"No tenemos derecho a oprimir al resto de la creación, o causarle
daño"
Declaración islámica sobre el cambio climático global
Declaración islámica sobre el cambio climático global
En el Nombre de Allah, el Misericordioso, Todo Misericordia
PREÁMBULO
Dios a quien conocemos como Allah_ ha creado el universo en toda su
diversidad, vitalidad y riqueza. Las estrellas, el sol y la luna, la Tierra y
todas las comunidades de seres vivos en ella. Todos reflejan y manifiestan la
gloria ilimitada y la misericordia de su Creador. Todos los seres creados por
la naturaleza sirven y glorifican a su Hacedor, todos se inclinan ante la
voluntad de su Señor. Nosotros, los seres humanos, hemos sido creados para
servir al Señor de todos los seres, para hacer el mayor bien posible a todas
las especies, a todos los individuos, y a todas las generaciones de las
criaturas de Dios.
Nuestro planeta ha existido durante miles de millones de años y el cambio
climático en sí mismo no es nuevo. El clima de la Tierra ha pasado por fases de
sequía y humedad, de frío y calor, en respuesta a muchos factores naturales. La
mayoría de estos cambios han sido graduales de manera que las formas de vida y
sus comunidades se adaptaran acorde con ellos. Ha habido ya cambios climáticos
catastróficos que conllevaron extinciones masivas, pero conforme pasaba el
tiempo la vida se adaptaba incluso a estos impactos, transformándose de nuevo
en la urgencia de ecosistemas en equilibrio, como los que apreciamos hoy. El
cambio climático en el pasado fue también instrumental para depositar los
inmensos cúmulos de combustibles fósiles de los que hoy en día nos
beneficiamos. Irónicamente, nuestra imprudente y miope utilización de esos
recursos está desembocando en la destrucción de las mismas condiciones que
hacen posible la vida en la Tierra.
El ritmo del cambio climático global actual está en una magnitud diferente
de los cambios graduales que han ocurrido previamente hasta la era geológica más
reciente, el Cenozoico. Ítem más, es un cambio inducido por la mano humana: nos
hemos convertido en una fuerza dominante de la naturaleza. La era en la que
vivimos ha sido descrita en términos geológicos como el Antropoceno, la “era de
los humanos”. Nuestra especie, elegida para ser cuidadora y administradora en
la tierra (khalifah), ha sido causa de tal devastación y daño que corre
el peligro de acabar con la vida tal como la conocemos en este planeta. La tasa
actual de cambio climático es insostenible, y el delicado equilibrio natural (mīzān)
puede perderse pronto. Así como los humanos existimos hilados al tejido del
mundo natural, sus dones existen para que los disfrutemos. Pero los mismos
combustibles fósiles que nos han ayudado a alcanzar la mayor prosperidad que
hoy vemos son también la causa principal del cambio climático. El exceso de
contaminación por combustibles fósiles amenazada con destruir el resto de los
dones que Dios _al que nosotros conocemos como Allah_ nos ha concedido: dones
como un clima funcional, aire saludable para respirar, estaciones regulares y
océanos vivos. Pero nuestra gratitud por estos dones ha sido miope y hemos
abusado de ellos. ¿Qué dirán de nosotros las generaciones futuras, a quienes
les dejaremos como herencia un planeta degradado? ¿Cómo nos enfrentaremos a
nuestro Señor y Creador?
Destaquemos que la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (UNEP, 2005),
apoyada por más de 1300 científicos de 95 países, concluyó que “en general, la
humanidad ha provocado mayores cambios en los ecosistemas durante la segunda
mitad del siglo XX que en ninguna otra época de la historia […]. Estos cambios
han acentuado el bienestar, pero han venido acompañados de la mayor degradación
del medio ambiente de todos los tiempos”.
“La actividad humana está poniendo tal presión sobre las funciones
naturales de la Tierra que la capacidad de los ecosistemas para mantener a las
generaciones futuras no puede ya darse por supuesta”.
Casi una década después, y a pesar de los numerosos congresos que han tenido
lugar para tratar de hallar un sucesor al Protocolo de Kioto, el estado general
de la Tierra se ha deteriorado sin cesar. Un estudio del Grupo
Intergubernamental del Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) constituido
por más de cien países, publicado en marzo de 2014, aportó cinco grandes
motivos para preocuparse. Son, en resumen:
1.- Los ecosistemas y las culturas humanas
están ya en peligro a causa del cambio climático.
