miércoles, 4 de noviembre de 2015

Admiración y curiosidad por la cuestión ecológica


Mis vínculos primitivos con la naturaleza en mis primeros años de vida que han quedado a modo de impriting son el sol, los charcos, las libélulas, las malvas, las piedras chinas y la tierra amable y libre para jugar pues sólo había asfalto entonces en las carreteras.

La admiración por todo ello, por color y el olor, por cuanto suponía de invitación a desarrollar sueños y creatividad de juegos diversos, los desniveles de la tierra, el caminar pausado y exótico de animales con sus arrieros cada día, excepcionalmente el parto de una cabra o de una burra, la ternura de l@s burr@s.
Estas primeras experiencias despertaron en mi la admiración, la curiosidad y un sentimiento agradecido por la gratuidad de lo recibido lo que yo traduzco como mi inicio en la experiencia religiosa y la aún no entendida entonces acogida del misterio, donde nació mi fe, producto de mi alegría interior para siempre. “La música interior que acompaña mis pasos”.
Esto es lo que ahora conecta con la espiritualidad ecológica reflexionada y llamada a una mayor reflexión y compromiso planetario.
En segundo lugar, el texto sobre Laudato si me confirma lo que siento como contrario, aunque hoy sea tan necesario como es “la fragmentación del saber y del actuar”. El rechazo a ese reduccionismo de inmanencia, de expansión de tanta belleza muerta en su génesis (modas, estéticas, etc.) naves sin rumbo FIB (felicidad interior bruta) sólo el del PIB.
El capítulo IV da en la diana de mi existencia y experiencia de compromiso social, teológico y político. El análisis del planeamiento urbano, es inexorablemente un medidor de pasos que transforma el tiempo en procesos personales, grupales, municipales etc.  Lo pertinente según se trate de..,  pero que trasciende lo inmediato, yo siento y sufro la lentitud de mis pasos las muchas limitaciones, el camino tortuoso, pero sé adónde voy.  Más que dirección yo diría que es un estadio permanente de encuentro transformador no fragmentado de la conciencia, a través de la formación (sistemática feminista) para la vida.
Desde mi punto de vista lo urgente es saber dónde estamos, donde estoy. Tomar conciencia de ello es el primer paso hacia la libertad, a la conciencia de derechos y  a la corresponsabilidad cósmica.
El 4º texto, es justamente el que me sitúa en una dimensión diminuta y real de mi conciencia ecológica, me evidencia la actitud pueril en la que me encuentro aún respecto a mi relación cósmica, es decir sólo sé que me parió la tierra y tengo fuertes vínculos que laten pero aún no los reconozco con claridad quizás esté muy lejos aún porque ciertamente no tengo una conciencia adulta o porque no he tocado fondo y esto es inquietante para mí.
Pido perdón humildemente a la tierra y quienes la habitan, especialmente a l@s aquí presentes por mi limitada capacidad de amar que no es otra cosa que devolver lo recibido.
Gracias por hacer posible este espacio, que como una semilla agradecida y comprometida amorosamente con la vida, con su espiritualidad, intenta germinar trascendiendo hacia la acogida del misterio en el que somos, nos movemos y existimos.

Mercedes
24-25 octubre 2015

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