martes, 26 de abril de 2022

Aportación de RRCC a la sinodalidad

NOTA: presentamos aquí esta propuesta porque apoyamos a esta plataforma a la que pertenecen mayoría de miembros de nuestro colectivo

 POR UNA IGLESIA POSIBLE Y NECESARIA EN ESPAÑA

Propuesta al Sínodo desde la experiencia de Redes Cristianas 

(28 de marzo de 2022) 


Presentación 

* Los grupos de Redes Cristianas acogemos la invitación del papa Francisco, participando 

y ofreciendo nuestra propuesta al Sínodo de la Sinodalidad desde nuestra propia 

experiencia como Iglesia. 

 

* Redes Cristianas nace en 2006 como un amplio espacio de coordinación de colectivos 

católicos de ámbito estatal, con talante crítico y propositivo, inspirado en el Evangelio y 

en el espíritu del Vaticano II.

“Ante la compleja situación que están atravesando la 

sociedad y la Iglesia —que entendemos como consecuencia de un cambio radical de 

civilización, frecuentemente ignorado por estas instituciones— hemos decidido 

coordinarnos para actuar con mayor eficacia y responsabilidad, según las exigencias y 

posibilidades de nuestros días. Como seguidores de Jesús de Nazaret nos proponemos 

anunciar con alegría la Buena Noticia del Reino, presente ya como semilla en este mundo 

y en la Iglesia, pero abierto a su plenitud en el futuro. Pretendemos ser otra voz crítica 

y alternativa y coordinarnos para dar una respuesta conjunta en pro de la 

transformación democrática de la Iglesia y de la sociedad”. (Carta de Identidad de Redes 

Cristianas).

* La perspectiva para situarnos en la sociedad y la Iglesia españolas está condicionada 

por nuestra experiencia, tanto de los pueblos y barrios populares en que vivimos, como 

de sus horizontes culturales y científico-técnicos. Esa experiencia, y el compromiso con 

los movimientos socio-políticos que luchan por conseguir unas condiciones dignas de 

vida para las mayorías sociales, así como con sus ámbitos culturales, determinan las 

actitudes y propuestas que exponemos a continuación. 

* En el Anexo1 figura la lista detallada de todas las comunidades, grupos y colectivos 

católicos que firmamos este documento. 

I. VER 

Se le acercaron entonces los fariseos y saduceos y, para ponerle a prueba, 

le pidieron que les mostrase una señal del cielo. Mas él les respondió: “Al 

atardecer decís: ‘Va a hacer buen tiempo, porque el cielo tiene un rojo de 

fuego’, y a la mañana: ‘Hoy habrá tormenta, porque el cielo tiene un rojo 

sombrío.’ ¡Conque sabéis discernir el aspecto del cielo y no podéis discernir 

las señales de los tiempos! (Mt 16,1-3). 

 

a. Sombras que están afectando al interior de la iglesia que está en España 

Aquellas expectativas de los años 60 y siguientes sobre la Iglesia como “Pueblo de Dios”, 

presente en medio de la sociedad para ayudar a descubrir el sentido de la propia 

existencia y servir a la humanidad en su proceso de liberación se han visto defraudadas. 

Hemos vivido evidentes dinámicas involucionistas: creciente jerarquización, obsesión 

enfermiza por la ortodoxia y los ritos, y, sobre todo, defensa de la propia institución 

frente a los reclamos que la sociedad, especialmente a través de sus miembros más 

vulnerables, le ha ido presentando. No somos pocas las personas que consideramos que 

el devenir de la Iglesia católica en los últimos 50 años ha contribuido abiertamente a 

consolidar una imagen del cristianismo como una religión de creencias, de normas y de 

poder, lejos del mensaje liberador de Jesús de Nazaret. 

