viernes, 12 de julio de 2019

Fisica Moderna y Espiritualidad

Nos ha parecido muy interesante y muy didáctico este corta y pega, que Miquel Feixas nos dejó como resumen de su conferencia en la ULA y nos decidimos a ofrecerla para profundizar en el descanso del verano. Nosotros aún lo hemos resumido más por facilidad

Diálogo entre Física moderna y
Espiritualidad
Miquel Feixas Feixas

Ideas básicas


 Los físicos que estudiamos hoy defienden que la ciencia no tiene nada
que decir sobre la espiritualidad y la espiritualidad no tiene nada
que decir sobre la ciencia; son ámbitos separados; no cabe hablar
ni de acuerdo ni de conflicto La física no contempla las cosas en "sí mismas"
 sino los símbolos matemáticos de la realidad (¿sombras de la caverna?); con las
matemáticas se describen las pautas de comportamiento de los
sistemas físicos; no hay contacto directo con la realidad (última);
la nueva física explicita que no se puede ir más allá de las sombras
Cuando nos enfrentamos a las cuestiones últimas de la existencia,
existe la tendencia demasiado común a creer —o al menos a
esperar—que la física y el misticismo convergen en el mismo tipo
de respuestas y que, de algún modo, la física demuestra —o,
cuando menos, sostiene— la visión mística del mundo.

 – La física puede ser comprendida mediante el estudio de los hechos y
de las matemáticas, pero el misticismo sólo puede ser aprehendido a
través de una transformación profunda de la conciencia.
– Todos los pioneros de la física mencionados creyeron que la ciencia y
la religión, o la física y la espiritualidad, eran necesarias para un
acercamiento completo, pleno e integral a la realidad.
¿Puede la física llegar a ocupase de la Realidad o debe conformarse
necesariamente con estudiar las sombras que ésta proyecta en la
caverna?   Eddington: "[...] la exploración del mundo exterior con los
métodos de la ciencia física no nos lleva a encontrarnos con la realidad
concreta, sino con un mundo de sombras y símbolos, por debajo de
los cuales aquellos métodos no resultan ya adecuados para seguir
penetrando."

¿Qué es lo que ha venido a decirles a estos físicos la nueva física
(cuántica y relativista) que no les hubiera mencionado la física
antigua? [...] tanto una como otra se ocupan de sombras y de
símbolos,  pero la nueva física se vio obligada a hacerse consciente de
este hecho, se vio forzada a darse cuenta de que estaba ocupándose
de sombras e ilusiones, no de la realidad. [...] esa incapacidad de la
física fue lo que condujo paradójicamente a tantos físicos a una visión
mística del mundo. Eddington: "Con la sensación de que debe haber
algo más detrás, volvemos a la conciencia humana como punto de
partida, al único centro donde podríamos encontrar algo más y
llegarlo a conocer".
Su objetivo era encontrar que la física era compatible con una visión
más amplia o mística del mundo, no confirmatoria, ni probatoria,sino simplemente no contradictoria con ella.


 Físicos del siglo XX y el diálogo física-espiritualidad
WERNER HEISENBERG
Verdades científicas y verdades religiosas: Heisenbert quiere conseguir el equilibrio entre las
dos clases de verdad
– A partir del famoso proceso de Galileo, se ha proclamado repetidas veces que
la verdad científica no puede reconciliarse con la interpretación religiosa del
mundo. Aunque he llegado a convencerme de que la verdad científica es
inatacable dentro de su propio campo, nunca me ha parecido posible rechazar
el contenido del pensamiento religioso como parte sencillamente de una fase
superada de la conciencia de la humanidad, como algo que abandonar de
ahora en adelante. Y así, a lo largo de mi vida, me he sentido impulsado una y
otra vez a meditar sobre la relación entre estos dos campos del pensamiento,
porque nunca he sido capaz de poner en duda la realidad de lo que cada uno
de ellos señala.
– La religión propiamente dicha habla de ideales orientadores. Estos ideales no
brotan de una consideración del mundo inmediatamente visible, sino de la
región de estructuras a él subyacentes, a la que Platón se refería como el
mundo de las Ideas y a las que se refiere la Biblia cuando dice que 'Dios es
espíritu'. Los cultivadores de las ciencias naturales deben reconocer este
significado abarcador de la religión en la sociedad humana.
Erwin Schrödingerwin Schrödinger
EErwin Schrodinger   (Premio Nobel 1933)

