jueves, 30 de julio de 2020

Aportaciones de participantes en Escuela Verano 3

Mis reflexiones (Mercedes)
 El texto de Vigil me ha hecho recordar la primera vez que se me planteó la pregunta en el contexto de mis estudios teológicos ¿Qué era espiritualidad para mí y para las mujeres de mi entorno, y de compromiso social etc.? llegué desde ahí a entender que mi espiritualidad tenía una fuerte connotación política de compromiso en la línea del Vaticano II, sintiéndome casi desnuda frente a otras posibles connotaciones que debería tener y yo no contemplaba o desconocía.
En paralelo, aunque desde hacía años pude observar como crecía lentamente a mi alrededor compañeras que se iniciaban en caminos orientales de meditación y en grupos de silencio, las identifiqué como nuevas espiritualidades laicas que poca atracción ejercieron sobre mí.
Mi espiritualidad se encontraba instalada mayoritariamente en su dimensión política de compromiso cristiano y laico, pendiente de una ampliación más reflexionada en otros aspectos, si bien me atrevería a describir, que mi nivel intuitivo y de percepción en el que aún hoy me siento lejos de poder identificar esos canales de comunicación interior que me llegan a veces golpeando con fuerza, están por desarrollar, entender descubrir y sobre todo, contemplar ya que están localizados en ese espacio de “misterio interior” hacia el que quiero caminar conscientemente de las muchas dificultades que tengo por delante.
Sólo tengo claridad para definirme en proceso de ser, es decir en mi interior hay radares o capacidades humanas que las descubro mediante la voluntad expresa de mis respuestas. Estas respuestas demasiadas veces van en contra de mi misma, provocando contrariedades que he de vencer desde la razón, desde la razón que iluminan las místicas medievales rompedoras de toda esclavitud y servidumbre, pero especialmente desde la razón iluminada por la fe de Jesús de Nazaret camino referente de humanidad, su propia contrariedad, en los momentos claves narrados, es luz y claridad para los pasos de mi autoconsciencia limitada y pequeña, en ese proceso de querer «comulgar» con la Tierra, con el Mundo, con el Cosmos, con la Santa Materia de Teilhard de Chardin.
Sobre Nogués:
No puedo interpretar a Nogués más que afirmativamente, desde mi experiencia vital. Me recuerdo a mis catorce años, apoyada en una ventana mirando siempre al exterior desde mi pequeña casa, esperando siempre un advenimiento positivo a la existencia familiar basada en la supervivencia pura y dura, algo que diera un sentido mayor a nuestras vidas, de más esperanza y de una consciencia más allá de lo inmediato, ya fuere horizontes de progreso, o …de saber.
Pero lo cierto es que son momentos de crecimiento evolutivo de autoconsciencia y en ellos desde este primero, de adolescente, ya estaba presente esa interrogación de sentido trascendente de la vida, y cuando son pocos los recursos se tiene menos peligro de idiotizarse.
Recuerdo especialmente el momento decisivo de mi apertura espiritual al misterio que envolvió en una ampliación cognitiva de claridades lejos de mis propias percepciones objetivas y racionales que hubieran constreñido mi propio avance personal; sin duda todo estaba dentro de ese proceso evolutivo de autoconsciencia que me ayudó a elevar los principios éticos y adecuar los estéticos desde una mirada mucho más amplia profunda y alegre, que, aunque procediendo de mi propia inmanencia me enriquecía admirablemente ante mi propio asombro. Una fuerza interior unificaba y transformaba el dolor en virtud y la tristeza en esperanza…creo que mi espiritualidad se iba construyendo.
Mercedes

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