Y si yo no soy capillita,
qué?... Y si no me dicen nada los ritos de una vigilia pascual en las
parroquias, qué?
Ahí quiero llegar; esta
es la indecisión de mucha gente en Semana Santa, que, por otra parte, ha venido
comportándose según costumbre desde sus antepasados cristianos en unos
cumplimientos tradicionales, que sin ellos, parece faltarles algo. ¿Hay alguna
nueva forma de vivir con sentido todo esto, mitad costumbre, mitad devoción?
Entre sentirse católicos
practicantes y adictos a una hermandad de pasión (especialmente en Sevilla)
sólo parece encontrarse la escapatoria de gozar de un tiempo vacacional sin más
referencias. Pero hay gente a quien les queda así cierta vacuidad o añoranza.
Y es que en este país
parece que poc@s han descubierto que entre ser feligrés de una religión y, por otro
lado, ser agnóstico no creyente hay un terreno inmenso y rico que es ser
espiritual, la espiritualidad. Algo muy antiguo y que hoy comienza a extenderse,
aunque en nuestra cultura hispana no ha entrado aun abiertamente, quizá por resabio
de nacionalcatolicismo. Y ¡cuidado!
Porque la espiritualidad podría ser el lugar apropiado que engancharía a
nuestra juventud, que busca sentido.
En esta banda ancha que
es la espiritualidad podrán encontrarse religiosos y laicos porque es una
plataforma humana de quienes sienten que somos algo más que el aquí y el ahora,
que estamos abiert@s a disfrutar de los valores éticos y estéticos, que
sentimos como seres transcendentes. Y ¿no es verdad que la semana santa en
Sevilla, y en infinidad de pueblos, brinda con creces esta riqueza de
perspectivas? ¿Cómo no valorar la historia del hombre de Nazaret que predica la
misericordia y el amor, que a pesar de ser conocida de memoria, es el gesto y
la palabra más sorprendentes de los que podemos enorgullecernos los seres
humanos? ¿Quién no sintoniza con emoción la belleza mística de los pasos, la
música profunda de una saeta y banda, la expresión diciente de tantos rostros
ante las imágenes? ¿Quién no reparará ante el sentimiento convergente de todo un
pueblo, ante…?
Todo ese bagaje cultural
es espiritualidad con tal de que se haga consciente y acogido interiormente en
cada persona, sea religiosa o más laica. Entre las prácticas de una religión y
la no creencia hemos de resaltar la espiritualidad de la podemos confesarnos
públicamente.
Y añado que en una visión
religiosa menos dualista que de la que somos herederos, y en un guiño al
pensamiento de Teilhard de Chardin, hoy no cabe del todo situarse como ateos,
pues de alguna manera tú eres parte del Ser, para mí Dios. Eres, pues, creyente,
con nombres distintos.¡Feliz Pascua!
Jesús
Gracias querido Jesús, me has hecho evocar mis lunes santos.
ResponderEliminarCuando llegaba el lunes santo en mi casa había además de rosquillas de anís y torrijas, en mi padre yo percibía cierta inquietud, y aún mucha más en mi madre que se esforzaba en quitar importancia a esos momentos como si toda la parafernalia de estrenos de vestidos o de zapatos…o de ropa interior, nos situaran en una contradicción del mensaje de Ntro. Sr. El Cautivo cuando acudíamos a contemplarlo en medio de la exhibición propia de nuestro estrenar en el domingo de Ramos.
No puedo olvidar esos ojos alzados mirando con pudor, en una distancia insalvable para quienes no encontraron buenos mensajeros, Sed en sus miradas …… Sed en sus gargantas y Fuego en los corazones…mientras el Cautivo se aleja con él las miradas prendidas en su túnica, meciéndose al paso…y al volver los rostros a la existencia, a la sonrisa que oculta el gran vacío experimentado, convirtiéndose de necesidad en abrazo y sonrisa de acogida a quienes nos acompañan. Tras una larga trama de nazarenos y de miradas que se encuentran tras mucho tiempo…de nuevo se repite silencio, silencio, que ya llega la virgen y un SILENCIO respetuoso acoge el paso como si quisiéramos “hacernos eco de su dolor”, el dolor de Ntra. Sra. de la Mercedes.