ALBERT EINSTEIN

n Premio Nobel 1921
• Se ha descrito el misticismo de Einstein como una mezcla de Spinoza y
Pitágoras, el cosmos está presidido por un orden central, que puede ser
Captado  por el alma a través de la unión mística
• Siempre estuvo profunda y devotamente convencido de que, aunque la
ciencia, la religión, el arte y la ética constituyen empeños necesariamente
distintos, la motivación que realmente subyace en todos ellos es el
asombro  ante la faz del "Misterio de lo Sublime"
• La vivencia o percepción del Orden Central, Razón Cósmica, Misterio de lo
Sublime, de lo Inalcanzable, es lo que llama religiosidad cósmica,
sentimiento  cósmico religioso


Dice Einstein:    La experiencia más hermosa que tenemos a nuestro alcance es el misterio.
Es la emoción fundamental que está en la cuna del verdadero arte y de la verdadera
ciencia. El que no la conozca y no pueda ya admirarse, y no pueda ya asombrarse ni
maravillarse, está como muerto y tiene los ojos nublados. Fue la experiencia del
misterio (aunque mezclada con el miedo) la que engendró la religión. La certeza de
que existe algo que no podemos alcanzar, nuestra percepción de la razón más
profunda y la belleza más deslumbradora, a las que nuestras mentes sólo pueden
acceder en sus formas más toscas..., son esta certeza y esta emoción las que
constituyen la auténtica religiosidad. En este sentido, y sólo en este, es en el que
soy un hombre profundamente religioso. No puedo imaginar a un dios que
recompense  y castigue a sus criaturas, o que tenga una voluntad parecida a la que
experimentamos  dentro de nosotros mismos. Ni puedo ni querría imaginar que el
individuo  sobreviva a su muerte física; dejemos que las almas débiles, por miedo o
por absurdo egoísmo, se complazcan en estas ideas. Yo me doy por satisfecho con el
misterio de la eternidad de la vida y con la conciencia de un vislumbre de la
estructura maravillosa del mundo real, junto con el esfuerzo decidido por abarcar
una parte, aunque sea muy pequeña, de la Razón que se manifiesta en la
naturaleza.

El individuo siente la futilidad de los deseos y aspiraciones humanas, y
percibe al mismo tiempo el orden sublime y maravilloso que se pone de
manifiesto tanto en la naturaleza como en el mundo del pensamiento. La
existencia individual se le impone como una especie de prisión, y ansía
experimentar el universo como un todo único significativo. Los albores del
sentimiento cósmico religioso se dejan ya sentir en fases tempranas de la
evolución religiosa, concretamente en muchos de los Salmos de David y en
algunos profetas. En el budismo, según aprendimos en algunos escritos
maravillosos de Schopenhauer, aparece con mucha mayor fuerza este
elemento. [...] sentimiento religioso que no conoce dogmas ni concibe a
Dios a imagen y semejanza humana; [...] es precisamente entre los herejes
de todos los tiempos entre quienes encontramos a esos hombres
impregnados de esta forma suprema de sentimiento religioso, y que en
muchos casos fueron considerados por sus contemporáneos como ateos, y
también en otros casos como santos. Mirados a esta luz, hombres como
Demócrito, Francisco de Asís y Spinoza son íntimamente afines entre sí.

[...] yo sostengo que el sentimiento cósmico religioso constituye la más
fuerte y noble motivación de la investigación científica. Solamente quienes
pueden percatarse del inmenso esfuerzo, y sobre todo de la devoción, que
requiere trabajar como pionero en el campo científico teórico, son capaces
de comprender que semejante trabajo, por alejado que pueda parecer de
las realidades de la vida, sólo puede surgir de la fuerza emocional vinculada
a tal sentimiento. ¡Qué profunda convicción de la racionalidad del
universo, qué ansia de comprender, aunque sólo fuera una brizna de la
mente creadora que revela este mundo, debieron de tener Kepler y
Newton, para hacerlos capaces de gastar años y años de solitario trabajo en
el empeño de desenmarañar los principios de la mecánica celeste! [...] Lo
que proporciona a un hombre esa fuerza es el sentimiento cósmico
religioso. Un contemporáneo nuestro ha dicho, no sin razón, que en esta
era materialista en que vivimos, los científicos que trabajan seriamente
son la única gente profundamente religiosa.