Estas dinámicas, en las que todos los y las fieles tenemos algún grado de 

responsabilidad, tienen su origen y su centro de gravedad principalmente en las 

instituciones que conforman el ‘aparato de poder’ eclesiástico, tanto en el ámbito local 

como en el central de la Santa Sede. Y derivan, entre otras causas de orden ideológico e 

histórico, del inaudito hecho —profundamente antievangélico— de que el centro de la 

Iglesia católica, el Vaticano, continúe siendo un Estado, con sus intereses y múltiples 

andamiajes de autoprotección. Con sus bancos, sus funcionarios y hasta su simbólico 

ejército. No en vano, el papa todavía se relaciona con los líderes políticos de otros países 

como jefe de Estado, y se sirve de embajadores en todos los países, a los que llama 

nuncios. Esto, que puede tener su justificación histórica en el pasado, es hoy causa de 

Señalamos en este primer apartado crítico (y autocrítico) las sombras que nos afectan 

a toda la Iglesia española. También a nosotras y nosotros que, por opción, estamos en 

las periferias, aunque somos conscientes de que la mayor responsabilidad recae en la 

jerarquía. 

Destacamos, desde el espíritu evangélico de la corrección fraterna, las pretensiones de 

esta Iglesia de ponerse al lado del poder, sus vacíos, exclusiones y rechazos internos, y 

aun sus apropiaciones materiales nada ejemplares. 

Desde el primer momento queremos dejar claro que este señalamiento no desconoce ni 

olvida las otras muchas luces y obras extraordinarias que la Iglesia católica española ha 

realizado y sigue haciéndolo en nuestros días. 

escándalo, pues habla elocuentemente de la Iglesia católica como institución de poder 

y colisiona con la radical actitud de servicio que propone el Evangelio de Jesús. 

Los negativos efectos de estas dinámicas eclesiásticas están a la vista de toda la 

ciudadanía en España —ya se trate de creyentes, agnósticos o ateos— y resultan 

dolorosos para quienes intentamos modestamente seguir a Jesús. A nadie se le oculta 

el enrocamiento refractario de la Iglesia ante materias que constituyen valores 

esenciales en el siglo XXI, como, por ejemplo: 

* Su pretensión de uniformidad ante la enorme diversidad cultural, social, política y 

geográfica de las y los fieles. Una uniformidad que responde a un discurso anclado en 

principios filosóficos y morales propios del medioevo, refractario a los valores éticos y 

antropológicos de la modernidad. Todo esto se traduce en un desprecio a la 

horizontalidad, falta evidente de democracia interna. 

* Su inmovilismo doctrinal en algunas materias muy superadas hoy día por la ciencia y 

la hermenéutica y su inmovilismo moral frente al desarrollo de una conciencia ética 

universal, que reconoce como derechos el divorcio, el aborto, la eutanasia, los 

matrimonios del mismo género y los increíbles avances de la bioética, etc. 

 

* Su actual división en estamentos verticales y desiguales ante el poder —los clérigos 

acaparan los tres poderes de gobernar, enseñar y santificar—, que, en el contexto de la 

horizontalidad democrática actual, ahuyenta la corresponsabilidad e impide una Iglesia 

de iguales. 

 

* Resultan particularmente dolorosas, por el anacronismo que suponen en nuestro 

contexto, sus actuales exclusiones: principalmente de las mujeres —con las que 

mantiene una tan injustificada desigualdad con los varones que la convierte en uno de 

los reductos más reaccionarios y alejados de la mentalidad del siglo XXI—, del colectivo 

LGTBIQ+, de personas divorciadas que desean casarse por segunda vez o recibir los 

sacramentos, de pensadores y teólogos/as represaliados/as y sacerdotes secularizados; 

y sus vacíos clamorosos como la ausencia de jóvenes y el rechazo general de la 

modernidad y de la ciencia. 

b. Sombras que está proyectando esta Iglesia hacia afuera 

Los obispos denuncian "una gran mutación social" en la que, según ellos, "crece la 

desconfianza y el enfrentamiento". Podemos estar de acuerdo con esta lectura, pero 

consideramos que, con demasiada frecuencia, en sus análisis se limitan a culpabilizar al 

resto de la ciudadanía de estas situaciones. Difícilmente reconocen la responsabilidad 

de la propia Iglesia en la desconfianza, el enfrentamiento y polarización que estamos 

sufriendo en la sociedad española. Algunos datos: 

