jueves, 30 de julio de 2020

Publicación de reflexiones y estudios de participantes en Escuela 2


Comentarios sobre Espiritualidad. Escuela de Verano 2020
Esperanza

Ha sido una grata sorpresa para mí. La lectura del artículo de José María Vigil, este señor (Teólogo, psicólogo, con presencia importante en foros internacionales… que fue educado dentro de la institución católica, claretianos y sacerdote) es un hombre de iglesia. Con los años empieza a cuestionar de manera contundente toda la estructura de pensamiento único y jerárquica dentro de la institución eclesiástica (esto le llevo a que la jerarquía eclesiástica le separara de la institución y este artículo nos da luz de como el autor se posiciona al definir “la espiritualidad” a la luz de los tiempos y del avance en las ciencias (neurociencia, física...).
En relación a los tiempos, el suyo, su tiempo religioso, se une junto con otros (Casaldáliga...) a la práctica y desarrollo de la teología de la liberación, con una especial visión de la espiritualidad. Y en cuanto a los avances científicos se interesa por los hombres de ciencia y los descubrimientos sobre el funcionamiento del cerebro. Por la vía científica el autor va desechando viejos dualismo como cuerpo /alma o materia /espíritu que comienzan a desvanecerse.
Y a partir de este artículo, esta es mi reflexión personal.
 La ciencia le da a la materia un carácter primordial que en general, le ha sido negado en  el cristianismo, siendo para este, algo de segundo orden, la materia, el cuerpo,  se ve en ocasiones como algo  peligroso, fuente de vicioso, pecados y al que hay  que atar corto. Pero este error intencionado a mi modo de ver, ha sido desarrollado, como forma de control de la iglesia, para desarrollar en sus seguidores el miedo a perder el cielo, la recompensa final en la vida de los creyentes, teniendo la iglesia la llave del perdón de todas las tropelías que el cuerpo y las pasiones nos lleven a cometer, y bajo su tutela alcanzar la felicidad eterna. 
Quizás me deje llevar apasionadamente, de mis primeras convicciones de juventud, donde comprendí muy bien la frase de “la religión como opio del Pueblo” y mucho más, que diría yo entonces.
 Las religiones en la historia han tenido su momento, con luces y sombras, pero en la actualidad, en la era del conocimiento, a mi modo de ver su tiempo, el de las religiones está finalizando. 
Y ahora haré algunas consideraciones desde el mundo del conocimiento, al que pertenezco por profesión (médico) y por mi historia personal al margen de la instituciónreligiosa o muy tangencialmente presente en mi vida.  Por lo que no necesito para desarrollar mi “autoconocimiento o visión trascendente vivida, de las religiones.
Considerando el cerebro como órgano: Para la neurociencia el cerebro es el que sustenta el pensamiento, y es el origen de toda vivencia trascendente, profunda o los llamados por algunos neurocientíficos estados alterados de conciencia, nada viene de fuera, todo está dentro de nuestro cerebro, solo requiere las condiciones externas favorables para ponerlo de manifiesto. Y considerar la armonía y belleza sin límites de nuestro cuerpo. Es un ingenio perfecto, ingenioso, incompresible en su profundidad.
La complejidad del cerebro está aún por vislumbrar apenas si conocemos algo de su funcionamiento, tan solo en animales con unas decenas de neuronas, están sirviendo de prototipo para poder acercarnos a su complejo funcionamiento. 
Considerando al cerebro como materia. Con el desarrollo de la física cuántica las propiedades de la materia también nos sorprenden, la materia puede pasar a energía y así se intercambia entre corpúsculo y onda, y si la observamos en profundidad la modificamos…. ¿Qué es entonces la materia?  Quizás sea algo inefable, misterioso, cada vez más difícil de definir.  ¿Podría ser la materia el “Dios” de los creyentes?  
José María Vigil se adelanta en el tiempo e intenta salvar la religión incorporándola a la era del conocimiento, a mi modo de ver el tiempo de las religiones ha pasado. Pienso que una estructura de creencias religiosas de 3000 o 4000 años, también requiere sus cientos de años para dar el relevo definitivo.  Vigil un valiente, al plantear su desacuerdo con la historia de las religiones en este caso la católica y plantear un nuevo concepto y un nuevo vocabulario de la “espiritualidad” que le llama autoconocimiento, ya es un paso, pero por su historia personal y su vivencia religiosa que impregna su ADN desde pequeño, mantiene su “Dios, su religión” pienso que no puede ser de otra manera, sería un salto cualitativo demasiado extraño para los circuitos cerebrales establecido desde su infancia. Cambia la forma, pero mantiene el fondo dentro de su creencia religiosa cristiana.
 Tenemos pendiente la humanidad la creación de ese “Hombre Nuevo” seguir la trayectoria ancestral del HOMO preservándola de toda estructura impositiva y de poder y dejar expresarse libremente su cerebro desde la infancia, el cerebro, la mente portan las bases para desarrollar todo lo trascendente que necesitan los humanos, para verse Únicos en la naturaleza y Solidarios con ella y sus semejantes. Lo que acabo de escribir es una frase bonita, pero es eso, solo una frase, pero por algo se empieza.
 Se trata de desechar todas las capas impuestas por las ideologías, que no vayan en la dirección de la libertad y el buen desarrollo de niños y niñas desde la infancia, para posibilitar ese HOMO generoso, alegre, inteligente y trascendente que está escrito desde el principio de los tiempos en nuestros genes y espera el momento de aflorar sencillamente, sin interferencias.
        Dos Hermanas, 28 de julio 2020

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