2.- Los riesgos resultantes del cambio
climático provocados por acontecimientos extremos, como olas de calor,
inundaciones costeras y precipitaciones excesivas van en aumento.
3.- Estos riesgos están distribuidos
erráticamente, y son mayores en general para las comunidades pobres o en riesgo
de cada país, cualquiera que sea su nivel de desarrollo.
4.- Los impactos en el futuro próximo
afectarán negativamente a la biodiversidad de la Tierra, a los bienes y
servicios que producen nuestros ecosistemas, y a nuestra economía general
global.
5.- Las funciones físicas centrales de la
Tierra están en riesgo de sufrir cambios abruptos e irreversibles.
Nos vemos empujados a concluir de estos
avisos que hay serios errores en la forma en que hemos gestionado los recursos
naturales (que son las fuentes de la vida en la Tierra). Urge una inmediata y
radical reevaluación de ésta. La humanidad no puede permitirse el pobre
progreso que hemos presenciado en los COP (Conferencias de Naciones Unidas
sobre cambio climático) desde que en 2005 se publicó la Evaluación del Milenio,
ni el punto muerto en que nos encontramos actualmente.
En el breve período desde la Revolución
Industrial, los seres humanos han consumido la mayoría de los recursos no
renovables que la Tierra ha tardado 250 millones de años en producir, todo en
nombre del desarrollo económico y el progreso humano. Advertimos con sobresalto
los impactos del crecimiento del consumo per cápita combinados
con el crecimiento de la población. También nos damos cuenta con preocupación
del caos internacional actual, en busca de más depósitos fósiles bajo la capa
ártica, cada vez con menos hielo. Estamos acelerando nuestra propia destrucción
en estos procesos.
Los líderes científicos en climatología
creen ahora que una subida de dos grados centígrados en la temperatura global,
lo que se considera un momento crítico, es casi inevitable si continuamos con
lo mismo de siempre. Otros científicos punteros consideran que incluso 1,5
grados marcaría probablemente un momento crítico. Este momento crítico es el
punto considerado como el umbral de un cambio climático catastrófico, que
expondrá a todavía más millones de personas _e incontables otras criaturas_ a
las inundaciones, el hambre y la sequía. Serán los más pobres los que sufran
este embate, mientras la Tierra experimenta un incremento drástico de los
niveles de carbono en la atmósfera emitidos desde que comenzó la Revolución
Industrial.
Es alarmante que a pesar de todos los
avisos y predicciones, el sucesor del protocolo de Kioto, que tendría que haber
entrado en vigor en 2012, siga retrasándose. Es fundamental que todos los
países, especialmente los más desarrollados, incrementen sus esfuerzos y
adopten la posición proactiva necesaria para detener, y esperemos que invertir,
todo el daño hecho.
AFIRMAMOS
Afirmamos que Allah es el Señor y
Sustentador (Rabb) de todos los seres
Alabado sea Allah, Señor y Sustentador del
Universo
Él es el Creador _al-Khāliq
Él es Allah, Creador, Iniciador y Formador
Quien
perfeccionó todo lo que ha creado - Nada de lo que Él crea carece de valor:
cada cosa creada lo es bi ’l-haqq, en verdad y encaja a la perfección.
Por cierto que
no hemos creado a los cielos, la Tierra y todo lo que hay entre ellos por
simple pasatiempo. - Afirmamos que Él envuelve a toda Su creación. Él es
al-Muhīt
Afirmamos que:
Dios creó la Tierra en perfecto equilibrio
(mīzān)
Que por SU inmensa misericordia se nos ha
dado tierra fértil, aire fresco, agua clara y todas las buenas cosas de la
Tierra, que hacen nuestras vidas aquí posibles y disfrutables.
Que la Tierra funciona en ritmos
estacionales y ciclos naturales: un clima en que los seres vivos, incluyendo
los seres humanos, crecen sanos.
Que la presente catástrofe de cambio
climático es resultado de la perturbación de este equilibrio por mano humana.
