jueves, 28 de mayo de 2020

Finde Primavera 2020 Texto 6


TEMA: Vivencias ante el Covid-19

Nota informativa: en estas circunstancias especiales de confinamiento se celebraráid-19 con este tema nuestro encuentro modo on line, plataforma Jit.si, abierto a quien, deseando participar, lo diga por el whatsapp Findes deencias ante  Espiritualidad. Dias 5 y 6 de junio a las 20h. En la actual semana se publicarán 8 textos previos para la meditación, esperando tu aportación en la puesta en común final. 

 


CONFINAMIENTO
Jesús Sánchez Valiente
Este tiempo de confinamiento ante la pandemia del covid19 te vuelve más reflexivo y te pone transcendental. Sin grandes esfuerzos te sitúa en tu principio y fundamento. Hay un deslizamiento innato a tus referencias vitales, buscando seguridad. Porque eso es lo que tiene el silencio y el retiro. Es ir al sí mismo.

 Y buscando también algo que pueda compartir, antes de referirme a altos vuelos, prefiero empezar a compartir el vuelo horizontal (en palabras de aquel famoso documental de juventud Juan Salvador Gaviota). Mal de muchos,…conciencia de pertenencia a una inmensa multitud de humanos con igual inseguridad, se percibe con más sonoridad el ser parte de toda la gente debilitada en su ego. Pareciera que ahora la humanidad partiera de cero. Ser humano expuesto como tantos terrícolas al azar de una pandemia. Débiles mascarillas tras las que nos refugiamos una multitud temerosa, pero en verdad ahora sin grandes ventajas individuales. Me gusta este panorama por lo que tiene de estímulo facilitador para la igualdad y la fraternidad mundial.
Junto a este sentimiento solidario y global es justo valorar y dar gracias de nuevo por encontrar a quienes queremos y nos quieren. Se ha publicado por ahí que hay dos clases de personas ante este epidemia, los que tienen familia y los que no.  Ampliando el concepto a personas queridas, salta con más fuerza que nunca la fuerza y energía de la amistad. La amistad es un regalo. Hay que valorar más y gozar la amistad. Y como añadidura acompañar con especial cuidado y priorizar el dar amistad y cuidados.
Se da por hecho que estamos bastantes personas sensibilizadas para la solidaridad, incluso, discriminando entre las acciones asistenciales, promocionales y de cambio estructural; incluso  nos contábamos entre quienes poníamos más esmero en las acciones conducentes al cambio estructural, haciendo lo posible para que pueda ser. Hoy, en este panorama de tierra quemada, nos lanzamos a cualquier ayuda pues todas son urgentes. Pero la sensación de esperanza enciende la luz de manera especial cuando se trata de brotes que apuntan a otra forma de organizar esta tierra, a una estructura socioeconómica más humana. ¡Qué agradable es apoyar ese proyecto mundial de la internacional progresista! ¡Como nos sentimos a gusto oyendo al papa Francisco hablar de la misericordia como proyecto!..... Ante esta inmensidad de tareas nuestra pequeña contribución exigirá concienciarnos para caminar en unidad, para  que busquemos en la marcha a quien va en esa dirección, para sentirnos asociad@s y que no vamos cumpliendo años en soledad y oscuridad. Gracias por la iluminación y gracias por el otr@.  Porque después de compartir el sueldo, como acción asistencial, siempre nos quedará la pregunta de en qué lado estamos, y esto es más profundo que el bolsillo, se trata de repasar nuestra cosmovisión en la vida. Superar el simple activismo. En estos soliloquios ante el panorama de la pandemia, para quienes ya hemos cumplido años, se trata de mirar atrás y contemplar qué raya estamos dejando en el agua.