* El estatus de privilegio, jurídico, social y político del que goza nuestra Iglesia a causa 

del Concordato heredado del franquismo y plasmado en los Acuerdos entre la Santa 

Sede y el Gobierno español de 1979, en plena discordancia con los principios 

democráticos que inspiran nuestra Constitución. —Privilegios que siguen siendo 

reivindicados casi a diario por la jerarquía de la Iglesia como derechos históricos, a la vez 

que ella incumple descaradamente los compromisos allí asumidos, como el de 

la autofinanciación—. Dichos Acuerdos constituyen un anacronismo inexplicable en un 

Estado que se proclama “aconfesional” y un agravio comparativo con el resto de 

confesiones religiosas e instituciones civiles. Son privilegios injustificables, por ejemplo, 

la presencia obligada de la religión católica en la escuela pública, la anacrónica asistencia 

religiosa en las fuerzas armadas, en los hospitales y las cárceles; las injustificables 

exenciones del IBI, IAE, Patrimonio, etc.; la existencia de la casilla a favor de la Iglesia en 

las declaraciones del IRPF; las múltiples aportaciones económicas otorgadas por diversas 

administraciones públicas para actividades y sostenimiento de la Iglesia que, sumadas a 

las exenciones tributarias señaladas, llegan a superar los 12.000 millones de euros cada 

año. Todo esto le resta testimonio y legitimidad moral. 

* Menos comprensible resulta aún la apropiación o inmatriculación que esta Iglesia ha 

venido haciendo de unos 100.000 bienes inmuebles desde 1946 al amparo de leyes 

ilegítimas, previas o contrarias a la misma Constitución. Ante el crecimiento exponencial 

de la exclusión y la pobreza, nos avergüenza conocer que la Iglesia posee alrededor del 

80% de los bienes histórico-culturales de este país. Con esta ingente acumulación de 

bienes en inmobiliario y finanzas, no se entiende que pueda decirse ‘pobre entre los 

pobres’ y difícilmente se puede advertir coherencia en la defensa de los DD. HH. 

 

* Tampoco se entiende fácilmente su resistencia, salvo en casos aislados, a investigar a 

fondo el escándalo de la pederastia por parte del clero, llegando incluso a denunciar a 

instituciones civiles que lo han documentado fehacientemente y haciendo oídos sordos 

a las disposiciones del papa Francisco y las decisiones de otras conferencias episcopales. 

A su vez, es inexplicable su cerrada defensa del celibato obligatorio para los clérigos, así 

como el mantenimiento del sistema de formación en seminarios casi vacíos, cuyas 

carencias en el ámbito sexual y afectivo evidencian esta triste problemática

* Resulta difícil de entender y asumir el posicionamiento ético y político de la Iglesia 

jerárquica española al lado de las fuerzas más reaccionarias (xenófobas, racistas, 

homófobas, misóginas, machistas, patriarcales, etc.) del país. Llaman la atención sus 

ausencias o inhibiciones ante problemas sociales que afectan a sectores débiles de 

nuestra sociedad. Así, por ejemplo, en el debate sobre la reforma laboral, en la lucha 

por el derecho a una vivienda digna o los derechos de asilo e integración social de

inmigrantes y refugiados. En este último caso, y a pesar de la ejemplar respuesta de 

algunas parroquias y otras entidades religiosas, la postura dominante de la jerarquía ha 

sido más de inhibición (ninguna denuncia de la ley de extranjería, por ejemplo) y de 

desconfianza o de sospecha (“no todo lo que llega es trigo limpio”) que de ayuda 

samaritana. Si la Iglesia pusiera a disposición de la acogida de inmigrantes algunos de 

los innumerables edificios que tiene vacíos (albergues, residencias, seminarios, etc.), no 

habría inmigrantes en situación de indigencia en este país. Todo ello sin restar un ápice 

a la responsabilidad del Estado. 

 

* Si hay un signo de los tiempos evidente desde el siglo pasado es la igualdad de la mujer

a todos los efectos en la sociedad civil. La Iglesia institución mantiene la desigualdad 

quedando así completamente rezagada y alejada de la mentalidad del siglo XXI. Sigue 

negando la realidad de tantas comunidades y parroquias en las que las mujeres son 

esenciales por su entrega y compromiso. 

