas sociales y no naturales ni fatales. Son causadas por la manera
como se organiza la sociedad. Hoy tenemos conciencia de que lo social es parte
de lo ecológico, en su sentido amplio y verdadero. Ecología tiene que ver con
las relaciones de todo con todo, en todas las dimensiones. Todo está
interconectado. No hay compartimentos estancos, lo ambiental por un lado y lo
social por el otro. La ecología social se propone estudiar las conexiones que
las sociedades establecen entre sus miembros y las instituciones, y las de
todos ellos con la naturaleza que los contiene. Ante todo conviene señalar:
—En
ecología no basta el conservacionismo (conservar las especies en extinción),
como si la ecología se restringiese únicamente a un sector de la naturaleza, el
biótico amenazado. Hoy en día todo el planeta debe ser conservado porque todo
él está amenazado.
—No
basta el preservacionismo (preservar mediante reservas o parque naturales
regiones donde se conserva el equilibrio ambiental). Esto favorece
principalmente el turismo ecologico e induce un comportamiento reduccionista:
el ser humano se comporta con respeto y veneración solamente en esas unidades
de conservación, en los demás sitios sigue la lógica de la devastación.
—No
basta el ambientalismo, como si la ecología no tuviese que ver más que con el
ambiente natural, el verde, las especies y el aire. Esta perspectiva podría ser
reduccionista y anti humanista, presuponiendo que el ambiente siempre es mejor
sin la presencia del ser humano. Esta visión ambientalista se encuentra fácilmente
en muchos ecologistas del hemisferio norte. Después de haber dominado política
y económicamente el mundo, lo quieren purificado solamente para ellos. Tenemos
que estar atentos a cierto ambientalismo político que esconde tras sus
proyectos una actitud de violación ecológica permanente. Perdura en el la visión
antropocéntrica, según la cual el ser humano puede y debe dominar la
naturaleza. Más que la armonía permanente lo que quiere en realidad es una
simple tregua, necesaria para que la naturaleza se rehaga de sus heridas y
vuelva a ser devastada.
Por
eso necesitamos de una adecuada ecología social que sepa articular la justicia
social con la justicia ecológica. Los problemas de la pobreza y la miseria
deben ser discutidos dentro de la justicia social. Pobreza y miseria son
cuestiones eco-sociales que deben encontrar una solución ecosocial.
En
ecología la pregunta básica es siempre: ¿en qué medida esta o aquella ciencia,
actividad social, practica institucional o personal ayudan a mantener o a
romper el equilibrio de todas las cosas entre sí, a preservar o a destruir las
condiciones de evolución/desarrollo de los seres?
Nosotros,
con todo lo que somos por naturaleza y hacemos por cultura, somos parte de un
inmenso equilibrio del ecosistema. En este sentido tomar conciencia de la problemática
ecológica global implica adquirir conciencia de la situación socioeconómica,
política y cultural de nuestras sociedades, lo cual significa conocer la explotación
de los países del Sur por los industrializados del Norte.
Desde
el punto de vista económico los bancos se han asegurado y están protegidos
contra el impago de la deuda. A través de la deuda el sistema continua imponiéndose
a todos, elaborando políticas globales que favorecen sus intereses
estratégicos. Estimula un desarrollo que privilegia los megaproyectos y las
monoculturas (soja en Brasil, ganado en América Central, frutas en Chile,
etc.); proporciona créditos para imple-mentar tales proyectos, como la financiación
del Banco Mundial, del BID y del FMI. Así se crea el endeudamiento. A causa de la
insolvencia de los países deudores se les hacen nuevos préstamos para pagar los
intereses que adeudan, con los intereses nuevos aumentados como condición para la
financiación de nuevos proyectos. Y así se renueva el círculo de la
dependencia, del neocolonialismo y de la dominación.