Quienes gustan de leer análisis de la actual situación social tienen hoy para coleccionar un montón de escritos y emisiones de conferencias todos los días en los medios. Unos más largos, otros artículos cortos. A mediados de mayo contamos ya en el mundo 4,7 millones de contagiad@s y cerca de 350.000 muertes y aún aumentando. Si empezamos a hablar sobre cómo está el mundo y a donde nos lleva la experiencia mundial de la pandemia, hablaremos sin fin. Somos un depósito de información. Nunca hemos tenido tanta información con más o menos acierto sobre las culpabilidades, en personas, en grupos y en maneras de intervenir. De lo que ya tenemos seguridad es de que no es la fortuna sólo, ni el azar ni una mano misteriosa quien activa la zona indecente del mundo. Hemos clarificado que la desigualdad social, la avaricia por enriquecerse sin reglas justas, el maltrato ecológico son causas estructurales de este sistema capitalista que inciden negativamente en el panorama de vida. Pero en todo ello, en pleno análisis, la primera persona interrogada en este trance global apunta al sí mismo de cada persona. Porque siempre hay que empezar por el principio y por lo más cercano. Se juega sin demora clarificar mi cosmovisión ante la vida, la mentalidad que me identifica, mi opción concretada en repetidas líneas de comportamiento. No se puede salir de esta sin dicho planteamiento. Es la estructura de la personalidad. Y es necesario disponer de ella, lo mismo que ante una epidemia hemos constatado que es imprescindible disponer de unos recursos sanitarios en el sistema de salud.
El psicólogo terapeuta Viktor Frankl no sólo nos impresiona por su dura experiencia en los campos de concentración nazi sino por la fuerza de sus aportaciones para convencer al ser humano en busca de sentido.  Y dice: “La autorrealización por sí misma no puede situarse como meta. La característica esencial del ser humano la designé como autotrascendencia de la existencia.  Ser persona humana significa desde siempre estar ordenado hacia algo o alguien, …. “(p.133).
En consecuencia nuestro propósito siempre acertará si salimos de nuestra autoreflexión y trascendemos a buscar nuestras referencias. El ser humano lleva ya muchos miles de siglos de historia que nos ofrece esos nódulos o personas que son referentes y, entre ellos, quienes son nuestra opción fundamental. Siempre, pero aún más en situaciones fuertes, hemos de volver a nuestras referencias, que es lo mismo que volver al fondo de sí mismo.
Es frecuente ver como en este confinamiento y experiencia dolorosa de fragilidad humana surge con facilidad la irreprimible trascendencia (en palabras de María Zambrano). Para quienes optan por una referencia cristiana forma parte de una rutina recordar palabras y actitudes del evangelio. Me permito hacer presente aquí esta referencia, incluso a no creyentes, puesto que la historia es un patrimonio común y en el Jesús histórico, el del evangelio, es muy básico que coincidamos universalmente como referencia. Luego cada uno continuará su creencia en el Dios de Jesús. Quiero compartir, pues, que una lectura contemplativa del evangelio va creando la imagen de un ser humano nuevo y nos sitúa en la puerta de la utopía y de la esperanza para exclamar “otro mundo es posible”. Comprendemos que se trata de un modelo de espiritualidad, que convive con otras posibles referencias de la gente.
Quizá la experiencia más valiosa de esta dura situación de pandemia, que nos toca sufrir, es el humilde sentimiento de una humanidad débil. Teilhard de Chardin, metido también en plena guerra mundial, siente la prevención y los peligros a los que puede verse expuesto y escribe en su diario: ”me siento humillado y un poco inquieto sobre la eficacia de mis principios más queridos, sobre la solidez de mi vida espiritual”.  Y en La Activación de la Energía escribe:”lo que la persona humana espera en este momento, y que le haría morir si no lo encontrase en las cosas, es un alimento completo para alimentar en él la pasión del ser más”.
Nosotros también nos juzgaremos si ante ciertos desastres de la vida estamos pertrechados de una espiritualidad que nos aporte resiliencia y siga ofreciendo sentido.
Sevilla 15/5/2020  (Texto para el finde primavera 2020)

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