* Y es igualmente reprobable el sectarismo de los Medios de Comunicación Social de 

titularidad eclesiástica, que no se caracterizan precisamente por difundir la Doctrina 

Social de la Iglesia y del papa Francisco, sino que actúan alineados con posiciones 

políticas reaccionarias que justifican e incluso favorecen la desigualdad entre las 

personas y la falta de cuidado y de aprecio a la naturaleza. Con harta frecuencia, crean 

crispación y violencia, enfrentando a nativos con migrantes y a unas regiones del Estado 

con otras. Esta línea de actuación es, a todas luces, contradictoria con el Evangelio de 

las buenas noticias. 

II. JUZGAR 

1. Textos del Nuevo Testamento

* Se subió a la barca con sus discípulos y fue derecho a la región de 

Dalmanuta. Salieron unos fariseos y empezaron a discutir con él, 

exigiéndole, para tentarlo, una señal del cielo. Dando un profundo suspiro 

dijo: “¡Cómo!, ¿esta generación exige una señal? Os aseguro que a esta 

generación no se le dará señal, (Mc 8, 10-12). 

* Las decisiones se toman con la escucha comunitaria de la realidad y el 

diálogo para interpretar los signos que esa realidad nos ofrece: “Llegados 

a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, 

y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. Después de 

mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: vosotros sabéis que los 

gentiles han oído por mi boca la palabra del evangelio y han creído. Dios, 

que conoce los corazones, les dio el Espíritu Santo lo mismo que a 

nosotros. Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda 

El discernimiento cristiano que podemos hacer de la imagen de Iglesia que hemos 

esbozado lo realizamos fundamentalmente desde las grandes constituciones Lumen 

Gentium y Gaudium et Spes del Vaticano II que constituyen las bases de la Iglesia 

universalmente querida y afirmada para nuestro tiempo. Sin olvidar las aportaciones 

del papa Francisco (Evangelii Gaudium, Laudato Si, Amoris Laetitia, Fratelli Tutti) que 

tratan de actualizar el Vaticano II a nuestros días. Finalmente, con toda modestia y sin 

renunciar a la autocrítica nos apoyamos en nuestra propia experiencia de más de 50 

años tratando de hacer “una Iglesia posible”. 

la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y 

Bernabé… (Hechos, 15). 

2. Desde el Vaticano II 

a) Pueblo de Dios y la Comunidad de Base como referentes principales de la Iglesia 

* La Lumen Gentium del Vat. II nos invita a superar la “Iglesia de cristiandad” que, desde 

el siglo IV (Constantino) estableció una “Iglesia de desiguales”: abandonando la 

comunidad y estableciéndose en parroquias y diócesis; constituyendo una jerarquía de 

varones detentadora de los tres grandes poderes (gobernar, enseñar y santificar) como 

único referente de Iglesia. 

* Y realizó dos giros copernicanos para superar este modelo prevaticano: 

1º Reconocer como referente primero de la Iglesia el pueblo de Dios (comunión de 

creyentes, comunidad de iguales y diferentes tareas, servicios o ministerios). En este 

sentido, el Vaticano II, inspirado en el NT, no presenta la asamblea eclesial como una 

asamblea anárquica, sino estructurada por responsabilidades y ministerios, incluidos los 

de gobierno, a los que se accede por discernimiento y elección comunitaria para 

ejercitarlos no con talante dominante y autoritario, sino en escucha y diálogo 

permanente con la comunidad según el principio evangélico recogido por Marcos 10, 

42-44: El que quiera hacerse grande entre vosotros ha de ser servidor vuestro, ha de ser 

siervo de todos.