Él elevó el cielo, y estableció la balanza
de la justicia
Para que no cometáis injusticias.
Pesad con equidad, sin mermar en la
balanza.
Creó la Tierra para sus criaturas. – Corán 55, 7-10
Afirmamos el estado natural (fitrah)
de la creación de Dios:
Reconocemos el daño (fasâd) que los
seres humanos hemos causado en la Tierra debido a nuestra infatigable
persecución del crecimiento económico y el consumo. Sus consecuencias han sido:
Cambio climático global, que es nuestra preocupación
presente, además de contaminación y suciedad del aire, la tierra, las aguas
freáticas y los mares.
Erosión del suelo, desertificación y deforestación.
Daños para la salud humana, incluyendo un puñado de
enfermedades contemporáneas.
Reconocemos que no somos sino una parte
minúscula del orden divino, y que aun así somos seres excepcionalmente
poderosos y tenemos la responsabilidad de establecer el bien y evitar el mal en
cualquier medida que podamos. Reconocemos también que:
Somos no más que parte de la multitud de
seres vivos que con quienes compartimos la Tierra.
Que no tenemos derecho a oprimir al resto
de la creación, o causarle daño.
Que la inteligencia y la consciencia son
necesarias para tratar con cuidado todas las
cosas, tal como manda nuestra fe, con
reconocimiento a su Creador (taqwa) y
esforzándonos al máximo por el bien (ihsan).
Reconocemos que rendiremos cuenta de todas
nuestras acciones:
A la vista de estas consideraciones
afirmamos que nuestra responsabilidad como musulmanes y musulmanas es actuar de
acuerdo con el ejemplo del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios
sean con él), el cual:
Declaró y protegió los
derechos de todos los seres vivos, proscribió la costumbre de enterrar vivas a
las recién nacidas; prohibió matar seres vivos por deporte; guió a sus
compañeros y compañeras a conservar el agua incluso en la ablución; prohibió la
tala de árboles en los desiertos; ordenó a un hombre que había sacado polluelos
de un nido devolvérselos a su madre; y cuando encontró a cierto hombre que
había prendido fuego a un hormiguero le ordenó apagarlo con premura.
Estableció zonas
inviolables alrededor de Mecca y Medina (harams), en las que las plantas
locales no pueden ser cortadas, y los animales salvajes no pueden ser ni
cazados ni molestados.
Estableció áreas
protegidas (himas) para la conservación y el uso sostenible de las praderas y
estepas, de su vida salvaje y su vegetación.
Vivió una vida sencilla,
libre de excesos, derroche u ostentación.
Comía de manera simple y saludable, que
solo de vez en cuando incluía carne.
Se deleitaba en la contemplación de la creación,
y era, en palabras del Corán, “un consuelo para todos los seres”.
HACEMOS UN LLAMAMIENTO
Convocamos a la Conferencia de París
(COP), a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC)
y al MOP del Protocolo de Kioto que tendrá lugar en París en diciembre de 2015
a llevar sus discusiones a una conclusión vinculante y equitativa, teniendo en
mente:
El consenso científico sobre cambio climático, el cual
exige estabilizar el efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que pudiera
prevenir la interferencia antropogénica peligrosa en los climas.
La necesidad de plantear objetivos y sistemas de
monitorización.
Las urgentes consecuencias para el planeta si no lo
hacemos.
La enorme responsabilidad que recae sobre los hombros
del COP por el resto de la humanidad, incluyéndonos a todos nosotros, en una
nueva forma de relacionarnos con la Tierra que Dios ha creado.
Convocamos en particular a los países
ricos y Estados productores de petróleo a:
Guiar el camino en reducir las emisiones de gas tan
pronto como sea posible, y no más tarde que la mitad de este siglo.
Proveer generosamente de financiación y apoyo
tecnológico a los países más pobres para que reduzcan sus emisiones de gas tan
pronto como sea posible.
Reconocer su obligación moral de reducir el consumo,
de manera que los países pobres puedan beneficiarse de los recursos no
renovables que quedan en el planeta.
Mantenerse en el límite de dos grados, o
preferiblemente del 1,5º teniendo en cuenta que dos tercios de las reservas
fósiles de la Tierra permanezcan bajo el subsuelo.
