TEMA: Vivencias ante el Covid-19
Nota informativa: en estas circunstancias especiales de confinamiento se celebraráid-19 con este tema nuestro encuentro modo on line, plataforma Jit.si, abierto a quien, deseando participar, lo diga por el whatsapp Findes deencias ante Espiritualidad. Dias 5 y 6 de junio a las 20h. En la actual semana se publicarán 8 textos previos para la meditación, esperando tu aportación en la puesta en común final.
GÉNERO Y PANDEMIA POR COVID 19
Rosa Jiménez Bóveda
FEA
Psicóloga Clínica USMC ORIENTE
UGC
HUV ROCÍO. SEVILLA,
A pesar de
las múltiples advertencias que se nos están dando, sobre la inevitabilidad de
un cambio radical en nuestros valores sociales y en nuestros estilos de vida,
no parece que se estén poniendo en marcha mecanismos para modificar los
elementos del contexto que nos han llevado a ésta situación. Me pregunto que
necesita la humanidad para cambiar.
¿Ni con
hecatombes, guerras y muertes a millones, con el correlato de sufrimiento
mental que eso conlleva, con un planeta destruido e invadido de plásticos
cambia un estilo de vida que es voraz, predador, suicida y aniquila
psicológicamente a las personas?
¿Qué estilo
de vida es éste?
El modelo
tradicional masculino de entender la vida y las relaciones humanas. Un modo de vida basado en el poder, el dominio, la
competitividad, el culto a la violencia, el arte del engaño que es la guerra
(bélica, económica, social o amorosa), el desprecio a la empatía, un estilo de
vida basado en la frialdad y en la falta de “sentir con” el/la otra. Un estilo
de vida que hace años debió ser matizado y modificado, pero que lucha por
mantenerse presente hasta la actualidad.
Virus y
distancia social
La distancia
social, existía antes de que el virus diera al traste con nuestras certezas.
Estamos viviendo en un mundo donde impera la ley del más fuerte, del dinero, de
la compra-venta de cuerpos y almas, donde nadie ni nada tiene valor sino
precio… Un estilo de vida perverso en el que el neoliberalismo capitalista,
unido al patriarcado violento ha impuesto a la humanidad con un alto coste en
salud y en salud mental no sólo a las
mujeres sino también a la infancia y a los hombres, violentos y no violentos.(OMS
2008, OMS Agenda 2030). La cercanía social era un mito.
El virus ha
parado este mundo…. Pero el patriarcado masculino continúa enseñando sus
fauces, su estilo feroz, frío y despiadado, queriendo imponer su ley al propio
virus…, cambiando mascarillas por prisioneros, subastándolas o quitándoselas al
resto de seres humanos, acabando con el más débil, destrozándolo física y
psicológicamente
¿Queremos
volver a la misma sociedad? ¿Es esto posible?
Tal vez sea
ésta la última oportunidad, si no queremos que el planeta muera, para construir
una sociedad basada en mayores cotas de empatía, de cuidado mutuo, de justicia
social…, todos valores tradicionalmente femeninos y arrinconados. Las ONGs
están llenas de mujeres, el voluntariado, la iglesia que cuida, no la
jerárquica, también…., los gobiernos liderados por mujeres están demostrando
otra manera de gobernar de calidad bien distinta a la masculina tradicional,
con mayor eficacia y empatía con sus pueblos y con “cifras de contagios y defunciones que hablan
por sí solas” (Marta Fraile, 17 abril 2020, Tribuna de Opinión, EL
PAIS)(Ignacio Varela Díaz, ondacero.es/programas/por-fin-no-es-lunes/)
El
Movimiento Feminista reclama el fin del poder de la violencia masculina en
todos los niveles (macro, meso y micro), de su ferocidad sexual, comunicativa,
financiera y política, no solo por su feroz misoginia, sino porque es otro
virus que acaba con la salud mental de toda la población, estimulando la
competitividad en detrimento del cuidado, primando un ideal de omnipotencia,
frente a la vulnerabilidad que tenemos todos los seres humanos
.
Las
profesiones sanitarias y de modo especial la salud mental, son ramas del saber
científico, que intervienen en los estilos de vida de las personas y de los
contextos donde habitan, junto con las profesiones educativas, judiciales y las
relacionadas con el ocio y la cultura,
tenemos, ahora un reto y una oportunidad:
·
La Oportunidad
de ser firmes activistas para educar a las nuevas generaciones – sobre todo
las generaciones masculinas – en el valor de la paz, la asertividad, la
cooperación, el cuidado propio y de los/as otros/as y la no competitividad, de
la justicia social y de enseñar a no tolerar unos medios de comunicación que
ensalzan la testosterona hasta la extenuación.
·
El Reto
de construir sociedades en ciudades y
pueblos basados en la igualdad de género
y en el contacto intergeneracional, en la que las personas mayores no sean
arrinconadas y todas las generaciones
convivan y tengan respeto mutuo.
Digamos NO a
esta ferocidad ancestral. Como señala la
teóloga feminista Mercedes López Herrera, “Me aferro a los brotes de esperanza
de mujeres y hombres que comenzaron hace
tiempo a modificar esta cultura
patriarcal”.
No tendremos
otra oportunidad, me temo
Sevilla,
26 de abril de 2020
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