2º Reconocer y promover a las “pequeñas comunidades locales” como sujetos 

detentadores de todos los elementos que constituyen una Iglesia plena, la Iglesia de 

Jesús. (Para el teólogo Rahner esta es la mayor apuesta revolucionaria del Vaticano II, 

es decir, el paso “de la gravitación de la Iglesia local en torno a la Iglesia universal, a la 

consideración de la Iglesia local como centro de gravitación de la Iglesia universal”). 

b) Iglesia de puertas abiertas, hacia fuera o en el mundo, lugar propio de su existencia 

y presencia 

* La comunión es nota constitutiva de la Iglesia, la sinodalidad lo es de su 

funcionamiento. Se trata de “caminar con otros/as”, como pueblo, al encuentro del 

Padre, construyendo su Reino de verdad y justicia y haciéndolo al estilo evangélico. No 

vale cualquier comunión ni cualquier sinodalidad 

* El Concilio Vaticano II en la Constitución Gaudium et Spes, sobre la Iglesia en el mundo, 

supo interpretar cómo se concreta la construcción del Reino en sus propias 

circunstancias. Y sigue ofreciendo orientaciones que, traducidas a nuestro momento, 

pueden ayudarnos a discernir el modo de presencia de la Iglesia en el mundo actual. 

* Así, por ejemplo, apostó por la unión de la Iglesia con toda la familia humana y su 

disposición al diálogo y servicio a toda la humanidad; su apertura a los nuevos signos de 

los tiempos, singularmente a la ciencia y la tecnología; la atención a los cambios 

sociales, políticos, morales y religiosos; la atención a los desequilibrios y divisiones 

causadas por la demografía y la economía; la aspiración a la justicia en los pueblos 

empobrecidos y en estamentos como las mujeres, los grupos diferentes, emigrantes y 

excluidos; la apertura a los grandes interrogantes (dolor y muerte) del ser humano, etc. 

 

*Hoy día hubiera puesto mayor empeño, como lo está haciendo el papa Francisco, en 

la conservación del planeta y en la creciente división social: el escándalo de la 

desigualdad creciente, a pesar del crecimiento de la riqueza global, de lo que llama el 

descarte injustificable de grandes sectores de la familia humana. 

3. Desde el Papa Francisco 

* No hay ni debe haber muros en la Iglesia católica, es la convivencia de la diversidad,

(Primer clamor del Papa en Chipre, 2021/12/02). 

* Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una 

Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades, 

(Evangelii Gaudium, 49).

* Las demás instituciones eclesiales, comunidades de base y pequeñas comunidades, 

movimientos y otras formas de asociación, son una riqueza de la Iglesia que el Espíritu 

suscita para evangelizar todos los ambientes y sectores, (Evangelii Gaudium, 29).

4. Desde nuestra experiencia en comunidades e Iglesia de Base 

a) Nos hemos ido organizando “desde abajo”: hemos intentado superar la división y 

desigualdad que impone el clericalismo construyendo comunidades de iguales sin 

exclusiones de ningún tipo compartiendo muchas de las tareas o servicios que necesita 

y puede prestar cada comunidad hacia dentro y hacia fuera de sí misma haciéndonos 

presentes y en diálogo con mucho de lo que se mueve fuera de la Iglesia (pobres y 

modernidad). 

b) Las claves del testimonio profético de nuestras comunidades podemos resumirlas en 

estos cuatro apartados: opción por los pobres, presencia profético-liberadora en la 

sociedad y en la Iglesia, edificación de comunidades libres y corresponsables, y forma 

democrática de organizarnos en comunidad y con el resto de comunidades. 

5. Desde los principios e instituciones jurídicas civiles 

Desde estas instancias que pertenecen, como valores adquiridos, a la cultura sociocultural y política de nuestras sociedades, creemos que la opción por los pobres —que 

la Iglesia proclama como constitutiva de su acción evangelizadora— no puede 

desentenderse de la difusión, defensa y cumplimiento de valores como la “Declaración 

Universal de las Derechos Humanos” (ONU 1948) —aún no suscrita por la Iglesia 

católica— o el “Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales” 

(ONU 1966) y tantos otros. 

III. ACTUAR 

Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común; vendían sus 

posesiones y sus bienes y repartían el precio entre todos, según la 

necesidad de cada uno, (Hch 2,44-45). 