Reenfocar su preocupación por las explotaciones
antiéticas del medio ambiente para preservar y elevar las condiciones de vida
de los más pobres.
Invertir en la creación de una economía verde.
Llamamos a la gente de todas las naciones y a sus
líderes a:
Ponerse como objetivo eliminar las emisiones de gases
efecto invernadero lo antes posible, para estabilizar la concentración de éstos
en la atmósfera.
Comprometerse a una estrategia energética 100%
renovable y/o de cero emisiones tan pronto como sea posible, para mitigar el
impacto ambiental de sus actividades.
Invertir en energías renovables descentralizadas, que
son la mejor manera de reducir la pobreza y alcanzar un desarrollo sostenible.
Asumir que la persecución de un crecimiento económico
ilimitado en un planeta que es limitado, y que ya está sobrecargado, no es
viable. El crecimiento debe seguirse de forma sabia y con moderación, poniendo
como prioridad aumentar la resistencia de todos, especialmente los más vulnerables,
a los impactos que el cambio climático ya ha provocado y que se esperan en los
años venideros.
Poner en práctica modelos nuevos de bienestar, basados
en una alternativa al presente modelo financiero que saquea los recursos,
degrada el ambiente y profundiza en la desigualdad.
Priorizar los esfuerzos adaptativos con el apoyo
apropiado a los países vulnerables, con menor capacidad de adaptación. Y
también a los grupos de población vulnerables, incluyendo pueblos indígenas,
mujeres y niños.
Invertir en la creación de una economía verde.
Hacemos un llamamiento al sector mundial de la
empresa, los negocios y las finanzas a:
Asumir las consecuencias de sus actividades de negocio
y llevar un papel más activo en la reducción de la huella energética y otras
formas de impacto sobre el medio ambiente;
Comprometerse, para mitigar el impacto ambiental de
sus actividades, a usar un 100% de energías renovables y/o una estrategia de
cero emisiones lo antes posible, y aumentar sus inversiones en el sector de
energías renovables;
Cambiar del modelo de negocio actual, basado en un
crecimiento de escala insoportable, a una economía circular 100% sostenible:
Destinar más dinero al pago de sus responsabilidades
sociales y ecológicas, asumiendo que utilizan recursos escasos;
Cooperar en la desinversión de las economías basadas
en los combustibles fósiles y en el incremento de las alternativas ecológicas y
de energías renovables.
Llamamos a todos los grupos a unírsenos en
colaboración, cooperación y competitividad amistosa en esta andanza, y damos la
bienvenida a cualquier contribución significativa que aporten otras religiones
y espiritualidades, pues todos seremos vencedores en esta carrera:
Si cada uno de nosotros ofrece lo mejor de
sus respectivas tradiciones, aún estamos a tiempo de encontrar una salida a
nuestras dificultades.
Finalmente, hacemos un llamamiento a todos
los musulmanes, cualesquiera que sea su posición:
Jefes de Estado
Líderes políticos
Hombres y mujeres de negocios
Delegados del Alto Comisionado de Naciones
Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC)
Líderes religiosos y autoridades. Comunidades
y mezquitas. Alfaquíes. Educadores e instituciones educativas. Líderes
comunales. Activistas de la sociedad civil. Miembros de ONG. Comunicadores y
profesionales de los medios.
Mantengamos en mente las palabras del
Profeta (pyB)
El mundo es amable y verde, y en verdad
que Allah os ha creado como servidores en él, y Ve cómo respondéis vosotros.
(Hadiz relatado por Muslim de Abu Sa‘īd
Al-Judrī)
II
DECLARACIÓN CAMBIO CLIMÁTICO EN CONVENCION DE LIDERES ESPIRITUALES
DEL HINDUISMO
Presentado a
la consideración de la Convocatoria de Líderes Espirituales hindúes
Parlamento de las Religiones del Mundo, Melbourne, Australia, 08 de diciembre 2009
Tierra, en la que los mares, los ríos y las muchas aguas se encuentran, de la que surgen los alimentos y campos de cereales, morada a todo lo que
respira y se mueve, puede Ella confiere sobre nosotros su mejor rendimiento. Bhumi Suktam, Atharva Veda XII.1.3
La tradición hindú entiende que el hombre no está separado de la naturaleza, que nos une espiritual, psicológica y bonos físicos con los elementos que nos rodean. Sabiendo que la Divinidad está presente en todas partes y en todas las cosas, los hindúes se esfuerzan por no hacer daño. Llevamos a cabo una profunda reverencia por la vida y la conciencia de que la grandes fuerzas de la naturaleza, la tierra, el agua, el fuego, el aire y el espacio-así como todas las varias órdenes de vida, incluyendo las plantas y los árboles, los bosques y los animales, están obligados entre sí dentro de red cósmica de la vida.
