Búsqueda de Dios
Es mi tercer finde y ya puedo
empezar a decir que, como principiante, eso sí, acumulo alguna pequeña
experiencia. Pertenezco a una comunidad cristiana que se reúne todos los jueves
desde hace unos cuarenta años, ya no tenemos cura por que el pobre murió hace algunos
años. Luego vino otro cura amigo, pero le resultamos demasiado incongruentes,
así que nos volvimos a quedar huérfanos de jerarquía.
En la última reunión que me tocó
preparar como estaba leyendo un libro de un tal Manuel Guerra titulado Confesión de un creyente no crédulo,
encontré este texto que me gusto como tema y que en este finde he vuelto a releer.
Decía así: Ciertamente somos personas,
pero solo en potencia. Para llegar a serlo debemos construirnos a nosotros
mismos. Somos como un bloque de granito, en el que ya hay oculta una escultura,
pero ésta solo será realidad con el trabajo del escultor. Moldearnos a nosotros
mismos es una ocupación nuestra y para toda la vida. Aquí no hay desempleo. Los
parados serán por voluntad propia. Y deberán cargar con las consecuencias, pues
nadie se hace persona simplemente con el paso de los años.
Primera
conclusión: nuestros findes pertenecen a esa categoría de experiencias que se
realiza simultáneamente en muchos lugares. Aunque bajo diferentes formas, pero
con un denominar común: la búsqueda,
fruto de la insatisfacción con lo realidad y de la esperanza en que ésta puede
mejorar. Como sabéis, una de las experiencias más intensas y dramáticas de mi
vida fue cuando con 26 años me fui a Chile.
La experiencia
de ver derrota la fuerza de la ilusión y la utopía por la realidad de los
procesos económicos, (inflación del 1.000%) me llevó a tratar de entender el
funcionamiento del capitalismo y estudié económicas. Y cada vez sé más, pero
entiendo menos, aunque barrunto la que se avecina. Los investigadores de nuevas
tecnologías están planificando un robot que con un coste previsto de 20.000 € realizará
cualquier labor repetitiva que no necesite una formación superior a la EGB.
Trabajará 24 horas diarias, 365 días al año, lo cual supone sustituir a 4
hombres de jornada completa. Por tanto, por la cuarta parte de 20.000 euros es
decir 5.000, tendremos un trabajador efectivo, sin reivindicaciones salariales
que durará, sin reparaciones, un mínimo 5 años. Coste final del salario 1.000
euros anuales. ¿Qué empresa se resistirá a esta forma de producir? ¿Quién de
nosotros va a negarse a comprar sus baratísimos productos? El que dude, que
piense que utilidades tenían nuestros teléfonos hace 10 años. ¿Dónde van a
quedar los descartados, que decía el Papa Francisco?
Con 70 años he
llegado a la conclusión de que las nuevas experiencias deben construirse sobre las
anteriores, lo que a mí me gusta llamar la experiencia de la experiencia. Más
que nada para evitar repetir los errores. Así que BUSQUEDA sí, pero cautelosa,
o mejor atrevida, pero no ingenua. Y en esas estamos procurando no caer en el
mismo agujero, en cuestiones de búsqueda de transformación de la sociedad. Pero
esos interrogantes que ocupan el 50% de mis preocupaciones se mezclan con la
otra búsqueda, que ya no depende de las expectativas de las encuestas, ni de lo
que diga el recuento de votos, o los pactos deseados, o frustrados. Ahora yo,
con mis intransferibles, pero no incomunicables experiencias tengo que dar mi
respuesta, mía, aunque compartida.
Seguir en la búsqueda de ese mi otro yo,
que me he encontrado, ese yo que no
me pertenece, al que
antes llamaba Dios y que ahora es un interrogante cercano y amigo.
Vuelvo a la experiencia de este
finde. He leído en un texto de ayer que las formas de dominación del
patriarcalismo no son
características de la historia que nos dio origen como seres humanos, sino más
bien una característica de seres pre-humanos
como los chimpancés.
No estoy de acuerdo. Es que nosotros hemos sido chimpancés. Y esto es para mí
importante. La idea de Reengendrar
sugiere también como un nuevo intento de repetir un inicio que surgió fallido.
Yo no lo veo así. Siguiendo a Teilhard en sus convicciones evolucionistas, no
estamos recuperando una cualidad perdida, pues nunca la tuvimos, sino
conquistando una nueva.
Sí estoy de acuerdo con Ivone
Gebara en que “ El amor como origen, significa que mucho antes del género
humano, en el seno de la evolución de la tierra, la atracción de los seres, la
reciprocidad y la interdependencia fueron siempre condiciones de todo lo que existe.
Según Teilhard nuevamente, la atracción sexual, no es sino una forma
evolucionada de otras fuerzas escondidas en lo profundo de la materia, como es
la atracción de las partículas subatómicas o la fuerza de la gravedad con la
que se atraen los astros. Para él el amor no sería otra cosa que la forma más
evolucionada y definitiva de esas atracciones.
Pero no estoy de acuerdo con la
expresión del personalismo de que el cosmos nos proporciona una magnifica
lección de solidaridad, diciéndonos franciscanamente que nos acompañan nuestros
hermanos los árboles y las hermanas flores y los hermanos animales. Puede que
yo tenga que solidarizarme con el cosmos y llamar al lobo, hermano lobo, como
aquella revista de humor, pero es también cierto que no siempre el lobo va a solidarizarse conmigo. Y eso lo sabía San Francisco,
que estaba siempre dispuesto a sufrir las consecuencias.
Tengo un hijo que pertenece a lo
que podríamos llamar practicante
laico, pero no en sentido metafórico, sino real, es decir practicante de la laicidad. A mediados de febrero llevaron a su
hija al hospital, con el típico catarro que no se curaba. El asunto terminó con
una intervención a vida o muerte, por la bacteria pseudomona. Mes y medio en la
UCI.
Una nueva experiencia de la vida
que vuelve a cuestionar la imagen de Dios y la forma de buscarle. ¿Cómo rezar
al dios que es el que ha hecho la bacteria pseudomona, para que cure a una niña
de 14 meses, que tiene la bacteria pseudomona?
Estoy trasladando al manchego un
libro de Elizabeth A. Johnson titulado LA
QUE ES. En la introducción dice: El lenguaje sobre Dios de la teología
llamando a Dios, Padre, Señor, Rey Todopoderoso, etc. utiliza términos que
ponen de manifiesto ideas patriarcales propias de los machos dominantes. Es
prematuro todavía traducir las intuiciones femeninas a un lenguaje sobre Dios. Las
experiencias de las mujeres siguen generando nuevas forma de dar nombre a las
cosas. Estamos todavía construyendo, buscando, dando forma a nuestro nuevo estilo.
Debemos partir, sí, de los sistemas teológicos tradicionales y no negarlos,
pero estos irán cambiando conforme progrese el discurso feminista. Y ella cita
a otra teóloga Susan Sontag que dice: hay
modos de pensar que todavía desconocemos y por tanto hay modos de pensar sobre
Dios que también desconocemos. Nuestra autora confiesa que: tanto por lo
que dice, como por lo que no dice en este libro, ella es testigo de esa verdad.
Y termina: abrigo la esperanza de que el
camino por el que me aventuro sugiera líneas de pensamiento y de acción que
profundicen en la justicia hacia las mujeres y en el recto lenguaje sobre Dios,
dos cosas inseparables.
Pero esto será ya experiencias
para otros y desconocidos findes.
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