Queridos hermanos y hermanas, necesitamos una Iglesia paciente. Una 

Iglesia que no se deja turbar y desconcertar por los cambios, sino que 

acoge serenamente la novedad y discierne las situaciones a la luz del 

Evangelio, (Primer clamor del papa en Chipre, 2021/12/02). 

a) Nuestra propuesta de Iglesia hacia dentro 

Siguiendo —como ya hemos dicho— la inspiración de las y los primeros cristianos 

reflejada en el NT, las luminosas aportaciones del Vaticano II, del Papa Francisco y la 

experiencia larga de Iglesia posible que tenemos, nuestra propuesta se resume en dos 

actitudes básicas concentradas en las dos palabras siguientes: koinonía y diaconía. Es 

decir, pensamos en un colectivo concreto de seguidoras y seguidores de Jesús que están 

intentando hacer la difícil, pero entusiasmante experiencia de “poner en común” sus 

sueños y todo lo que su situación personal y el contexto social en el que viven les 

permite, y de asumir responsable e igualitariamente (según su capacidad) las tareas y 

servicios que dicho colectivo necesita para articularse al interior de sí mismo y hacia 

fuera, hacia la sociedad en la que vive.

Pensamos y tenemos experiencia de que esta propuesta de Iglesia es posible: 

* Organizándonos como sociedad de iguales, superando en igualdad la misma 

formalidad democrática que ya estamos realizando en la sociedad civil. Como dejó 

escrito Pablo en Gálatas 3, 28 donde “ya no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni 

hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” [pongamos papaobispos-sacerdotes-laicos, varones-mujeres, LGTBIQ+, etc.]. Ante esta consecuencia 

directa del Evangelio proclamada por Pablo, ya no se puede mantener, en el mundo de 

hoy, una Iglesia de clases y corporativismos donde el poder anacrónico se reparte solo 

Con el corazón y la mirada puestas en el Evangelio y basadas en el Vaticano II, en las 

cartas y encíclicas del papa Francisco y en nuestra propia experiencia, queremos 

proponer, con modestia, pero con verdad, el modelo de Iglesia en el que creemos y el 

que hemos tratado de hacer posible durante más de 50 años. Reconocemos que no 

todo ni siempre ni en todas las experiencias de comunidad hemos podido llegar al ideal, 

pero estamos seguras y seguros de que, desde el Espíritu de Jesús, lo que proponemos 

es posible. 

entre varones y al margen de la formalidad democrática. Todo lo que puede hacer un 

varón en nuestras comunidades es igualmente posible y apropiado para la mujer y, por 

tanto, la Iglesia debe incorporar a la mujer [y a las otras personas diferentes] a todas sus 

funciones, tanto de reflexión, como de gobierno y de celebración. 

* Acogiendo y asumiendo como parte importante de sí misma, llenando sus clamorosos 

vacíos actuales, a personas y colectivos que discrepan del pensamiento teológico y 

moral único, de las prácticas litúrgico-pastorales uniformes, de la espiritualidad única, 

etc., como, por ejemplo, Redes Cristianas (con todas las Comunidades de Base, los 

grupos críticos y colectivos que firmamos este documento). 

* Aplicando en el propio funcionamiento de la Iglesia las orientaciones de doctrina social

que propone para la sociedad en su conjunto. Orientaciones sobre democracia, papel 

de la mujer, derechos de los trabajadores, etc. 

* Fomentando celebraciones cristianas vivas y creativas, donde todas las personas 

puedan participar; porque toda la comunidad es la que celebra y lo hace con 

naturalidad, sin vestimentos ni ritos extraños, sin necesidad de recintos sagrados, ni 

protagonismo de ningún celebrante. La horizontalidad en estas celebraciones conlleva 

un cuestionamiento de la figura del sacerdote-presidente, como ser investido de 

poderes sagrados, para subrayar el protagonismo ministerial de la comunidad en su 

conjunto. Una organización que, reconociendo la pluralidad de carismas, supere a la vez 

cualquier jerarquización de los ministerios. Y siempre haciendo iluminar la Palabra de 