Nuestra amada Tierra, por lo conmovedoramente considerado como la Madre Universal, ha alimentado la humanidad a través millones de años de crecimiento y evolución. Ahora siglos de explotación rapaz del planeta han atrapado con nosotros, y un cambio radical en nuestra relación con la naturaleza ya no es una opción. Es una cuestión de supervivencia.
No podemos seguir destruyendo la naturaleza sin también la destrucción de nosotros mismos. Los problemas graves que aquejan nuestra guerra mundial, la enfermedad, la pobreza y el hambre, habrá que todo se haya magnificado muchas veces por los impactos previstos de cambio climático.
Las naciones del mundo todavía tienen que ponerse de acuerdo sobre un plan para mejorar la contribución del hombre a este complejo cambiar. Esto se debe en gran parte a las poderosas fuerzas en algunas naciones que se oponen a cualquier intento, desafiando el concepto mismo de que se está produciendo el cambio climático no natural. Los hindúes de todo el mundo deben trabajar hacia un consenso internacional. Propia supervivencia de la humanidad depende de nuestra capacidad de hacer una transición importante de la conciencia, de igual importancia a las transiciones anteriores de nómada a la agricultura, la agricultura a industrial e industrial a tecnológica. Debemos tránsito hacia la complementariedad en lugar de la competencia,
convergencia en lugar de conflicto, el holismo en lugar del hedonismo, la optimización en el lugar de la maximización. Nosotros debe, en definitiva, avanzar rápidamente hacia una conciencia global que sustituye a la presente fracturado y fragmentado conciencia de la raza humana.
Mahatma Gandhi exhortó: "Tú debes ser el cambio que deseas ver en el mundo." Si viviera hoy, sería pedir a los hindúes para dar el ejemplo, para cambiar nuestro estilo de vida, para simplificar nuestras necesidades y restringir nuestros deseos.
Parlamento de las Religiones del Mundo, Melbourne, Australia, 08 de diciembre 2009
Tierra, en la que los mares, los ríos y las muchas aguas se encuentran, de la que surgen los alimentos y campos de cereales, morada a todo lo que
respira y se mueve, puede Ella confiere sobre nosotros su mejor rendimiento. Bhumi Suktam, Atharva Veda XII.1.3
La tradición hindú entiende que el hombre no está separado de la naturaleza, que nos une espiritual, psicológica y bonos físicos con los elementos que nos rodean. Sabiendo que la Divinidad está presente en todas partes y en todas las cosas, los hindúes se esfuerzan por no hacer daño. Llevamos a cabo una profunda reverencia por la vida y la conciencia de que la grandes fuerzas de la naturaleza, la tierra, el agua, el fuego, el aire y el espacio-así como todas las varias órdenes de vida, incluyendo las plantas y los árboles, los bosques y los animales, están obligados entre sí dentro de red cósmica de la vida.
Nuestra amada Tierra, por lo conmovedoramente considerado como la Madre Universal, ha alimentado la humanidad a través millones de años de crecimiento y evolución. Ahora siglos de explotación rapaz del planeta han atrapado con nosotros, y un cambio radical en nuestra relación con la naturaleza ya no es una opción. Es una cuestión de supervivencia.
No podemos seguir destruyendo la naturaleza sin también la destrucción de nosotros mismos. Los problemas graves que aquejan nuestra guerra mundial, la enfermedad, la pobreza y el hambre, habrá que todo se haya magnificado muchas veces por los impactos previstos de cambio climático.
