I.- Estado de la cuestión (resumen)
El
estudio destaca las pérdidas que se producen a lo largo de toda la cadena
alimentaria, evalúa su trascendencia y establece sus causas así como las
posibles maneras de prevenirlas. Los resultados del estudio sugieren que
alrededor de un tercio de la producción de los alimentos destinados al consumo
humano se pierde o desperdicia en todo el mundo, lo que equivale a
aproximadamente 1 300 millones de toneladas al año. Esto significa
obligatoriamente que cantidades enormes de los recursos destinados a la
producción de alimentos se utilizan en vano, y que las emisiones de gases de
efecto invernadero causadas por la producción de alimentos que se pierden o
desperdician también son emisiones en vano.
Los alimentos se pierden o desperdician a lo largo de toda la cadena
alimentaria, desde la producción agrícola inicial hasta el consumo final en los
hogares.
En los países de ingresos altos y
medianos, los alimentos se desperdician de manera significativa en la etapa del
consumo, lo que significa que se desechan (se tiran)incluso si todavía son
adecuados para el consumo humano. En las regiones industrializadas, también se
producen pérdidas importantes al principio de las cadenas de suministro de
alimentos.
En los países de ingresos bajos, los
alimentos se pierden principalmente durante las primeras etapas y las etapas
intermedias de la cadena de suministro de alimentos y se desperdician muchos
menos alimentos en el consumo.
Las causas de las pérdidas y el
desperdicio de alimentos en los países de ingresos altos y medianos
provienen principalmente del comportamiento del consumidor y de la falta de
coordinación entre los diferentes actores de la cadena de suministro.
A nivel del consumidor, otras causas
que originan un gran desperdicio de alimentos son la poca planificación a la
hora de hacer la compra, las fechas «consumir preferentemente antes de» y la
actitud despreocupada de aquellos consumidores que pueden permitirse
desperdiciar comida.
La cuestión de las pérdidas de alimentos
es muy importante en los esfuerzos para combatir el hambre, aumentar los
ingresos y mejorar la seguridad alimentaria en los países más pobres del mundo.
Las pérdidas de alimentos conllevan el
desperdicio de recursos utilizados en la producción, como tierra, agua, energía
e insumos. Producir comida que no va a consumirse supone emisiones innecesarias
de CO2 además de pérdidas en el valor añadido de los alimentos producidos.
A nivel económico, las pérdidas de
alimentos que pueden evitarse tienen un impacto negativo directo en los
ingresos, tanto de los agricultores como de los consumidores.
Sin duda, la prioridad para los
consumidores pobres (hogares en situación de inseguridad alimentaria o de
riesgo) es el acceso a productos alimentarios nutritivos, inocuos y asequibles.
Cabe mencionar que la inseguridad alimentaria es, a menudo, más una cuestión de
acceso (poder adquisitivo y precio de los alimentos) que de suministro.
¿Cuántos alimentos se pierden y
desperdician actualmente en el mundo y qué medidas de prevención podrían
establecerse? Aunque todavía es imposible responder de manera precisa a esta
pregunta, no hay muchas investigaciones en curso al respecto. Es bastante
sorprendente si tenemos en cuenta que las previsiones sugieren que la
producción de alimentos debe aumentar de manera significativa para satisfacer
las futuras demandas mundiales. Sin embargo, no parece que se preste demasiada
atención a las pérdidas actuales en la cadena de suministro de alimentos, que
son seguramente considerables.
II Alcance de las pérdidas y el
desperdicio de alimentos
Aproximadamente un tercio de las partes
comestibles de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o
desperdicia, lo que representa alrededor de 1 300 millones de toneladas al año
La cantidad de alimentos per cápita
desperdiciada por los consumidores es de 95 a 115 kg/año en Europa y América
del Norte, mientras que esta cifra alcanza solo de 6 a 11 kg/año en el África
subsahariana y Asia meridional y sudoriental.
Los consumidores de los países
industrializados desperdician casi la misma cantidad de alimentos (222 millones
de toneladas) que la producción de alimentos neta total del África subsahariana
(230 millones de toneladas).
En los países industrializados se pierden
(tiran) alimentos cuando la producción excede la demanda.
En los países en desarrollo, las escasas
instalaciones de almacenamiento y la falta de infraestructura causan pérdidas
de alimentos durante la poscosecha. Los productos frescos (como
frutas, hortalizas, carne y pescado) directos de la explotación o tras la
captura pueden estropearse en climas cálidos debido a la falta de
infraestructura para el transporte, el almacenamiento, la refrigeración y los
mercados.
