Publicamos algunas reflexiones y trabajos con el permiso de autor/a
REFLEXIONES DE VERANO
SOBRE LA ESPIRITUALIDAD
Reflexionar sugiere estar en disposición relajada para
facilitar así el flujo de pensamientos, ideas, sensaciones y sentimientos sobre
algo que nos preocupa o interesa. Este verano está resultando para mí una
especie de miscelánea en la que se dan “ tropezones” de muchas cosas y un poco,
poquito de disposición a la reflexión, justo cuando más lo necesito. Con estos
antecedentes quiero compartir, con las y los participantes de esta especie de
colonia veraniega que hemos constituido, algunas de las cosas que me han
sugerido las lecturas de los textos enviados, y algunos más, y la escucha de
las conferencias visionadas.
Del texto de Vigil,
que me ha encantado, destacaría la frase “ la espiritualidad es una realidad
universal y sumamente personal”, me parece autentica y genial, me siento
plenamente identificada con ella, siento que su texto es muy elaborado, muy
documentado pero a la vez se me hace cercano, sencillo y profundo. Llega al
fondo, no se anda por las ramas, es directo. Su discurso se basa en el sentido
común, que es nuestra herramienta más trillada y, en el conocimiento común,
conocimiento al que puede acceder cualquier persona que esté interesa en ello.
Desmantela una idea que a mí se me transmitió desde la
cultura religiosa y aunque no soy creyente ni me siento cercana a una vivencia
de la existencia desde lo religioso, no puedo negar que, algunos planteamientos
procedentes de esa cultura, me alcanzaron y han impregnado mi ser y mi estar
en la vida. La idea a la que me refiero es la de que “no todos son agraciados
con la experiencia de la fe”. Yo no me he sentido tocada por ese don, no he
creído en un Dios todo poderoso, aunque reconozco que me hubiera gustado. La
idea de Dios suscitaba muchas preguntas que no alcanzaba a responder, alterando
así, mi curiosidad innata. Por otro
lado, también de esa cultura religiosa me llegó la frase, creo que de San Pablo,
“somos templos de Dios”, imagen esta que yo entendía como un Dios que formaba
parte de mí y yo de él, como si de una
fusión se tratara. Pero a la vez esa imagen material de Dios como hombre
bondadoso, y otras cosas más, que se nos ha transmitido, me chirriaba, me
producía una desconfianza y una dificultad para conectarme con ella. Esa imagen
de fusión, de templo divino en nuestro interior, dio lugar a una
“sensación-reflexión” sobre ello,
entendiéndolo como una dimensión del ser humano tremendamente poderosa, sublime,
algo que no alcanzamos a comprender ni a dimensionar, que se instaló en mí, casi, como una certeza.
La semilla de buscar en ese templo interior ha ido germinando y echando raíces.
Esa mirada interior, esa búsqueda del silencio para encontrar lo que somos, se ensambla con algo en mí que a veces me
hace sentir cosas muy especiales. Ese
castillo interior que ando buscando me lleva a tomar conciencia de mi
consciencia, pero, como en toda búsqueda del tesoro, el camino no se presenta
fácil y hay que estar pendientes de las señales para no perdernos.
Para mí, el encuentro y contacto con la consciencia es un
motor que nos permite encontrar respuestas, potenciar nuestras capacidades,
cargarnos de energía, bajar a nuestras miserias, subir y volar por nuestro
espacio de sueños y fantasías, reconocer y comprender al otro, respetar y aceptar nuestras
limitaciones, amarnos, amar a pesar de…, etc. etc. Vigil me ha hablado
desde su
conciencia y ha llegado a mi consciencia y lo ha hecho desde
el sentido y el conocimiento común, herramientas necesarias para adentrarnos en
lo que somos.
Otro texto que he leído, de Enrique Martínez Lozano, ahora
no recuerdo si era un texto o un conferencia en youtube, destacaría la
siguiente frase; “ La espiritualidad es un camino que va del estado mental al
estado de presencia”. Este es el camino que yo vislumbro difícil de recorrer.
Cómo se llega a la presencia? . Su respuesta es, “ a través del conocimiento y de la sabiduría”, sabiduria que es una
dimensión que va más allá del conocimiento, cuando ese conocimiento se impregna
en cada célula de tu ser y se instala para formar parte de ti y quedarse
contigo. Este planteamiento me parece de una gran profundidad, “son palabras mayores” dichas por peregrinos
de la espiritualidad. Otra de ese conjunto de palabras o frases “mayores” que
nos van dejando por el camino es, según
Pablo d’Ors, la de que” el silencio y la
contemplación te transforma”.
Frases como “somos presencia en la que aparecen todos los
contenidos” o esta otra “si somos presencia consciente ¿por qué vivimos
ignorándolo?, son frases que presentan una enjundia y profundidad que da para
muchos veranos, para muchas reflexiones, para mucha introspección y toma de
conciencia y para mucho más, todo esto hay que digerirlo poco a poco, al menos
mi aparato digestivo no me permite grandes atracones.
Dejo aquí mi reflexión, si puedo, espero tener la
oportunidad de volverme a sentar y dedicar algún tiempo más, en este verano
peculiar, para reflexionar y contemplar sobre estas señales que otros, que van más
avanzados en el camino, nos van dejando para guiarnos.
Mª
Luisa,
29
de Agosto de 2020. Hoy día de Sta. Marta y Sta. Beatriz.
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