Las naciones del mundo todavía tienen que ponerse de acuerdo sobre un plan para mejorar la contribución del hombre a este complejo cambiar. Esto se debe en gran parte a las poderosas fuerzas en algunas naciones que se oponen a cualquier intento, desafiando el concepto mismo de que se está produciendo el cambio climático no natural. Los hindúes de todo el mundo deben trabajar hacia un consenso internacional. Propia supervivencia de la humanidad depende de nuestra capacidad de hacer una transición importante de la conciencia, de igual importancia a las transiciones anteriores de nómada a la agricultura, la agricultura a industrial e industrial a tecnológica. Debemos tránsito hacia la complementariedad en lugar de la competencia,
convergencia en lugar de conflicto, el holismo en lugar del hedonismo, la optimización en el lugar de la maximización. Nosotros debe, en definitiva, avanzar rápidamente hacia una conciencia global que sustituye a la presente fracturado y fragmentado conciencia de la raza humana.
Mahatma Gandhi exhortó: "Tú debes ser el cambio que deseas ver en el mundo." Si viviera hoy, sería pedir a los hindúes para dar el ejemplo, para cambiar nuestro estilo de vida, para simplificar nuestras necesidades y restringir nuestros deseos.
Como una sexta parte de la familia humana, los hindúes pueden tener un tremendo impacto. Podemos y debemos tomar la iniciativa en la vida amigable con la Tierra, la frugalidad personal, menor consumo de energía, energía alternativa, sostenible de alimentos la producción y el vegetarianismo, así como en la evolución de las tecnologías que abordan positivamente nuestra situación compartida.
Los hindúes reconocen que puede ser demasiado tarde para evitar el cambio climático drástico. Así, en el espíritu de Vasudhaiva kutumbakam, "todo el mundo es una familia", los hindúes alentar el mundo para estar preparados para responder con
compasión a tales desafíos calamitosos como los desplazamientos de población, la escasez de alimentos y agua, catastrófica el clima y las enfermedades rampantes.
Sanatana Dharma contempla la inmensidad de la manifestación de Dios y los inmensos ciclos de tiempo en el que está perfectamente creado, conservado y destruida, una y otra vez, cada disolución de ser el preámbulo de la siguiente impulso creativo. A pesar de esta tranquilidad espiritual, hindúes aún sabemos que debemos hacer todo lo que se
humanamente posible para proteger a la Tierra y sus recursos para el presente, así como las futuras generaciones.
III
El momento de
actuar es ahora
Una Declaración budista sobre el Cambio Climático
Hoy en día vivimos en una época de gran crisis, enfrentado por el desafío más grave que la humanidad ha enfrentado jamás: las consecuencias ecológicas de nuestro propio karma colectivo. El consenso científico es abrumador: la actividad humana está provocando degradación del medio ambiente a escala planetaria. El calentamiento global, en particular, está ocurriendo mucho más rápido de lo previsto anteriormente, la mayoría, obviamente, en el Polo Norte. Durante cientos de miles de años, el océano Ártico ha sido cubierto por una superficie de hielo marino del tamaño de Australia, pero ahora esto se está derritiendo rápidamente. En 2007, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) prevé que el Ártico podría estar libre de hielo marino del verano para el año 2100. Ahora es evidente que esto podría ocurrir dentro de una década o dos. Gran capa de hielo de Groenlandia también se está derritiendo más rápidamente de lo esperado. El aumento en el nivel del mar este siglo será al menos un metro, lo suficiente para inundar muchas ciudades costeras y las zonas arroceras vitales como el delta del Mekong en Vietnam.
Una Declaración budista sobre el Cambio Climático
Hoy en día vivimos en una época de gran crisis, enfrentado por el desafío más grave que la humanidad ha enfrentado jamás: las consecuencias ecológicas de nuestro propio karma colectivo. El consenso científico es abrumador: la actividad humana está provocando degradación del medio ambiente a escala planetaria. El calentamiento global, en particular, está ocurriendo mucho más rápido de lo previsto anteriormente, la mayoría, obviamente, en el Polo Norte. Durante cientos de miles de años, el océano Ártico ha sido cubierto por una superficie de hielo marino del tamaño de Australia, pero ahora esto se está derritiendo rápidamente. En 2007, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) prevé que el Ártico podría estar libre de hielo marino del verano para el año 2100. Ahora es evidente que esto podría ocurrir dentro de una década o dos. Gran capa de hielo de Groenlandia también se está derritiendo más rápidamente de lo esperado. El aumento en el nivel del mar este siglo será al menos un metro, lo suficiente para inundar muchas ciudades costeras y las zonas arroceras vitales como el delta del Mekong en Vietnam.
