REDES
CRISTIANAS SOBRE LA EXHORTACIÓN POSTSINODAL “QUERIDA AMAZONÍA”, 2020
Ante la reciente publicación de la Exhortación Apostólica del
papa Francisco sobre el documento del Sínodo de la Amazonía, Redes Cristianas
manifiesta:
1. Las primeras noticias nos han causado una gran decepción. Esperábamos
con la mayoría de cristianas y cristianos una toma de postura más decidida ante
la dura crisis que está atravesando el catolicismo tanto en la Amazonía como en
nuestro propio país y en el resto del
mundo occidental;
esperábamos que se hubiera abordado con decisión y talante
evangélico la precaria estructuración de las comunidades con unos servicios verdaderamente
actuales y eficaces; esperábamos que la responsabilidad de estas comunidades
fuera asumida de forma igualitaria por las mujeres cristianas y los varones
responsables que las integran; esperábamos, en fin, que el presbiterado no
fuera un privilegio asociado al poder para unos pocos en la iglesia… y la
respuesta ha sido el silencio. Esto nos ha defraudado, nos ha decepcionado.
2. Pero reconocemos y tomamos
nota, a su vez, de algunas respuestas
que se están dando y que pretenden explicar este silencio desde la que consideran
estrategia latente del Vaticano:
1ª Se dice que se ha pretendido
no entrar en temas de reforma estructural de la Iglesia ‑por otra parte, muy
sensibles, como el presbiterado, el celibato y la igualdad de la mujer- para no ocultar el verdadero tema del
Sínodo que es la reserva ecológica de la Amazonía en peligro y el cambio climático
planetario. En definitiva, para que los problemas domésticos no suplanten los
grandes retos mundiales que nos afectan a todos y a todas.
2ª Se ha dicho también que existe
un verdadero cambio de paradigma en
la eclesiología del papa Francisco que trata de recuperar el espíritu y la
letra del Vaticano II; un paradigma que pretende dar mayor protagonismo a las
iglesias locales en la Iglesia universal. Lo que estas iglesias particulares disciernan y decidan la Iglesia universal lo
respeta y apoya. De hecho, así parecen indicarlo algunas frases a lo largo del
documento, como: “No pretende ni reemplazar ni repetir” (2), “Asume e invita a
leer y aplicar el Sínodo (3 y 4), etc.
3. Si estas fueran las verdaderas
causas de tal silencio, habría que
celebrar este cambio de paradigma eclesial. Querría decir que, desde ahora,
el peso de las iglesias locales nacionales, continentales es oído y respetado
desde la cúspide vaticana. Y es más, que los problemas que acaba de suscitar el
Sínodo Amazónico (y los que levante el Sínodo Alemán) quedan en manos de las
iglesias locales resolverlos. En definitiva, que el Vaticano no estaría
cerrando las puertas a la mayoría de edad de los católicos/as y que las
decisiones que ellos tomen van a ser respetadas y apoyadas.
No obstante, y aun suponiendo que
las cosas fueran así, recomendaríamos al Vaticano que sea más claro en la
intencionalidad que pone en cada cosa. Para
ocultar las verdaderas intenciones, ya tenemos demasiados políticos que lo hacen a
diario. Necesitamos una pedagogía más a
la altura de nuestro tiempo. Las verdades a medias acaban haciéndonos mal a
todos.
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