Mis reflexiones (Mercedes)
El texto de Vigil me ha hecho
recordar la primera vez que se me planteó la pregunta en el contexto de mis
estudios teológicos ¿Qué era espiritualidad para mí y para las mujeres de mi entorno,
y de compromiso social etc.? llegué desde ahí a entender que mi espiritualidad tenía
una fuerte connotación política de compromiso en la línea del Vaticano II, sintiéndome
casi desnuda frente a otras posibles connotaciones que debería tener y yo no
contemplaba o desconocía.
En paralelo, aunque desde hacía
años pude observar como crecía lentamente a mi alrededor compañeras que se
iniciaban en caminos orientales de meditación y en grupos de silencio, las
identifiqué como nuevas espiritualidades laicas que poca atracción ejercieron
sobre mí.
Mi espiritualidad se encontraba
instalada mayoritariamente en su dimensión política de compromiso cristiano y
laico, pendiente de una ampliación más reflexionada en otros aspectos, si bien
me atrevería a describir, que mi nivel intuitivo y de percepción en el que aún
hoy me siento lejos de poder identificar esos canales de comunicación interior que
me llegan a veces golpeando con fuerza, están por desarrollar, entender
descubrir y sobre todo, contemplar ya que están localizados en ese espacio de
“misterio interior” hacia el que quiero caminar conscientemente de las muchas
dificultades que tengo por delante.
Sólo tengo claridad para
definirme en proceso de ser, es decir en mi interior hay radares o capacidades
humanas que las descubro mediante la voluntad expresa de mis respuestas. Estas
respuestas demasiadas veces van en contra de mi misma, provocando contrariedades
que he de vencer desde la razón, desde la razón que iluminan las místicas
medievales rompedoras de toda esclavitud y servidumbre, pero especialmente desde
la razón iluminada por la fe de Jesús de Nazaret camino referente de humanidad,
su propia contrariedad, en los momentos claves narrados, es luz y claridad para
los pasos de mi autoconsciencia limitada y pequeña, en ese proceso de querer
«comulgar» con la Tierra, con el Mundo, con el Cosmos, con la Santa Materia de
Teilhard de Chardin.
Sobre Nogués:
No puedo interpretar a Nogués más
que afirmativamente, desde mi experiencia vital. Me recuerdo a mis catorce
años, apoyada en una ventana mirando siempre al exterior desde mi pequeña casa,
esperando siempre un advenimiento positivo a la existencia familiar basada en la
supervivencia pura y dura, algo que diera un sentido mayor a nuestras vidas, de
más esperanza y de una consciencia más allá de lo inmediato, ya fuere
horizontes de progreso, o …de saber.
Pero lo cierto es que son
momentos de crecimiento evolutivo de autoconsciencia y en ellos desde este
primero, de adolescente, ya estaba presente esa interrogación de sentido trascendente
de la vida, y cuando son pocos los recursos se tiene menos peligro de
idiotizarse.
Recuerdo especialmente el momento
decisivo de mi apertura espiritual al misterio que envolvió en una ampliación
cognitiva de claridades lejos de mis propias percepciones objetivas y
racionales que hubieran constreñido mi propio avance personal; sin duda todo
estaba dentro de ese proceso evolutivo de autoconsciencia que me ayudó a elevar
los principios éticos y adecuar los estéticos desde una mirada mucho más amplia
profunda y alegre, que, aunque procediendo de mi propia inmanencia me
enriquecía admirablemente ante mi propio asombro. Una fuerza interior unificaba
y transformaba el dolor en virtud y la tristeza en esperanza…creo que mi
espiritualidad se iba construyendo.
Mercedes
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