Los glaciares de todo el mundo están retrocediendo rápidamente. Si las políticas económicas actuales continúan, los glaciares de la meseta
tibetana, fuente de los grandes ríos que proveen agua para miles de millones de
personas en Asia, es probable que desaparezca por mediados de siglo. Fracasos de sequía y
cosechas severas ya están afectando a Australia y el norte de China. Informes de mayores el IPCC, Naciones
Unidas, Unión Europea, y la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza-acuerdo en que, sin un cambio colectivo de dirección, la disminución
de los suministros de agua, alimentos y otros recursos podría crear condiciones
de hambruna, batallas de recursos, y la masa migración del siglo, tal vez a
mediados de 2030, de acuerdo con el principal asesor científico del Reino
Unido.
El calentamiento global juega un papel importante en otras crisis
ecológicas, incluyendo la pérdida de muchas especies vegetales y animales que
comparten esta tierra con nosotros. Los oceanógrafos informan que la mitad del carbono liberado por la quema
de combustibles fósiles ha sido absorbido por los océanos, aumentando su acidez
en un 30%. La acidificación está interrumpiendo la calcificación de conchas y
arrecifes de coral, así como el crecimiento del plancton amenazante, la fuente
de la cadena alimentaria para la mayoría de la vida en el mar.
Biólogos eminentes y los informes de la ONU coinciden en que
"business-as-usual" impulsará la mitad de todas las especies en la
Tierra a la extinción dentro de este siglo. Colectivamente, estamos
violando los primeros precept- "no dañar a los seres vivos" -en la
mayor escala posible. Y no podemos prever las consecuencias biológicas de la vida humana cuando
tantas especies que contribuyen de forma invisible en nuestro propio bienestar
desaparecen del planeta.
Muchos científicos han llegado a la
conclusión de que la supervivencia de la civilización humana está en juego. Hemos llegado a un
momento crítico en nuestra evolución biológica y social. Nunca ha habido un momento más importante
en la historia para que los recursos del budismo que soportar en nombre de
todos los seres vivos. Las cuatro nobles verdades proporcionan
un marco para el diagnóstico de la situación actual y la formulación de
directrices adecuadas, porque las amenazas y los desastres que nos enfrentamos
en última instancia, se derivan de la mente humana, y por lo tanto requieren de
cambios profundos en nuestras mentes. Si el sufrimiento
personal se deriva de deseo y la ignorancia de los tres venenos de la codicia,
la mala voluntad, y la ilusión lo mismo se aplica a los sufrimientos que nos
aflige en una escala colectiva. Nuestro emergencia ecológica es una versión más grande de la condición
humana perenne. Tanto como individuos y
como especie, sufrimos de un sentido del yo que se siente desconectada no sólo
de otras personas, sino de la propia Tierra. Como ha dicho Thich Nhat Hanh,
"Estamos aquí para despertar de la ilusión de nuestra separación."
Tenemos que despertar y darse cuenta de que la Tierra es nuestra madre, así
como nuestro hogar-y en este caso el cordón umbilical que nos obliga a su no
puede separarse. Cuando la Tierra se enferma,
nos enfermamos, porque somos parte de ella.
Nuestras actuales relaciones económicas y
tecnológicas con el resto de la biosfera son insostenibles. Para sobrevivir a las
transiciones difíciles por delante, nuestro estilo de vida y las expectativas
deben cambiar. Esto implica nuevos hábitos así como
nuevos valores. La enseñanza budista que el estado
general de salud del individuo y de la sociedad depende de bienestar interior,
y no sólo en indicadores económicos, nos ayuda a determinar los cambios
personales y sociales que debemos hacer.
Individualmente,
debemos adoptar comportamientos que aumentan la conciencia ecológica cotidiana
y reducir nuestra "huella de carbono". Aquellos de nosotros en
las economías avanzadas tienen que adaptar y aislar nuestros hogares y lugares
de trabajo para la eficiencia energética; termostatos más bajas en invierno y criarlos en verano; utilizar bombillas de luz de alta eficiencia y electrodomésticos; apagar los aparatos eléctricos no utilizados; conducir los coches más eficientes en
combustible posible, y reducir el consumo de carne en favor de una dieta basada
en vegetales sano, respetuoso del medio ambiente.