Dios sobre la realidad social que nos rodea, pero respetando y haciendo presente lo 

esencial, el mandato de Jesús: "haced esto en memoria mía". No repetimos un rito, sino 

un proyecto y un estilo de vida, el de Jesús. Y todo ello en clave de fiesta, con nuestros 

cantos y guitarras y compartiendo la comida como hermanos. 

b) Nuestra propuesta hacia fuera 

La Iglesia está llamada a situarse en la sociedad como una institución más entre otras, y 

sus miembros, invitados a actuar codo a codo con todos los que trabajan por un mundo 

más justo, comprometidos con los Derechos Humanos y la justicia social, como proclama 

el Evangelio. Y su fuerza ha de descansar tanto en el testimonio de lo que hacen y viven 

como en la consistencia humana y cristiana de lo que proponen. En concreto, apostamos 

por una Iglesia:

* Capaz de vivir en el contexto de una sociedad laica y fuertemente secularizada: 

reconociendo que la católica ya no es “la religión oficial y única del Estado”; renunciando 

voluntariamente a todos los privilegios que suponen un agravio comparativo con el 

resto de instituciones sociales, renunciando decididamente a los Acuerdos firmados por 

el Estado con la Santa Sede en el 1979; reconociendo y pidiendo perdón por su 

complicidad con el levantamiento, la guerra civil y con el régimen político a que dio lugar, 

pagando a la Hacienda pública, mientras no se desprenda de ellas, los impuestos que 

acompañen a sus actividades financieras y comerciales, etc. 

10 

* Dispuesta a aceptar que el inmenso depósito cultural y espiritual que atesora no puede 

fijarla en un pasado irrepetible, sino que la está empujando a seguir haciendo historia 

con toda la humanidad. En este sentido, no puede seguir volviendo la espalda a la 

modernidad y al diálogo con las nuevas ciencias y tecnologías, tampoco a su caminar 

con el resto de confesiones religiosas y civiles que apuestan por la dignidad del ser 

humano. 

* Resuelta a devolver a la sociedad civil —dado el enorme escándalo que está causando 

en nuestros días— todos los bienes histórico-culturales que ha inmatriculado durante 

más de 70 años al amparo de unas leyes nacidas bajo la dictadura franquista o 

abiertamente inconstitucionales. Este desprendimiento de lo que no es suyo podría ser 

un buen signo, entre los pobres y la sociedad donde ha perdido mucho prestigio, de otro 

modo de estar en la vida y en la historia. 

* Comprometida a romper con la permisividad, el encubrimiento y la desidia que ha 

mantenido la jerarquía española sobre la pederastia, a pedir perdón y apoyar una 

investigación exhaustiva, imparcial y sincera que saque a la luz los abusos sexuales del 

clero y establezca medidas eficaces de reparación al ingente número de víctimas de este 

delito. 

c) Un modelo de Iglesia posible en nuestra sociedad secularizada 

Tenemos conciencia de que la actual organización de la Iglesia en España —realizada 

tradicionalmente desde el lugar/espacio como criterio de mayor proximidad a las 

personas (diócesis, parroquias)— está siendo cada día menos eficaz y menos simbólicotestimonial. La parroquia, salvo para el servicio de caridad y como banco de alimentos,

está dejando de ser, en muchos casos, un referente importante de espiritualidad para 

los ciudadanos y ciudadanas de hoy. 

En este sentido, e inspirándonos en otras experiencias similares, desde Redes Cristianas 

apoyamos/proponemos organizarnos como espacios autogestionados, vinculados 

entre sí y en comunión esencial con la Iglesia universal. 

Dichos espacios podrían ser lugares de encuentro, de oración, celebración, formación, 

reflexión y programación, etc. de la actual diversidad de personas y colectivos cristianos 

que existen en el barrio o en la ciudad. Su hoja de ruta podría ofrecer teórica y 

prácticamente un nuevo rostro de la comunidad de creyentes, siguiendo el modelo de 

Iglesia-comunidad que Jesús de Nazaret pretendió, y hacerse presente en la sociedad a 

través del compromiso sociopolítico de sus miembros, contribuyendo así a hacer 

realidad el Reino de Dios en la historia. 