La actitud
«tirar es más barato que utilizar o reutilizar» de los países industrializados
provoca el desperdicio de alimentos
Caso particular: descartes en la pesca
Los descartes, la proporción de peces
capturados totales que se devuelven al mar (en la mayoría de los casos muertos,
agonizantes o gravemente dañados), representan una parte significativa de las
capturas marinas mundiales y se suelen considerar como un derroche económico de
los recursos marinos. La primera valoración global se publicó en 1994 y
determinó un descarte total de 27 millones de toneladas.
I.- Estado de la cuestión (resumen)
Los alimentos se pierden o desperdician a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde la producción agrícola inicial hasta el consumo final en los hogares.
En los países de ingresos altos y
medianos, los alimentos se desperdician de manera significativa en la etapa del
consumo, lo que significa que se desechan (se tiran)incluso si todavía son
adecuados para el consumo humano. En las regiones industrializadas, también se
producen pérdidas importantes al principio de las cadenas de suministro de
alimentos.
En los países de ingresos bajos, los
alimentos se pierden principalmente durante las primeras etapas y las etapas
intermedias de la cadena de suministro de alimentos y se desperdician muchos
menos alimentos en el consumo.
Las causas de las pérdidas y el
desperdicio de alimentos en los países de ingresos altos y medianos
provienen principalmente del comportamiento del consumidor y de la falta de
coordinación entre los diferentes actores de la cadena de suministro.
A nivel del consumidor, otras causas
que originan un gran desperdicio de alimentos son la poca planificación a la
hora de hacer la compra, las fechas «consumir preferentemente antes de» y la
actitud despreocupada de aquellos consumidores que pueden permitirse
desperdiciar comida.
La cuestión de las pérdidas de alimentos
es muy importante en los esfuerzos para combatir el hambre, aumentar los
ingresos y mejorar la seguridad alimentaria en los países más pobres del mundo.
Las pérdidas de alimentos conllevan el
desperdicio de recursos utilizados en la producción, como tierra, agua, energía
e insumos. Producir comida que no va a consumirse supone emisiones innecesarias
de CO2 además de pérdidas en el valor añadido de los alimentos producidos.
A nivel económico, las pérdidas de
alimentos que pueden evitarse tienen un impacto negativo directo en los
ingresos, tanto de los agricultores como de los consumidores.
Sin duda, la prioridad para los
consumidores pobres (hogares en situación de inseguridad alimentaria o de
riesgo) es el acceso a productos alimentarios nutritivos, inocuos y asequibles.
Cabe mencionar que la inseguridad alimentaria es, a menudo, más una cuestión de
acceso (poder adquisitivo y precio de los alimentos) que de suministro.
¿Cuántos alimentos se pierden y
desperdician actualmente en el mundo y qué medidas de prevención podrían
establecerse? Aunque todavía es imposible responder de manera precisa a esta
pregunta, no hay muchas investigaciones en curso al respecto. Es bastante
sorprendente si tenemos en cuenta que las previsiones sugieren que la
producción de alimentos debe aumentar de manera significativa para satisfacer
las futuras demandas mundiales. Sin embargo, no parece que se preste demasiada
atención a las pérdidas actuales en la cadena de suministro de alimentos, que
son seguramente considerables.
II Alcance de las pérdidas y el
desperdicio de alimentos
Aproximadamente un tercio de las partes
comestibles de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o
desperdicia, lo que representa alrededor de 1 300 millones de toneladas al año
La cantidad de alimentos per cápita
desperdiciada por los consumidores es de 95 a 115 kg/año en Europa y América
del Norte, mientras que esta cifra alcanza solo de 6 a 11 kg/año en el África
subsahariana y Asia meridional y sudoriental.
Los consumidores de los países
industrializados desperdician casi la misma cantidad de alimentos (222 millones
de toneladas) que la producción de alimentos neta total del África subsahariana
(230 millones de toneladas).
En los países industrializados se pierden
(tiran) alimentos cuando la producción excede la demanda.
En los países en desarrollo, las escasas
instalaciones de almacenamiento y la falta de infraestructura causan pérdidas
de alimentos durante la poscosecha. Los productos frescos (como
frutas, hortalizas, carne y pescado) directos de la explotación o tras la
captura pueden estropearse en climas cálidos debido a la falta de
infraestructura para el transporte, el almacenamiento, la refrigeración y los
mercados.
La actitud
«tirar es más barato que utilizar o reutilizar» de los países industrializados
provoca el desperdicio de alimentos
Caso particular: descartes en la pesca
Los descartes, la proporción de peces
capturados totales que se devuelven al mar (en la mayoría de los casos muertos,
agonizantes o gravemente dañados), representan una parte significativa de las
capturas marinas mundiales y se suelen considerar como un derroche económico de
los recursos marinos. La primera valoración global se publicó en 1994 y
determinó un descarte total de 27 millones de toneladas.
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