Durante el último siglo y parte del anterior estaba ampliamente extendida la
opinión de que entre el conocimiento y la fe había un conflicto irrenunciable. [...]
toda creencia que no descansase, ella misma, sobre el conocimiento era una
superstición, y en cuanto tal merecía ser desechada. [...] el método científico es
incapaz de enseñarnos nada por encima y más allá del modo como los hechos están
relacionados y recíprocamente condicionados entre sí. [...] El conocimiento objetivo
nos proporciona instrumentos poderosos para alcanzar determinados fines, pero el
último fin en sí mismo, y el anhelo de alcanzarlo, deben provenir de otra fuente.
• [...] el puro pensar no nos sirve para orientarnos en lo relativo a los fines últimos y
fundamentales. La función más importante que tiene que cumplir la religión en la
vida del hombre consiste, en mi opinión, en ayudar al individuo a clarificar esos
fines y valores fundamentales, y arraigarlos en su vida emocional. Y si se pregunta
de donde proviene la autoridad de estos fines fundamentales, ya que la mera razón
no basta para establecerlos ni para justificarlos, no cabe más que una respuesta: en
una sociedad sana están presentes en forma de tradiciones poderosas, que
influyen en la conducta, en las aspiraciones y en las opiniones de los individuos;
sencillamente están ahí, esto es, como cualquier otro ser vivo, sin que sea necesario
buscar una justificación a su existencia.

[...] profunda reverencia por la racionalidad que se pone de manifiesto en todo lo
que existe. Con esta compresión consigue liberarse en gran medida de los embates
de sus propios deseos y temores personales, adoptando con ello una actitud de
humildad mental frente a la grandeza de la razón encarnada en la existencia, y que
en lo más hondo de sus profundidades resulta inaccesible al ser humano. Ahora
bien, esta actitud, a mi modo de ver, es una actitud religiosa en el más alto sentido
de la palabra. Y así, me parece que la ciencia no sólo es capaz de purificar el impulso
religioso de la ganga de su peculiar antropomorfismo, sino que contribuye también
a espiritualizar de forma religiosa la propia comprensión de la existencia. [...]
aquellos hombres a quienes la ciencia debe sus logros más significativamente
creativos fueron individuos impregnados de la convicción auténticamente religiosa
de que este universo es algo perfecto y susceptible de ser conocido por medio del
esfuerzo humano de comprensión racional. De no haber estado dotada esta
convicción de una fuerte carga emocional, y de no haber estado inspirados en su
búsqueda por el Amor Dei Intellectualis de Spinoza, difícilmente habrían podido
dedicarse a su tarea con esta infatigable devoción, la única que permite al hombre
llegar a las más encumbradas metas.













Wolfgang Pauli      (Premio Nobel 1945) Pauli




¡La racionalidad tiene que venir completada por la mística!
Principio de complementariedad. El rasgo característico de esta
interpretación -es decir, el hecho de que en todo experimento o incursión
en la naturaleza tenemos la posibilidad de elegir el aspecto de la naturaleza
que deseamos hacer visible, al precio de tener que sacrificar al mismo
tiempo todos los demás aspectos de lo mismo-, o sea, ese emparejamiento
de "elección y sacrificio", venía a encajar espontáneamente en la
perspectiva filosófica de Pauli. En el centro de su pensamiento filosófico
estaba el deseo de una comprensión unitaria del mundo, una unidad en la
que estuviese incorporada la tensión de los opuestos, por lo cual saludó a
esa interpretación de la teoría cuántica como a la inauguración de un nuevo
modo de pensar, que permita expresar aquella unidad con mayor facilidad
que hasta entonces.


DAVID JOU   (Actual profesor del Máster de Espiritualidad Transcultural)