Además de la posibilidad de encuentros entre las y los diferentes, estos centros 

facilitarían un mejor conocimiento que supere la actual división y distanciamiento 

general que existe entre las diversas familias (instituciones) cristianas; y también, de 

acogida y diálogo con otros colectivos del barrio que están trabajando por dignificar la 

condición de todos los seres humanos. 

11 

Supongamos/imaginemos un lugar de encuentro con una sala multiusos y diversos 

espacios donde los diferentes grupos (infancia, juventud, personas adultas y ancianas) 

puedan reunirse y programar sus actividades: celebración, de atención a los pobres, 

artístico-culturales, etc. articulación de comunidades y con otros centros… En fin… ¡Para 

soñar! 

ANEXO 1 

COLECTIVOS DE REDES CRISTIANAS 

Medios de Comunicación: (Alandar, Ciberiglesia, Eclesalia, Encrucillada, Éxodo, 

Humanizar, Irimia, Reinado Social, Portal Atrio, Tiempo de Hablar, Utopía)

Asociación de Teólogas y Teólogos Juan XXIII 

Católicas por el Derecho a Decidir 

Centro Evangelio y Liberación 

Comisión Cristiana del Área de Asuntos Religiosos de la FELGTB (Federación Estatal 

de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales): (grupos de Asturias, Cantabria, 

Euskadi, La Rioja, Madrid, Albacete, Valencia, Alicante, Murcia, Málaga, Cádiz, Jerez de 

la Frontera, Gran Canaria)

Comunidades Cristianas CEMI

Comunidades Cristianas Populares: (Albacete, Andalucía, Alicante, Asturias, Cataluña, 

Euskadi, Galicia, La Rioja, Madrid, Murcia, Navarra, Talavera, Toledo, Valencia, 

Valladolid, Zaragoza) 

Comunidades de Base de Gijón 

Comunidades de Base de la Región de Murcia 

Comunidad Pueblo de Dios 

Coordinadora de Comités Oscar Romero del Estado Español 

Coordinadora de Crentes Galegos: (HOAC de Vigo, comunidades de base de Santiago, 

A Coruña, Lugo, Ferrol y Vigo, Somos Iglesia de Galicia, Mulleres Cristiás Galegas, 

Movemento Rural Cristián, Vangarda Obreira, Grupo de Curas Galegos, Grupo de 

Sábados Bíblicos, Asociación Irimia, Escola de Espiritualidade, Comunidade Home 

Novo)

Corriente Somos Iglesia 

Cristianas y Cristianos de base de Madrid 

Cristianisme al Segle XXI

Cristianos en Red (Valladolid): (CCP, Justicia y Paz, Fe y Desarrollo, Shemá, Wounaan) 

Xarxa Cristiana: (Dones Creients, Grup d’Assumptes Religiosos del Col·lectiu Lambda 

Comunidad Ciento Volando, Grup Cristià antimilitarista, Católicas por el derecho a 

decidir de la Comunidad Valenciana, Atrio, CVX Comunitat Ignacio Ellacuría, Grup de 

Rectors del Dissabte, Moceop-Valencia, Comunitats Cristianes Populars (CCP): Jesús 

Obrer-Sant Maur, Natzaret, Port de Sagunt, Benicalap-Ciutat Fallera, Manises, Grup de 

Mar y Comunitat L’Esperança, Associació Bisbe Climent (Castelló),Asociación de Laicos 

Vaticano II (Castelló), Cristians i cristianes de base de Castelló, Comunitat de Turballos 

(Alacant)) 

Cristianos por el Socialismo

Federación de Mujeres y Teología

Comunidades Cristianas Fe y Justicia (País Vasco),

12 

Foro Curas de Madrid

Foro Gaspar García Laviana 

Fraternidad Secular Nacional Carlos de Foucauld

Grupos cristianos de Tenerife 

MOCEOP

Redes Cristianas de Extremadura

Voces Cristianas de Sevilla 

Convocatoria de Iguales ("Findes")

Laicos misioneros de la Consolata 

28 de marzo de 2022 

Redes Cristianas, www.redescristianas.net

colectivos@redescristianas.net

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