Mientras
permanezca el modelo de desarrollo imperante, dirigido hacia fuera, produciendo
lo que los ricos quieren que produzcamos para ellos, y no atendiendo a nuestro
mercado interno, volveremos a este círculo vicioso con sus mismas consecuencias
perversas. EI economista estadounidense Kennet E. Baoulding llama a la economía
capitalista economía de cowboy: se basa en la abundancia, aparentemente
ilimitada, de recursos y de espacios libres para invadir y establecerse. Es el
antropocentrismo incontrolado. La otra economía, hacia la cual debemos caminar,
se llama economía de la nave espacial 77. En esta nave, como en cualquier otro
transporte aéreo, la supervivencia de los pasajeros depende del equilibrio
entre la capacidad de carga del aparato y las necesidades de los pasajeros.
ETICA
SOCIOAMBIENTAL
En
este contexto emerge la exigencia de una ética que no se restrinja al
comportamiento de los seres humanos entre sí, sino que se amplíe a su relación
con el medio ambiente (aire, tierra, aguas, animales, bosques, procesos
productivos, etc.).
Esta
nueva ética socioambiental debe mantenerse equidistante de las dos crispaciones
que quiebran siempre el equilibrio ecologico: el naturismo y el
antropocentrismo. El naturismo concibe la naturaleza como un sujeto
ensimismado, con sus leyes inmutables, intocables y sagradas; los seres humanos
deben someterse a ellas. EI antropocentrismo dice lo contrario: el ser humano
es rey y señor de la creación, puede intervenir a su gusto y no debe sentirse ligado
ni limitado por la naturaleza. Ambas visiones están equivocadas porque separan
lo que debe estar unido. Todo esto lo convierte en un ser responsable. Y la
responsabilidad lo convierte en un ser ético. Puede sentirse el ángel bueno de la
naturaleza, su custodio, el heredero responsable ante su Creador, igual que
puede comportarse como el demonio de la Tierra, destruyendo, rompiendo
equilibrios, y devastando especies de seres vivos e incluso a sus semejantes.
Se
impone urgentemente una justicia ecológica. La justicia ecológica significa lo
siguiente: el ser humano tiene una deuda de justicia con la Tierra. La Tierra
posee su subjetividad, su dignidad, su alteridad, sus derechos. Existía muchos
millones de años antes de que existiese el ser humano y tiene derecho a seguir
existiendo con su complejidad, con su patrimonio genético, con su bien común,
con su equilibrio, y con sus, posibilidades de continuar y de evolucionar. Uno
de sus hijos, el ser humano, se volvió contra ella. La justicia ecológica
propone una nueva actitud con la Tierra, de benevolencia y de mutua
pertenencia, y al mismo tiempo una actitud de reparación de las injusticias
practicadas. Si el proyecto científico-técnico desestructuró, hoy puede
redimirse.
La
nueva ética socioambiental solo se implementará si surge y crece cada vez más
una nueva conciencia planetaria, la conciencia de ser responsables del destino común
de todos los seres Un importante filosofo de la ética de la responsabilidad,
Hans Jonas, formulo, en la línea de Kant, un nuevo imperativo ético para
nuestros días: “Compórtate de tal manera que los efectos de tus acciones sean
compatibles con la permanencia de la naturaleza y de la vida humana sobre la
Tierra”.
Desde
el punto de vista teológico podemos hablar de pecado ecologico. EI precepto bíblico
de “no mataras”(Ex 20,13) abarca también al biocidio y ecocidio futuros. No nos
es permitido crear condiciones ambientales y sociales que en el futuro
produzcan enfermedades y muerte a los seres vivos, humanos y no humanos. EI
pecado ecologico es un pecado social e histórico. En razón de estos posibles
efectos se entiende la solidaridad generacional. Debemos sentirnos solidarios
de aquellos que todavía no han venido al mundo. Para llegar a la raíz de
nuestros males, y también a su remedio, necesitamos una nueva cosmología
espiritual, es decir, una reflexión que vea el planeta como un gran espejo de
Dios, el espacio de la creatividad responsable del ser humano.
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