David Jou, "Poemes sobre ciència i fe": diálogo vivencial desde un
triple plano científico, poético y religioso
– He creído que Dios era la fuente profunda de la Razón —una razón
aguzada como la de la ciencia i acogedora como la del amor—, he
visto en las ecuaciones una belleza inmensa que no me negaba un
resplandor divino; he creído que de poco serviría demostrar la
existencia de Dios si su demostración no implicara al mismo tiempo
una sacudida vital y una intensificación del amor —hacia Dios y hacia
los otros—, y he creído que el hecho de que las ecuaciones no
tuvieran en sí una finalidad no impedía que el universo pudiera tener
un sentido, que se situaba, en la vertiente religiosa cristiana, en el
Amor como una plenitud de ser i de conciencia. He creído que las olas
o tempestades de la duda, de vez en cuando, limpiaban la playa de las
seguridades y la enriquecían con bellas sorpresas. Son convicciones
que han contribuido a hacerme más feliz y más libre [...]
 David Jou
– Para mi, la ciencia no es un ámbito para hablar de Dios, sino del
mundo. La ciencia dedica su atención a fenómenos que se producen
en el espacio y el tiempo, en los que intervienen materia, energía,
estructuras, organismos, que son analizables empíricamente y
matemáticamente, que son repetibles y verificables. Parece que Dios
sea, en cambio, una existencia más misteriosa y profunda, más allá
del tiempo, el espacio, la energía y las matemáticas, posible fuente
de la realidad temporal, espacial y energética y de las leyes que la
rigen, la estructuran y la dinamizan. Si las leyes de la naturaleza son
creadas por Dios, estudiarlas es explorar un aspecto de la Creación.
En los aspectos metafísicos, la ciencia es neutra o, en todo caso, su
palabra no es imperativa.
– [...] la ciencia no hace intervenir a Dios. Estudia una cierta realidad
¿toda la realidad?, ¿una parte de la realidad?—como una cosa dada
—creada o no, este no es su ámbito—[...]

EL INFINITO, David Jou
Nos dicen: “Esos miles de millones de galaxias,
esos vacíos inmensos,
esas extensiones vertiginosas,
no niegan totalmente nuestra relevancia?
¿No es mucha soberbia
pensar que podamos ser destinatarios
de tanta inmensidad?”
Pero sabemos que no,
que tal vez no sea ridículo, ni soberbio, ni patético:
nuestros átomos se han formado en estrellas
mientras el universo se expandía velozmente,
durante miles de millones de años,
el plan de nuestros órganos se fue formando
en un largo tanteo evolutivo
mientras el universo se dilataba velozmente,
miles de millones de años,
 [...]
y, por lo tanto, sólo podemos existir
en un universo inmenso,
en una mezcla de gloria y de desolación,
en una superposición de plenitud y de abandono.
La inmensidad del universo
no es necesariamente negación y silencio,
agobio y anonadamiento:
también es una condición necesaria, sorprendente, luminosa,
de nuestra existencia.


ADAN CABELLO

Adán Cabello, "La curiosidad y el universo"
– lección inaugural, apertura del curso 2010-2011 Universidad de Sevilla




TEILAHARD DE CHARDIN

Teilhard de Chardin, 1950: "la red extraordinaria de comunicación
mediante radio y televisión que ya nos une a todos en una especie de
consciencia humana 'etérea'"; "estos asombrosos ordenadores
electrónicos que aumentan la velocidad del pensamiento y preparan el
terreno para una revolución en la velocidad de la investigación"; esta
tecnología "crea un sistema nervioso para la humanidad", una
"estupenda máquina de pensar"; "la era de la civilización ha
terminado, y empieza la era de una sola civilización"
– Teilhard de Chardin describe la aparición de la complejidad en el
universo, a partir de partículas hasta átomos y moléculas, hasta
estrellas y planetas, moléculas complejas, células vivas y la
consciencia, como una involución progresiva de la materia y la energía,
durante la cual el universo se torna cada vez más consciente de sí
mismo. Los humanos son conscientes de sí mismos y de su
importancia fundamental para el conjunto.
– Somos seres analógicos que vivimos en un mundo digital y que nos
enfrentamos a un futuro cuántico

NEIL  TUROK
Con demasiada frecuencia, la sociedad se ha contentado con vivir de los
frutos de la ciencia, sin comprenderla. Con demasiada frecuencia, los
científicos se han sentido felices cuando se les ha dejado solos para hacer
su ciencia sin pensar por qué la están haciendo. Ya es hora de conectar
nuestra ciencia a nuestra humanidad, y al hacerlo elevar las
perspectivas de ambas. Sólo con que pudiéramos conectar nuestra
inteligencia a nuestros corazones, las puertas se abrirían de par en par a
un futuro más brillante, a un planeta más unificado con ciencia más
unificada: a tecnologías cuánticas que extienden nuestra percepción, a
descubrimientos que nos permiten acceder a la energía y utilizarla de
manera más inteligente, y a los viajes espaciales que abrirán nuevos
mundos. ¡Qué privilegio es estar vivos! Realmente, nos hallamos ante la
oportunidad de todos los tiempos.


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