Estas actividades personales y no por sí
mismos ser suficiente para evitar la futura calamidad. También hay que hacer cambios
institucionales, tanto tecnológicos y económicos. Debemos "de-carbonizar"
nuestros sistemas lo antes posibles mediante la sustitución de combustibles
fósiles por fuentes de energía renovables que son ilimitadas, benigna y
armoniosa con la naturaleza de la energía. Especialmente necesitamos para detener la construcción de nuevas plantas
de carbón, ya que el carbón es, con mucho, la fuente de carbono atmosférico más
contaminante y más peligroso. Poder sabiamente utilizada, eólica, solar, mareomotriz, geotérmica y la
energía pueden proporcionar toda la electricidad que necesitamos sin dañar la
biosfera. Dado que hasta una cuarta parte de las
emisiones de carbono del mundo como resultado de la deforestación, debemos
revertir la destrucción de los bosques, especialmente el cinturón de selva
vitales donde la mayoría de las especies de plantas y animales viven.
Recientemente se ha vuelto evidente que también se necesitan cambios
significativos en la forma en que nuestro sistema económico está estructurado. El calentamiento global está íntimamente relacionada con las cantidades
enormes de energía que nuestras industrias devoran para proporcionar los
niveles de consumo que muchos de nosotros hemos aprendido a esperar. Desde una perspectiva budista, una economía sana y sostenible se rige por
el principio de suficiencia: la clave de la felicidad es la satisfacción más
que una abundancia cada vez mayor de bienes. La compulsión a consumir más y más es una expresión de deseo, la misma
cosa que el Buda señalado como la causa raíz del sufrimiento.
En lugar de una economía que hace hincapié en los beneficios y requiere
crecimiento perpetuo para evitar el colapso, tenemos que avanzar juntos hacia
una economía que proporciona un nivel de vida satisfactorio para todo el mundo
al tiempo que nos permite desarrollar nuestra (incluyendo espiritual) potencial
en armonía con la biosfera que sostiene y nutre a todos los seres, incluyendo
las generaciones futuras. Si los líderes políticos son incapaces de
reconocer la urgencia de nuestra crisis global, o no quieren poner el bien a
largo plazo de la humanidad por encima del beneficio a corto plazo de las
empresas de combustibles fósiles, es posible que tengamos para desafiarlos con
campañas sostenidas de la acción ciudadana.
Dr. James Hansen de la NASA y otros climatólogos han definido
recientemente los objetivos precisos necesarios para prevenir el calentamiento
global alcance catastróficas "puntos de inflexión". Para la
civilización humana para ser sostenible, el nivel seguro de dióxido de carbono
en la atmósfera es de no más de 350 partes por millón (ppm). Este objetivo ha sido respaldado por el Dalai Lama, junto con otros
premios Nobel y científicos distinguidos. Nuestra situación actual es especialmente preocupante en que el nivel
actual es ya 387 ppm, y ha estado aumentando a 2 ppm por año. Tenemos el desafío no sólo para reducir
las emisiones de carbono, sino también para eliminar grandes cantidades de gas
de carbono ya presente en la atmósfera.
Como firmantes de esta
declaración de principios budistas, reconocemos la urgente desafío del cambio
climático. Nos unimos con el Dalai
Lama en respaldar el objetivo de 350 ppm. De acuerdo con las enseñanzas budistas, aceptamos nuestra responsabilidad
individual y colectiva de hacer lo que podamos para cumplir con este objetivo,
incluyendo (pero no limitados a) las respuestas personales y sociales descritas
anteriormente.
Tenemos una breve
ventana de oportunidad para actuar, para preservar a la humanidad de un
desastre inminente y para ayudar a la supervivencia de las muchas formas
diversas y hermosas de la vida en la Tierra. Las generaciones futuras, y las otras especies que comparten la biosfera
con nosotros, no tienen voz para pedir nuestra compasión, sabiduría y
liderazgo. Debemos escuchar su silencio. Debemos ser su voz, también, y actuar en
su nombre.
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